Let's Play Love [Zlatan Ibrahimovic]

Let's Play Love

A V I S O

Éste capitulo contiene lenguaje adulto y contenido sexual, leer bajo su responsabilidad. Recomendado para +18 

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—¡Helena no puedes irte así!— la rubia ya había bajado la maletas aquel domingo por la mañana, inclusive los niños se habían levantado temprano para cocinar Wuaffles y desayunar todos en familia, Maeve aun con resaca había bajado antes de que el sol inundara la casa para preparar todo.

— Es mi trabajo Zlatan, por muchos años te seguí por el mundo por el tuyo, ahora por favor déjame hacer el mío— los niños estaban sentados en la barra de la cocina con algunos utensilios de cocina especiales para ellos cortando un poco de fruta, Maeve por su parte preparaba jugo. 

— ¡vaya sorpresa!— musitó Helena algo desorientada por ver a sus hijos arriba tan temprano, les dio un beso a cada uno de ellos mientras se servía café tratando de mitigar la tensión que se sentía en el lugar.

— Chicos es hora de su programa favorito, vamos, despídanse de su mamá— los chicos salieron agitando las manos en dirección a su madre quien sonreía ligeramente mientras tomaba aquella infusión con grano colombiano.

Puso el programa de los niño a un volumen considerable por si sus padres decidían gritar de nuevo a esas horas de la mañana, salió de la sala audiovisual rogándole a lo que fuese no encontrarse con una escena de matrimonio desmoronándose.

—¡Estás dejando a tus hijos!— gritó Zlatan encolerizado mientras azotaba las manos en la barra de la cocina, Maeve regresó por su camino tratando de esconderse en los pasillos aledaños.

— Maeve está con ellos, no los pongas de pretexto— el tono de Helena también era poco amigable, es más, podía predecir que sus ojos estaban muy abiertos además de que su boca se había hecho más pequeña-

— Maeve no es su madre, esa chica no tiene ninguna responsabilidad de cargar con lo tuyo— la risa sarcástica de Helena enmudeció a Zlatan, como si estuviese mofándose de lo que había dicho, sus tacones resoplaron por el laminado del lugar como un tambor en pleno campo de batalla.

— No me creas tan estúpida, esa chica está dispuesta a cargar con lo que sea que te contenga, tal vez no te des cuenta pero esa niña está enamorada de ti, tanto como yo lo estaba— las llaves chocando entre ellas además de sus tacones hicieron que el sonido fuese algo estridente, la puerta principal se abrió y fue hasta entonces cuando se atrevió a salir poco a poco de su escondite.

— ¡Entonces firma el maldito divorcio! — masculló nuevamente Zlatan pero Helena respondió a eso con una carcajada, el hombre cerró la puerta con fuerza recargando su peso sobre ella, cerrando los ojos además de apretar los puños, en una arranque de ira golpeó el cristal tan fuerte que se rompió.

—¡Ibra!— era ella, con esa dulce voz que lo hacía perder la razón, lo jaló hasta la cocina a pesar de que las gotas de sangre se iban quedando por donde pasaba, dejó que el chorro de agua limpiara la herida, la cual tenía cristales enterrados.

— Tengo que llamar al médico— con las manos temblorosas sacó su teléfono para marcarle al médico de cabecera, uno que mandaba el equipo por cualquier incidente que llegase a ocurrir con algún jugador, enrolló un pedazo de tela cercana en su mano haciéndole un nudo ajustado, no podía dejar de verle y menos después de lo que helena le había dicho.