017.

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—¿Y bien? ¿Vendrás?—el tono que utilizó Camila me hizo suspirar, ella tenía la esperanza de que fuera a su noche de chicas, no quería pero tenía que hablar con Ariana aunque Emma estuviera presente.

—No tengo otra elección—le digo mientras detengo el auto al frente de su casa-solo espero que tu padre no me saque a patadas cuando se entere de que me quedaré a dormir—digo con una sonrisa burlona mientras veo que ellas se quitan en perfecta sincronía el cinturón de seguridad, Camila se disculpa y sale del auto para poder atender una llamada mientras Emma me ve con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Así que... Te estas enamorando—comenta la voz de Emma para apartar el silencio que nos rodea—siempre pensé que terminarías peor que yo—me dice y ladeo mi cabeza en modo de confusión.

—¿Qué quieres decir con eso?—le pregunto, Emma se me acerca y deja un beso en la comisura de mis labios.

—Solo te digo que el que se enamora pierde y yo perdí cuando probé tus labios por primera vez—me regalo un guiño y salió del auto sin volver a verme, siento como todos mis pensamientos y argumentos empiezan a rodar en mi cabeza volviendome más loca de lo normal. Mierda. ¿Quién se cree Emma? ¿Por qué se le ocurre que es grandioso dejarme así? ¿Por qué estoy siendo tan dramática con esto? Solo me dijo que estaba enamorada de mí, muchas chicas me lo han dicho ¿Por qué entonces me altero?

—¡Hey!—grita Camila desde la ventanilla del asiento del copiloto—¿Te ocurre algo? Parece como si te han dicho algo terrible—en realidad no, pienso.

—No, estoy bien—giro mi cabeza hasta encontrar su mirada y ella gira los ojos.

—Eres demasiado cerrada—dice con frustración y yo emboso una pequeña sonrisa.

—Claro, tengo pene. Nunca me han dado por atrás—Camila abre su boca y empieza a reír.

—¡Sal de aquí! ¡Sabes a lo que me refiero!—hago una mueca para lograr mi objetivo que es hacer cambiar de tema.

—No sé de lo que hablas Cami—me hago la desentendida—¿A qué hora tengo que estar aquí?—le pregunto y Camila sonríe.

—Si quieres vas por tus cosas y vuelves, las chicas siempre vienen a la hora que que quieren—se encoge de hombros.

—Bien, solo hago algunas cosas y vuelvo—le digo y asiente—nos vemos en unas horas—me despido, Camila se aparta de la ventanilla y me regala un guiño.

Suspiro y acelero para ponerme en marcha para ir a casa, en la radio suena alguna canción que no se de quien es pero me gusta, así que la dejo para que me pueda relajar, pienso en que me siento preocupada por lo que me ha dicho Emma y es que ahora que trato de pensar con más claridad me doy cuenta que Emma al igual que Ariana tienen ese algo que me empuja y me atrae hacia sus encantos, haciéndome no hacerlos pasar por alto.

Todo se esta uniendo encontra mía, la muerte de Finn, Lucy la sicaria, Emma y su visita imprevista, Henry y Ariana casi teniendo sexo en el instituto, mis "padres" que ya ni sé que soy de ellos, Emma nuevamente con su revelación de último momento y Ariana que no deja de estar en mi mente. Estoy harta de siempre tener estas complicaciones en mi vida, solo quiero terminar mis estudios y largarme de esta maldita ciudad.

Respiro hondo y profundo aparcando el auto a la orilla de la acera, frunzo mi entrecejo al ver una motocicleta (que para mi gusto es una belleza) aparcada al lado de la mía, salgo del auto y le pongo seguro porque lo último que quiero es que lo roben y tener que trabajar para Lucy, me acerco a la motocicleta y paso mi mano por toda ella. Mierda. Desearía tener una así.

Gruño y me regaño internamente por querer una motocicleta de ese estilo, yo tengo una y fue un regalo de mis abuelos ¿Qué más puedo pedir? Lo único que no quiero es convertirme en una superficial a igual que mi familia, derrotada camino hasta la entrada de la casa y entro en ella sin hacer mucho ruido. Probablemente unos de los amigos de Henry estaba aquí, así que no quería que me viera en esta casa.

Adore. (Ariana Grande y tú) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora