03.

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Los meses han pasado muy rápido y ahora estábamos en vacaciones de verano, hoy era el primer día de vacaciones.

Aproximadamente eran las tres de la tarde y yo no tenía nada que hacer. Algo no habitual en mí.

Bajé lentamente las escaleras, raramente mis padres o mi hermano se encontraban en casa, así que podría andar desnuda por toda la casa, aunque siempre andaba en bóxer y top.

Caminé hasta la cocina y tomé el jugo de naranja de la nevera mientras me siento arriba de la encimera.

—Tu madre odia que hagas eso—la voz de Ariana me asusta, haciéndome ahogar con el jugo, cuando recupero el aliento, la veo y digo.

—Por eso lo hago—me bajo de la encimera y trato de cubrir la parte de al frente de mi bóxer, si ella llega a ver lo que hay entre mis piernas seguramente se asustaría—¿Qué haces aquí?—le digo mientras estoy detrás de la encimera, así no me puede ver.

—Tu hermano me dijo que viniera, que entre un momento volvía—me dice, sí claro ahorita vuelve, él vuelve hasta mañana niña—pude entrar con la llave de repuesto, ya sabes la que está debajo de la alfombra.

—Oh...—digo fingiendo entender—yo tengo que volver arriba—comento cuando ella se ha acercado a tomar un poco de jugo de naranja—nos vemos—camino rápidamente para que no me vea y doy un suspiro cuando desaparezco de su campo de vista.

Subí rápidamente a mi habitación para ponerme un poco de ropa, luego de unos minutos, bajé con la ropa suficiente para que no sepan que tengo algo diferente.

Caminé hasta la sala de estar, donde está Ariana con su teléfono, tal vez llamando a Henry... Él cual debe estar teniendo sexo con alguna chica o tal vez con algún chico quién sabe.

—¿Por qué no contestas?—murmura viendo al teléfono, porque se esta acostando con otra, es lo que pienso, me siento a su lado mientras veo hacia al frente.

—No contestará—le digo y ella me voltea a ver con su ceño fruncido—solo lo sé, él no va a contestar y tampoco va a volver hoy.

—¿Cómo sabes eso?—me pregunta molesta.

—Porque soy su hermana gemela—le sonrío un poco y me levanto del sillón para tomar las llaves de mi motocicleta.

—¿A dónde vas?—me detengo sorprendida por su pregunta y  me doy la vuelta lentamente.

—No lo sé, averigualo tú—comento y le tiendo mi mano para que me acompañe tal vez a algún lugar de esta ciudad tan aburrida de Chicago.

Ella me ve dudosa, pero al final de algunos segundos se levanta y toma mi mano, le doy un suave apretón y la llevo conmigo al garaje, Ariana extrañamente no me reclama por el hecho de no soltarle la mano pero pronto llegamos al garaje me veo obligada a soltarla. Tomo mi casco y se lo entrego gentilmente, ella frunce el ceño y lo toma cuidadosamente.

—¿Y tu casco?—me pregunta cuando ya lo tiene puesto y yo ya he subido a mi moto.

—Lo tienes en tu cabeza linda—le digo cuando introduzco la llave, ella se cruza de brazos y no sube.

—Tienes que tener otro, lo necesitas.

—Me importa más tu seguridad Ariana, mi vida no vale mucho a la par de la tuya, ahora sube o voy a subirte a la fuerza y no te va a gustar—vuelvo hablar y ella me examina un poco.

Ariana se acerca y se sube a la moto en silencio, enciendo el motor y toco el botón para que la puerta del garaje se cierre, arranco y Ariana se aferra a mi cintura, una sonrisa instantánea se forma en mi rostro luego de sentir sus delicadas manos en mi cuerpo.

Adore. (Ariana Grande y tú) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora