Capítulo 22

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Emma.

—Emma, despierta.

Una suave voz en mi oído.

Su aliento huele a menta.

Un suave toque en mi hombro.

Nadie antes me había tocado con tanta delicadeza.

Cuando abro mis parpados, me encuentro con unos ojos castaños y un rostro con facciones que rozan la perfección, iluminado por la tibia luz de la mañana.

¿Esto es un sueño?

El momento dura apenas unos segundos, pero cuando se aleja ya me siento fría y sola de nuevo. Antes de salir de la habitación, Zayn me mira desde la puerta y habla:

—La alarma acaba de sonar, así que tienes tiempo. Pero no te tardes, por favor. Te espero afuera —fue lo que dijo y después de eso solo desapareció.

Parpadeo un par de veces, tratando de disiparlo de mis pensamientos.

No lo logro.

Aun mirando hacia la puerta sin poder evitarlo, camino hacia la ropa que está preparada para mi sobre el tocador.

Me miro en el espejo y me recibe una Emma con una sonrisa de idiota porque está pensando en la posibilidad de que Zayn Malik sea su guardia asignado. Pongo los ojos en blanco y me visto.

Estoy en ropa interior, así que solamente pasó la camiseta negra por encima de mi cabeza y doy un paso dentro de los shorts de licra. Me pongo los tenis y hago un moño con mi cabello antes de salir.

Miro hacia todos lados, en busca de Zayn. Él está justo detrás de mí antes de que pudiera verlo, y camina para que lo siga.

Nada llama mi atención durante el camino, excepto cuando Hilary sale de su habitación, con las sabanas pegadas a su cara. Tiene su cabello rojo despeinado y está tallando sus ojos mientras sonríe hacia nosotros. No pude ver bien el rostro de Zayn, pero creo que le sonríe de vuelta.

Lo único que puedo pensar es que Hilary hizo algo bien y yo hice algo mal. Siempre hago algo mal. Zayn no está dedicándome sonrisitas coquetas, ni dirigiéndome la palabra.

Hacemos nuestra rutina de cada domingo en el laboratorio. La doctora Shaw me habla sobre mi estado de salud y me alegro un poco al saber que me encuentro cerca de los parámetros normales.

Celebro con un desayuno saludable que consiste en fruta con yogurt natural y granola encima. Tomo mi vaso de agua a un ritmo normal.

Salimos al patio después de eso.

Estamos saliendo por la puerta trasera, cuando veo a lo lejos algo así como juguetes de colores sobre el suelo y unos blancos apostados en línea encima del césped.

Puedo ver al acercarnos que se tratan de pistolitas de juguete. Cada uno de nosotros se sitúa detrás de su falsa arma y esperamos las indicaciones de Tomlinson.

—Esta semana practicaremos un poco para mejorar su puntería, así que tomen sus armas y empecemos —él habla.

Zayn me pasa la pistolita de juguete. Son de Nerf y están cargadas con dardos. La mía tiene colores femeninos y no puedo evitar reírme ante lo infantil que puede ser esto.

Tengo algo de buena puntería, casi le doy al centro en un par de veces. Pero al final de cuentas, Tomlinson organiza una guerra y jugamos en parejas con nuestro guardia asignado para derribar a los otros.

Por fin, después de tanto, pude ver a Zayn divirtiéndose un poco y jugando a mi favor. Somos terceros en ser descalificados, por culpa de Dylan y Styles. En cuanto estamos fuera del juego, Zayn me ignora lo más que puede. Responde a mis preguntas solo contestando lo necesario y luego vuelve a reírse sobre una nueva tontería que hicieron Hilary y Dylan, los últimos que quedaban de pie.

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