Worth it

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Verla llorar fue la sensación más placentera del mundo, ver como aquella sucia mujer se doblegaba ante sus palabras, más cuando pronunció cuanto Zlatan la detestaba, cuanto se arrepentía de haberla llevado a la cama.

La pobre e insignificante Nicole Minetti había salido despavorida de la oficina con el rostro hecho un desastre y Maeve con una sonrisa de satisfacción. Silvio la miró con miedo pero poco le importó, todo estaba hecho ya, esa mujer no se iba a acercar a Zlatan  nunca más.

Maeve se dispuso a partir aquella tarde, no había por qué quedarse más en Milan, además que debía sorprender aZlatan y besarlo por largo rato, acunarse en su cuello y aspirar su aroma como si fuese una droga.

El vuelo fue poco pesado o al menos así lo sintió la chica,se veía radiante al pisar Paris, más cuando el servicio privado del aeropuerto la había dejado en casa, de nuevo volvía a llamar casa a aquel apartamento lleno de luz por el día en la punta del edificio parisino, dándole un tremenda vista de la ciudad.

Cuando entró el lugar estaba con poca luz, seguramente Zlatan estaría jugado o algo  por el estilo, dejó la maleta en el recibidor para caminar hasta el living, en efecto jugaba "Call of Duty" y gritaba injurias en sueco, además de hablar o mejor dicho ordenar un par de cosas, los disparos no se oían debido a los audífonosque tenía puestos; Maeve se acercó por detrás para besar su mejilla y pasar sus delgados brazos por su cuello hasta que sus manos tocasen su pecho.

—Maeve—gritó aunque supuso que muchos de los jugadores refunfuñaron  por el grito, se quitó los audífonos para después levantarse del sofá e ir hasta ella.

Sí, Zlatan Ibrahimovic había dejado una partida Online sólo para besarla con tanta pasión que sintió que sus labios iban a deshacerse de lo fuerte que los de Zlatan la atacaban, sus manos recorrieron su cintura acercándola más a él.

—mi amor— pudo pronunciar entre besos la chica para que el sueco la soltase pero no pudo convencerlo pues seguía prendado de sus labios como si fuese un adicto.

—Te extrañe— era un lado de Ibrahimovic que jamás nadie iba a poder ver en los noticieros o en las notas sensacionalista, era el lado de el astro sueco que sólo se veía detrás de las cortinas de su hogar, entre las sabanas de su cama o en su comedor, el Zlatan que no temía a mostrar sus emociones o hablar de forma poco elegante, contar chistes subidos de tono o simplemente susurrar un par de cosas sexuales al oído.

—Lo sé amor, te tengo un regalo— abrió los ojos de más, parecía un niño emocionado, así que Maeve sacó la fotografía de su bolso que era bastante grande, cuando se la entregó la sonrisa de Zlatan se borró, esa fotografía sólo podía estar en un lugar.

—Maeve— pasó sus manos por el cristal. —Qué hiciste— vocifero mientras su rostro se ponía completamente firme, pero la  chica no respondió, simplemente alzó los hombros.

—Ya te lo dije, hablar con alguien—Zlatan sintió una punzada en la cabeza, la idea había entrado violentamente,Maeve había estado con Berlusconi y estaba muy seguro de eso, el aroma de la oficina de aquel italiano se había pegado a sus cabellos, su perfume aturdidor también, todo le recordaba a ese mal nacido que lo había echado como basura.

—Con Silvio Berlusconi— comentó de pronto sólo para ver como el rostro de Maeve se descomponía en la forma que ella sabía hacerlo, su novia metió las manos en sus jeans de viaje.

—Bueno para tu información Silvio era amigo de mi abuelo— alzó los hombros antes de adelantar los pasos hacia la recamara, pero Zlatan la detuvo tomándola de el brazo.

—Note creo— sus ojos despedían enojo.—Dime qué hacías con ese hombre— Maeve se zafó del él también con el ceño fruncido, por qué demonios le molestaba tanto que hubiese ido a ver a Silvio, o deducía que esa perra iba a estar metida ahí.

Let's Play Love [Zlatan Ibrahimovic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora