Pasion en el Metro

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Inuyasha miraba el metro, sus ojos dorados sospechaban y desconfiaban. Kagome estaba a su lado, mirando el mapa, y sosteniendo un par de boletos en su mano. Las personas los esquivaban al no notar al par.

Inuyasha llevaba una gabardina larga y negra, unos pantalones vaqueros negros y dos voluminosas y negras botas. Y encima de su traje, una gorra de béisbol negra ocultaba sus orejas.

Kagome estaba en su uniforme escolar normal, no molestándose en cambiárselo cuando llegó a casa. Ella nerviosamente trazó con un dedo todo el camino del metro, pretendiendo parecer como si estuviera buscando su parada. Ella tragó saliva difícilmente preguntándose si ésta era una buena idea. Ella había persuadido al confiado perro-demonio de venir con ella porque ella le había dicho que un fragmento de Shikon estaba envuelto. Claro, ésa había sido una mentira con un trasfondo.

Por suerte él había mordido el anzuelo y ella estaba aliviada por eso. Ahora las cosas estaban poniéndose tensas de nuevo.
Kagome vió que su tren había llegado y sonrió. Demasiado tarde para echarse atrás ahora.

"Vamos Inuyasha. Es nuestro transporte!" Ella agarró sus brazos y lo arrastró hacia el vagón. Él miró fijamente con aprehensión como Kagome lo jaló hacia el monstruo metálico, con sus mandíbulas abriendo y cerrando mientras las personas caminaban estúpidamente hacia dentro de su boca.

"Qué?! En ese monstruo?!" Él preguntó en voz baja, haciendo reír a Kagome.

"Ése no es un monstruo. Es un vagón del metro. Como un automóvil, sólo que más rápido." Kagome explicó, jalándolo dentro con ella. Las mandíbulas cerraron chasqueando, casi atrapando el trasero de él mientras se encontraba de pie en la puerta. Él hizo notar su sorpresa, haciendo que algunas personas se volvieran a mirarlo fijamente.

Sonrojándose profundamente él frotó su mano enfrente de su chaqueta y se sentó apresuradamente al lado de Kagome. Él notó que una mujer muy grande estaba sentándose al otro lado de Kagome, aplastándolos a los dos uno contra el otro. Orillado contra la pared, él sólo podía sentarse desvalido sintiendo como los suaves pechos de Kagome se apretaban contra su costado. Ella no parecía notarlo, sólo sacó un manga de Ranma 1/2 y empezó a leer. Él sonrió, alegre de que ella había traído algo que le gustaba leer. Olvidándose de que estaban sentados un poco más cerca (Sí, fue posible) y leyendo las tiras, la barbilla de Inuyasha descansaba encima de la cabeza de Kagome. Los dos se rieron calladamente cuando leyeron sobre Akane reprendiendo a Ranma por burlarse siempre del diestro P-chan o Ryuoga.

Inuyasha se rió entre dientes, y cambió su peso para que Kagome fuera más cómoda. Al hacer eso los hizo parecer indecentes. Kagome se sonrojó cuando comprendió que tan íntima era la postura que ellos dos estaban compartiendo, y cómo las personas adultas estaban susurrando disimuladamente.

"Oh mira a esos dos. Como una pareja de recién casados." Una señora vieja comentó, sonriéndole confortablemente a Kagome. Un hombre de negocios que estaba ligeramente calvo se volvió a su esposa y le dijo, "Por qué nosotros nunca podemos ser así de románticos? Abrazándonos y leyendo historietas en el metro?" Él bromeó, y su esposa sonrió, sosteniendo un ejemplar del último Shonen Sunday.

"Bien, por qué no lo intentamos?" Ella estaba de acuerdo y los dos se acurrucaron juntos, y empezaron a leer.

Kagome se puso tensa con Inuyasha y se apartaron inmediatamente, los dos tosiendo y ruborizándose ligeramente. Inuyasha se sentó mirando fijamente fuera de la ventana mientras Kagome pretendía leer el resto de su manga.

¿<"Oh dios... Recién casados? Somos así de obvios? "> Inuyasha pensó trayendo uno de sus dedos con garras hacia sus labios, y se apoyó en el brazo del asiento. Él mordisqueaba su uña pensativamente, pensando que lindo habría sentido ella al estar tan cerca de él. Piel contra piel, corazón con corazón. Sonrió soñadoramente, imaginando despierto como sería tenerla por esposa, y quizá tener algunos niños.

One-Shot Inuyasha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora