Despacio

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Tembló ligeramente cuando los dedos de los pies rozaron la fría cerámica. Soltó un bostezo y fue hacia la cocina, encendiendo la luz de ella y abrió el refrigerador, sacó la última lata de graciosa que quedaba, tomó un poco, suspiró cansada, se sentó en la silla y recostó su cabeza sobre la mesa, frunciendo el ceño.

Mou...

Estaba tan enojada.

Tan molesta.

¡Tan... frustrada, tan insatisfecha!

Mou...

¡Era un tonto, un idiota, un chico lento!

¿Por qué¿Por qué¿Por qué¡¿POR QUÉ¿Por qué no la abrazó por la cintura mucho antes de tomar asiento en el restaurante¿Por qué se tomó tanto tiempo en darle un beso de despedida¿Por qué no aceptó que tuviera un día para ella sola¿Qué había de tanta importancia?

Mou...

Para otras cosas no era lento. Era rápido, calculador, frío, completamente concentrado en lo que hacía. Su ceño estaba más fruncido, su mandíbula estaba más apretado de usual, sus ojos apenas dejaban mostrar una pizca de lo que sentía, pero... ¡Dios santo, cuando quería podría ser tan...!

Tembló por la furia contenida y apretó los puños fuertemente. ¡Tonto! Cómo odiaba cuando tenía aquella expresión: lo hacía ver maduro, poderoso, la derretía completamente y no podía hacer nada. ¡Nada!Se dejaba caer en sus encantos, podía controlarla como a un títere. ¡Maldito poderío masculino!

Mou...

Encima, lo peor de todo es que después era un chico lento, despistado, malhumorado, gritón, cínico, arrogante, egocéntrico, burlón, molesto, tonto, idiota, aniñado. ¡Gritaba por absolutamente todo! Le pegaba a Shippou, molestaba a Miroku, asustaba a Sango, se burlaba de ella.

¡Y luego venía, le decía que era hermosa y... después terminaba haciendo lo mismo¡Constantemente¡Una y otra vez¡Se mostraba tan...¡Arg, idiota!

-Baka... -masculló apoyando su mentón en la ahora tibia mesa, mirando fijamente la marca de la lata -. Baka, baka, baka...

Se levantó, volviendo a bostezar y guardó lo que quedaba de la gaseosa. Se rascó la nuca y alisó su vaporoso y transparente camisón rosa, sin saber desde cuándo ese babydoll le llegaba hasta la mitad del muslo. ¿Con qué diablos se habrá encogido?

Arrastró los pies sobre la alfombra y tapó otro bostezo perezoso. Aquello le hizo recordar a su sonrisa perezosa, los ojos entrecerrados y también lentos, recorriendo su cuerpo con demasiada pasión que... Sacudió la cabeza y se sentó en la cama, abriendo la ventana para que corriera un poco el aire.

¿Hace cuanto que no tenía un tiempo para ella sola?

¿Podría ser que hace diez años no tenía todo este tonto tiempo para ella sola? Hacía mucho que no se tomaba un baño de burbujas, que utilizaba su secador de cabello, su peine, dormía con sus sábanas y en su cama. Era demasiado tiempo para ella.

Y lo peor era que no sabía que hacer.

Digamos, siempre se quejaba de que no tenía tiempo para ella, armaba lo que haría cuando finalmente eso sucediera y... ¿qué pasó? Ahora no sabía que hacer. La ropa estaba limpia. Comió su comida favorita: oden, y también su helado favorito: menta con frutilla. Anduvo con una toalla rosa por toda la casa. Vio televisión: una telenovela, su animé favorito, el noticiero, otro animé y un documental sobre Egipto.

¿Por qué hizo todo eso?

¿Por qué no tenía nada mejor que hacer?

Quiso salir de compras, pero ya era demasiado tarde y hacía tanto calor que las ganas se le fueron tan rápido como vinieron. Entonces¿qué se podría hacer? Sango estaba bastante ocupada con Miroku, tanto Ayumi, Eri y Yuka estaban con sus respectivas parejas.

One-Shot Inuyasha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora