Emma.
—¿Trajiste todo? —dice Adam.
—Lámpara de mano, ropa extra y chaqueta para el frío —asentí.
—¿Trajiste el colgante de plata que te di ayer? —volvió a hablar.
—No me lo he quitado —digo, con una sonrisa, sacando la cadena y el colguije de dentro de mi blusa.
Parecía una placa de identificación, en ella se leía "Scott #D1-08". No sabía que significaba, pero era un objeto de protección, según lo que me dijo.
Él no me sonrió de vuelta ni me dijo nada más. Parece estar de mal humor.
Estamos entrando al bosque, con la media luna sobre nuestras cabezas, a veces iluminando el camino y otras dejándose ocultar por nubes negras.
Pasan de las doce y yo debería de estar durmiendo para la prueba de mañana. No obstante, hemos tratado de entregar a Kurt desde la noche anterior. Según le han informado a Adam, los lobos han estado merodeando los alrededores.
Me acurruco en la sudadera oscura y ajusto la capucha. Puedo ver el vaho de mi aliento.
Desde que Scott y Malik hablaron conmigo, han pasado un par de cosas. Pude entender lo que hacían, a que se dedicaban exactamente, aunque quedan algunas dudas todavía y no creo que ellos quieran responder. Se han mostrado muy recelosos con la información, estoy segura de que solo me han dicho lo esencial.
Antes de venir aquí, he hablado un largo rato con Zayn, sobre lo que pasó con Hilary. Al final terminamos riendo y hablando de cualquier cosa, cuando Adam tocó la puerta y entró en la habitación, para avisar que faltaba poco para la hora acordada.
Así que ahora estábamos aquí, en el frío bosque, con la misión de llevar a Kurt de vuelta con su familia.
Adam camina muy rápido, y he podido conservar el paso que llevaba por un rato, pero estaba comenzando a jadear sin darme cuenta.
—¿Por qué diablos caminas tan rápido? —corro un poco para situarme a su lado.
—Tenemos que terminar con esto ahora —su voz sonaba enojada. Aun no entiendo por qué.
—¿Qué pasa contigo, señor gruñón? Sea lo que sea que suceda en tu trabajo, yo no tengo la culpa de nada le dediqué un ceño fruncido. Se detuvo por un segundo, buscando algo en mi cara. Tenía los labios presionados y parecía bastante furioso.
—No pasó nada en mi trabajo —dijo. Me miro por medio segundo más, como si buscara algo en mis facciones, luego continuo su camino.
—¿Entonces? —pregunté, casi corriendo para alcanzarlo de nuevo. Él decidió ignorarme, así que empecé a ir al azar —¿Estas insinuando que es mi culpa?
—No estoy insinuando nada. Solo déjame tranquilo. Tenemos que terminar la entrega...
—¿La entrega? Desde cuando Kurt es una entrega.
—Tiendes a dramatizar todo, ¿No es así? —casi puedo ver como rueda los ojos desde la genial vista que tengo de su nuca.
—Jodete...
—Dijiste que ya no dirías mas groserías en frente de Kurt —me interrumpió.
Odiaba que tuviera razón. Miré hacia el lobito, algo preocupada. Pero solo pude ver lo feliz que lucía estando en el bosque.
—Él no escucho —digo —pero yo no soy dramática, como tú dices. Solo estoy preocupada y quiero saber qué es lo que sucede contigo. Después de todo somos...