Another Weasley

Hogsmeade

—¿Malfoy?

Él seguía plantado en el mismo lugar en el que había enfrentado a Zabini, mirando hacia la puerta de la sala común, perdido en sus propios pensamientos.

Me pare aún dudando de qué era lo que había pasado, y le di unas palmadas en el hombro. Él reaccionó como si yo fuera radioactiva, retirándose bruscamente ante mi tacto.

—G-gracias. Quiero decir... Ya sabes. No tenías que... Yo era perfectamente capaz de...

No dijo nada. Me miraba como si tratara de descifrar algo en mis ojos. Sentía las manos frías y la cabeza me latía. Después rompió la conexión de nuestras miradas para ver hacia nuestro alrededor y suspiró, enfadado.

—Esto no cambia nada entre nosotros, Weasley —dijo fríamente—. No es que vayamos a ser amigos o algo parecido. Él se ha comportado como un idiota y lo he detenido, solamente eso.

Sentí que me hervía la sangre. ¿Por qué de nuevo se estaba comportando de ese modo? Si habíamos comenzado a hablar tan bien (para ser Malfoy) hace unos instantes...

—Yo...

—Si no tenemos más que hacer, me retiro.

Se dio la vuelta, tomó el ensayo que había sobre la mesilla y se dirigió hacia las habitaciones. Quise seguirlo para preguntarle por qué había cambiado su actitud, pero casi me golpeo contra Pansy Parkinson.

—¿Vas a algún lugar, pelirroja?

Retrocedí unos pasos. Su mirada me decía que lo había escuchado todo.
Malfoy había desaparecido en el camino hacia el dormitorio de chicos, así que suspiré y decidí dejar las cosas como estaban por el momento.

—No —respondí, sin ganas.

—¿Segura, Weasley? Me pareció que...

—Es Bourdeu, Emma Bourdeu —dije con enfado, interrumpiéndola.

A pesar de que le permitía a Malfoy hablarme por mi apellido paterno (lo cual no era por gusto, sino porque sabía que no había remedio con él), no estaba dispuesta a permitir que alguien más me llamara de ese modo, si no lo detenía a tiempo, de repente incluso hasta me iba a empezar a parecer más a... Bueno, no era el asunto ahora, había algo más importante en mi cabeza.

Eché una última ojeada hacia los dormitorios de chicos, y salí de la sala común con un rumbo en mente, reviviendo cada instante de lo ocurrido. Tenía que contárselo a alguien.

* * *

El sol me sonreía en el cielo, abrazándome con su calor, casi como si me hubiera estado esperando para quitarme el frío que me corría por la sangre. Estaba confundida por la inesperada montaña rusa por la que había pasado Malfoy, conmigo en el asiento de al lado.

Cerca del lago encontré a Ginny, con Luna Lovegood y algunas chicas también de cuarto curso. Todas me saludaron, algunas con un movimiento de cabeza distante y otras (probablemente sólo las de Hufflepuff) con una sonrisa amistosa sin prejuicios.

—¡Hola, Em! —me saludó Ginny efusivamente, pero al ver mi rostro incómodo se paró rápidamente y camino hacia mi— ¿Estás bien?

—¿Podríamos caminar juntas un rato?

Ella asintió y les dijo a sus amigas que las vería dentro del castillo.

Caminamos juntas en la orilla del lago, mientras yo lo observaba fijamente, como si pudiera ver las mazmorras desde ahí. Le conté todo, desde el ensayo hasta el enfrentamiento con Zabini, incluso lo de Pansy (con excepción, claro está, de lo del apellido).