La desgracia de los Weasley

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Neville me siguió sin decir nada, pero con expresión preocupada y aún confundida.

Paramos hasta que sentí que no podía respirar bien. Si el castaño se había cansado también, no se había quejado.

Nos sentamos en el piso de un pasillo totalmente vacío. Vimos la nieve caer a través de los ventanales.

Recuperamos el aliento durante unos minutos que parecieron eternos. No dejaba de pensar en las palabras entre Malfoy y Snape... Indudablemente hablaban de mí. ¿Pero de qué órdenes estaba hablando el rubio? ¿De mantenerse alejado de gente como yo? No, había algo más, podía sentirlo... La manera en que Snape había dicho "ella confía en ti"... El ahora común cosquilleo en mi columna vertebral se hizo presente. Tenía que distraerme si no quería cambiar ahí, en frente del gryffindor.

—¿Está Malfoy dándote problemas otra vez? —preguntó.

—No quiero hablar de ello... —musité—. Pero... En este momento me interesa escuchar lo que querías decirme.

No era mentira. Tenía muchas cosas en la cabeza, pero eso no le quitaba valor a lo que había sucedido con Neville. Merlin, parecía que habían pasado siglos desde la ultima vez que nos habíamos dirigido la palabra, el día que discutimos. Tanto había pasado desde aquello, y en cuestión de unos pocos días.

Él se aclaró la garganta.

—Te he echado de menos —dijo encogiéndose de hombros, mirando hacia abajo—. Lamento haber perdido los estribos el otro día. Supongo que me sentía herido por tu supuesta relación con Nott. Todo lo que dije... Acerca de ti uniéndote al lado oscuro... Espero que sepas que realmente no pienso eso.

Asentí con tristeza.

—Lo sé —le di unas palmaditas en el brazo—. Aún en ese momento era consciente de ello... Es sólo que... Es un tema delicado para mi —me apresuré para crear una excusa perfecta en mi cabeza—. Ya sabes, con todos esos estereotipos de los slytherin. Me preocupaba que creyeran que todo esto me iba a convertir en alguien diferente. Perdón por haber hecho más grande el asunto.

El castaño pareció entender sin objetar. ¡Ay, era demasiado bueno!

—Lamento no haberte dicho sobre Theodore —agregué haciendo una mueca.

—No te preocupes, en realidad es eso lo que me ha impulsado a acercarme.

Lo miré sin entender a qué se refería, él rió.

—Ayer que estuvimos en Las Tres Escobas pude darme cuenta de algunas cosas...

Palidecí.

Oh, no, no, no. Esperaba que no se hubiera dado cuenta de lo sucedido con Malfoy en el baño...

—¿Qué clase de cosas? —pregunté nerviosa.

—Que él no está enamorado de ti, y tú no estás para nada enamorada de él, así que después de todo es verdad que no va en serio —me brindó una sonrisa avergonzada y lo miré en plan de "te lo dije", pero suspiré aliviada—. Tengo que admitirlo... No es un mal chico, pero aún así me alegra que te estés tomando las cosas con calma.

De pronto pareció recordar algo muy importante.

—Por cierto, las vacaciones de Navidad están cerca, ¿todavía sigue en pie lo de acompañarme a ver a mis padres... cierto? Aún quiero que estés presente.

Busqué su mano para darle un ligero apretón amistoso.

—Claro que sí, Neville. No me lo perdería por nada del mundo.

Another WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora