Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas

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Nos aparecimos en lo que parecía ser una abarrotada recepción.

Magos y brujas esperaban su turno para ser atendidos en hileras de sillas viejas de madera que apenas y se podían mantener en pie. Algunos leían pacientemente ejemplares viejos de Corazón de Bruja. Otros, por su parte, intentaban mantener la calma aún en los más extraños estados. Entre ellos caminaban personas de túnicas color verde lima, anotando su información en pergaminos agarrados por sujetapapeles. Seguramente se trataba de los sanadores, las personas encargadas de atender a los enfermos y heridos (nada que ver con los médicos muggles, con sus remedios absurdos y su afición por cortar la piel humana).

El sonido estruendoso proveniente de un chico con trompa de elefante en lugar de nariz, me hizo sobresaltar apenas pisamos fuera de la chimenea. Juro que al fondo de la habitación pude divisar a un hombre sosteniendo por el tobillo a una pequeña niña que flotaba por encima de su cabeza.

Neville me miró encogiéndose de hombros, como diciendo "este es un día normal". Nos dirigimos hasta el mostrador de una regordeta rubia, encargada de proporcionar información y guía. Un letrero grande con letras brillantes llamó nuestra atención:

Planta baja
ACCIDENTES PROVOCADOS POR ARTEFACTOS
Explosiones de calderos, detonaciones de varitas, accidentes de escoba, etc.

Primera planta
HERIDAS PROVOCADAS POR CRIATURAS
Mordeduras, picaduras, quemaduras, espinas clavadas, etc.

Segunda planta
VIRUS MÁGICOS
Enfermedades contagiosas como viruela de dragón, mal evanescente, escrofungulosis, etc.

Tercera planta
ENVENENAMIENTOS PROVOCADOS
POR POCIONES Y PLANTAS
Sarpullidos, regurgitaciones,
risas incontrolables, etc.

Cuarta planta
DAÑOS PROVOCADOS
POR HECHIZOS
Embrujos irreversibles, maleficios,
encantamientos mal realizados, etc.

Quinta planta
SALÓN DE TÉ PARA VISITAS
TIENDA DE REGALOS

SI NO ESTÁ SEGURO DE ADÓNDE DEBE DIRIGIRSE, NO PUEDE HABLAR CORRECTAMENTE O NO
RECUERDA A QUÉ HA VENIDO, NUESTRA BRUJA RECEPCIONISTA SE ENCARGARÁ DE ORIENTARLO.

—Supuse que querrías visitar a tu tío y los chicos, así que le dije a mi abuela que nos encontraríamos en una hora.

El nerviosismo se apoderó de mí. Tenía excesivas ganas de ver a mis pelirrojos primos, pero de sólo pensar que tendría que ver a Arthur, sentía cómo se me removían las entrañas. Mi motivo principal era el saber cómo estaba, pero al mismo tiempo no estaba lista para enfrentarme a esa escena en la vida real.

—El señor Weasley debería estar en la primera planta —señaló las palabras "HERIDAS PROVOCADAS POR CRIATURAS"—. Mamá y papá se encuentran en la cuarta. Nos encontraremos ahí más tarde.

—¿Cómo, no vienes conmigo? —pregunté confundida.

—Preferiría que no supieran que estoy aquí —dijo cabizbajo, ruborizándose un poco—. Nunca les he comentado que mis padres están precisamente en San Mungo. Y honestamente, no quiero que se convierta en cosa de espectáculo... No sé cómo reaccionarían mamá y papá si se encontraran rodeados de tantos ojos curiosos.

Asentí tratando de entenderlo.

Lo vi desaparecer en su andar torpe por el pasillo más cercano, despidiéndose con la mano hasta casi chocar con una sanadora que llevaba algunas muestras de quien sabe qué líquido amarillo algo turbio. Gracias a Merlín los frascos no se rompieron, pero sí recibió una buena reprimenda por ir tan distraído.

Another WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora