Evanesco

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Todos los ojos en el Gran Comedor estaban puestos en nosotros.
Crabbe y Goyle habían retrocedido como si yo fuera tóxica, y Malfoy tenía los ojos abiertos como platos.

—¡Señorita Weasley! ¿Qué cree usted que está haciendo? ¡Baje esa varita!

La profesora McGonagall se había levantado de la mesa de los profesores y se dirigía hacia nosotros apresuradamente. A pesar de que sabía que estaba en problemas gracias a mis impulsos estúpidos, agradecí que no fuera Snape quien estuviera presente ante tal comportamiento inaceptable.

—¡10 puntos menos para Slytherin, cada uno! —nos señaló a Malfoy y a mí— ¡Por Merlin, es su primer día!

—¡Él la provocó! —dijo Harry, pero ella le dirigió una mirada severa, que hizo que ninguno dijera nada más.

Me mantuve cabizbaja. Había perdido 15 puntos en el primer día, técnicamente 25 si me echaba la culpa por los de Malfoy...

—¡Ha sido ella la que me ha atacado sin motivo! —dijo Draco.

Maldito cerdo. Estuve a punto de responder, pero McGonagall ya tenía lista su respuesta.

—No se haga el inocente, señor Malfoy, ambos sabemos que usted no es la víctima aquí.

Escuché a Ron reír a mis espaldas.

—Señor Weasley, Potter, Granger —se giró la profesora— ¿Qué no se les está haciendo tarde para mi clase? Lo mismo para ustedes, Crabbe y Goyle.

Los tres se levantaron de un brinco y se dirigieron a la salida del Gran Comedor, junto con Crabbe y Goyle que dudaron si dejar a Malfoy solo o no. Ron me hizo una mueca de "perdón" antes de desaparecer por la puerta.

—En cuanto a ustedes, esta es una falta que no puede volverse a repetir —continuó—, ¡Aquí nadie hace justicia por mano propia, señorita Weasley! Me temo que tengo que reportarlos con el profesor Snape —ambos intentamos disimular el desagrado que eso nos causaba, fallidamente—. Ahora, vayan con sus compañeros, quiero verlos a los dos sentados en la misma mesa todo el mes durante mi clase, para que aprendan a convivir como personas civilizadas.

Se acomodó los anteojos y salió del Gran Comedor. Salimos detrás de ella.

—Bien hecho, Weasley —dijo Draco.

Lo miré perpleja. ¿En serio iba a ser así de cínico?

—Cualquiera que sea el problema que tienes con Ron y los demás, déjame fuera de ello —respondí, decidida a evitar otro conflicto como aquél—, simplemente aléjate de mí si te parezco tan repulsiva. No es como si tú fueras muy agradable, además.

Rió.
—Pues qué mal por ti, tendrás que estar conmigo durante la siguiente hora.

Avance más rápido, dejándolo atrás.

***

La profesora aún no había entrado cuando llegamos al aula. Ron se acercó a mí preocupado, y le conté lo ocurrido.

—Lamento no haberte defendido mejor —se disculpó, apenado.

—No hacía falta, no quería que te metieras en problemas por mi culpa.

Another WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora