025.

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—Mierda Harley, no estoy lista para esto—murmuro caminando de un lado a otro por toda la habitación.

Veo al pequeño acostado en mi cama siguiendome de un lado al otro de la habitación, suspiro y me detengo.

Acomodo mi camisa manga larga blanca y luego paso una mano por mi cabello tratando de acomodarlo y que luzca mejor.

Tomo mi colonia y rocío un poco de ella en mi camisa, luego acaricio la cabeza de Harley quien me tendrá que esperar dentro de la habitación ya que no me gusta dejarlo con las personas repugnantes que tengo como familia.

Salgo de mi habitación y vuelvo a suspirar nerviosa por lo que vaya pasar en la cena, tiro un poco de la corbata y camino hacia la salida de la casa, aunque no camino muy rápido ya que no quiero salir aún.

Luego de tardar demasiado en llegar a la puerta, tengo la leve sensación de querer huir y no ir a la cena pero tomo una gran respiración para tomar valor.

Comienzo a caminar en dirección de la casa de Ariana con determinación, mi mano derecha juega con el anillo que tiene puesto y por primera vez en estas dos torturantes horas sonrío pensando en algo bueno.

Ariana y yo. Novias. Nunca pensé que me pondría feliz por esa palabra, al contrario más bien huía de ella. Pero creo que es Ariana la que no deja huir, me tiene presa con lo siento hacia ella.

Meto mis manos en mis bolsillos y sonrío con confianza, esta noche seré mejor que Henry en mucho, voy a demostrarle a Ariana que soy su mejor elección o tal vez su mejor error.

Con una sonrisa en mi boca toco el timbre de la casa pero mi sonrisa no dura demasiado cuando me doy cuenta que en casa de Ariana no hay ni una luz que ilumina en su interior.

Extrañada por la situación, vuelvo a tocar el timbre y espero pacientemente en la entrada de la casa hasta ver que alguien me abra la puerta.

Luego de varios minutos de espera me doy cuenta de que no hay nadie, hago una mueca sin comprender y tomo mi teléfono pero antes de que le marque a Ariana una llamada entra en mi teléfono.

—¿Qué pasa Justin?—pregunto apenas contesto, sabía que era su número.

—Sabes para que te llamo—me dice, yo pienso un poco y hago un pequeño sonido con mi boca.

—¿La pelea no es en una semana?—le pregunto.

—Sí, pero ¿Acaso crees que vas a pelear sin haber practicado antes?—me pregunta mientras yo veo hacia la puerta cerrada de la casa de Ariana.

—No pero...—me interrumpe.

—Perfecto entonces, sabes exactamente que significa—me regaña.

—Justin creeme que tengo muchas ganas de pelear pero tengo un asunto que resolv...—me vuelve a interrumpir.

—Sabes que cuando se trata de peleas soy yo quien pone las reglas, cuando tú corres es diferente—gruñe, yo giro los ojos suspirando.

—Bien—murmuro—ven por mí, estoy en casa de Ariana—le digo y corto la llamada—estúpido—murmuro cuando me dejo caer en la escalera que está en la entrada de la casa.

Tal vez no dije toda la verdad cuando Ariana me preguntó si yo peleaba, la verdad es que no lo hago, no todo el tiempo, sólo cuando Justin necesitaba un poco de ayuda en alguna que otra pelea en la cual necesitaba un compañero. O en este caso una compañera.

La primera vez fue gracioso. Para Justin y para mí, el saber que todos los espectadores se reían de mí porque creían que iba perder.

Aunque aún tengo esa sensación de arrogancia cuando acabé con mi contrincante de un sólo golpe. Esa sonrisa ególatra al enseñarle mi dedo del centro al chico desmayado que yacía en el suelo.

Adore. (Ariana Grande y tú) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora