Capítulo 28

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Emma


La media luna plateada esta justo sobre nosotros, asomándose entre las nubes. Lo único que agradezco de estar en medio de la nada, congelándonos, es la majestuosidad del cielo.

A pesar de que llovió a cantaros por más de 12 horas anoche, las enormes nubes están comenzando a desaparecer. Pareciera que el agua dentro de ellas se terminó, como cuando lloras sin consuelo y al final no hay más agua en ti para suficientes lágrimas.

Las nubes terminaron de llorar.

Bueno, probablemente se trata solamente de que el viento las obligó a seguir su curso.

Suelto un suspiro. También quisiera que el viento me llevara.

Casi siento como si extrañara mi casa, aunque solo la usaba para dormir y al despertar lo único que quería era huir de ese lugar lo antes posible, ahora lo recuerdo como mi hogar, el lugar al que siempre podía regresar al final del día.

Incluso extraño a Duke, el horrible gato de mi mamá.

Duke y yo éramos los únicos habitantes del departamento que rentaban mis padres para mí en Nueva York. El gato y yo teníamos un pacto silencioso entre nosotros: si él nunca se cruzaba en mi camino y era silencioso, yo mantendría su plato lleno y una ventana entreabierta. Yo sabía que por la noche, él siempre volvería. El único rastro que indicaba que él había estado en casa era el plato vacío por las tardes y una caja de arena apestosa, que yo nunca limpiaba. Ese era el trabajo de la chica de la limpieza.

Justo ahora podría abrazar a ese gato y besarlo. Podría estrujarlo hasta hacerlo enojar y no me importarían los rasguños que me ganaría, sé que Duke nunca ha sido un gato amistoso.

Rio para mí misma. Jamás creí que, de todas las cosas, me encontraría extrañando a ese estúpido gato.

Todos hablan y ríen a mi alrededor. Sinceramente, comienzo a cansarme de esto. Comienzo a cansarme de fingir que no me importa.

Vuelvo mi rostro hacia el frente, cuando mi cuello comienza a doler por mirar hacia arriba por demasiado tiempo. Masajeo mi nuca, mientras mi mirada se encuentra con los ojos enigmáticos de Zayn. Sus ojos se ven incluso más majestuosos frente al fuego.

Él está tratando de indicarme algo, pero no me esfuerzo por entender.

Tomlinson se pone de pie de repente y comienza a dar indicaciones.

- Es tarde y mañana nos espera un largo rally en el lago – dice, captando mi atención como un imán.

- ¿Cuánto para ti es largo? – me pongo de pie cuando los demás empiezan a hacerlo.

- Lo que tenga que ser, ustedes lo harán y tendrán que dar lo mejor de sí – dice Tomlinson. Parece cansado.

- Preferiría que volviéramos a la bonita cabaña – digo.

- Sabes que no pasará – dice él, haciéndome saber que no va a cambiar de planes.

Siento la decepción de todos. Al parecer no soy la única que no quisiera continuar en el bosque. Este campamento está resultando ser un asco, no sé si aguantaré dos noches durmiendo en el suelo...

La larga caminata de hoy cuesta arriba no fue tan genial. Espero que haga algún favor por mis piernas o de verdad voy a tener que lastimar a alguien.

Todos caminamos de mala gana a nuestras tiendas después de que Tomlinson da un par de indicaciones más y avisa que la primera guardia va a estar a cargo del Teniente Malik.

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