Cap. 12 Mi castillo, mis normas

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HERMIONE P.V.O

      Después del susto que nos llevamos tras el intento de ataque de Montague, Draco mandó un mensaje al castillo para que viniesen a buscarnos. Mientras esperábamos, Terry le pidió unirse a nosotros. 

-Bien, mientras no te dediques a hacer el capullo y obedezcas todas y cada una de las reglas por las que nos regimos... no veo problema alguno -me clavó la mirada al referirse a las normas. ¿Qué insinua? ¿Que no las sigo?

-Vale. Voy a preparar mis cosas.

      Cuando nos quedamos a solas, Draco me fulminó con la mirada, mientras permanecía en silencio. Incómoda, al final no pude evitar saltar.

-¿Qué narices te pasa?

-Tú. Tú me pasas -Se levantó y se acercó a mí en dos zancadas- ¿En qué carajo estabas pensando al salir ahí fuera tú sola?

-Se suponía que este sitio es seguro -levanté la barbilla en un gesto que al principio me pareció muy digno,pero por la expresión de él, debió resultar bastante infantil.

-¿Seguro? En estos putos tiempos no hay ni un sólo lugar seguro, la menos que lo protejas con un fidelio. -Draco me cogió de los hombros y me zarandeó- ¿Qué crees que te habría hecho Montague si no aparecen tus dos amiguitos y lo distraen? Te voy a decir lo que No te habría hecho: no te habría saludado como si fueses una de sus mejores amigas del colegio. NO te habría preguntado por tu salud. No habría preguntado por tus amiguitos del alma. Lo que te habría hecho, niña tonta, descerebrada, insulsa y cabezota, es TORTURARTE HASTA QUE PIDIESES QUE TE MATASE POR PURA CLEMENCIA. Y CREEME, ESE SER NO SABE EL SIGNIFICADO DE DICHA PALABRA.

      Terminó la frase a grito pelado. Tenía el rostro rojo, congestionado por la ira (y  mira que es dificil ver a Malfoy rojo). Me había zarandeado tan fuerte que se me soltó el recogido del pelo. 

-¿Puedes dejar de sacudirme como si fuese una alfombra?

-Claro, a la niñita le molesta que le digan las verdades -Me lanzó otra mirada asesina muy suya- Créeme, Granger. Esta estupidez tuya nos podía haber costado muy caro a todos.

-No creo que mi vida sea tan importante...

-No me refiero a tu vida, sino a la mía -Sonrió de lado al ver mi expresión de enfado- Y no es mi típica prepotencia Malfoy, Granger. Te recuerdo que soy el Guardián de los Secretos no sólo del castillo, sino de las tres aldeas donde escondemos  a los que liberamos de Morgana. Si yo muero , pasaría a Nott. Pero tardaría al menos cuatro días en hacerse efectivo el hechizo.

-Pero mientras todos seríamos guardianes....

-No. No lo hicimos así. Por si acaso alguno caía prisionero. Por si no te has dado cuenta, Nott no sale en las misiones. Es demasiado valioso para arriesgarlo.

-¿Y tú no?

-Venga, Granger, que nos conocemos. No me vengas ahora a intentar venderme la escoba con eso de que me consideras importante...

-Moto. Se dice no me vendas la moto.

-¿Y qué carajo es una moto? -su rostro de desconcierto me hizo reir- Bah, alguna chorrada muggle. La cosa es que he arriesgado a que me descubran. Por si no lo sabías, los mortífagos nos identificabamos mediante las máscaras.

-Ah, pero ¿No eran todas iguales?

-No, Granger. No eran iguales -adoptó ese tonito de "voy a explicar algo muy sencillo a alguien muy muy obtuso"- Esas máscaras eran nuestra seña de identidad. Así, cuando nos reuníamos, no    necesitábamos vernos las caras. Además, eso evitaba que, si se colaba algún espía, fuesemos identificados.

LA ORDEN DE NATHAIR (La Órden de la Serpiente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora