One-Shot Inuyasha

Enamorado de Mi Nana

Joven, arrogante y solitario. Indomable, suspicaz y grosero. "Salvaje", "hambriento" y "sediento"...eso era Inuyasha Taisho, un joven de 17 años, rebelde y que llevaba su vida a su manera sin que nadie pudiera decirle nada, NADA.

Su padre era empresario, su madre ama de casa y sus hermanos, Sesshomaru, el mayor, se había ido hace mucho tiempo de su lado (para su suerte) y trabajaba en una de las sucursales de la empresa de su padre fuera de la ciudad en la que vivían, y el menor era Shippo quien apenas tenía 7 años.

Despechado y vengativo, eso lo describían, también. Su ex -novia lo había engañado con su peor enemigo, un mastodonte de último año que a pesar de ser una masa de músculos, no le ganaba en fuerza y belleza. Si, Inuyasha era verdadero adonis celestial y guerrero "mitológico".

-maldita Kikyo...- aplastó la lata de gaseosa con su mano derecha y la lanzó al cesto de basura – me las pagarás...zorra...- rechinando los dientes

-tranquilo amigo...hoy saldremos y la olvidarás por completo...- dijo su amigo de coleta y mirada tranquila, palmeándole la espalda

-si, tienes razón Miroku...por cierto ¿adonde iremos?- preguntó curioso Inuyasha mientras buscaba qué ropa ponerse para salir

-con los muchachos pensábamos ir a un cabaret...¿te va?- esperando una aprobación

-con tal de olvidar a esa, cualquier cosa – suspirando resignado, su corazón no sufría dolor sino que rabia por haber sido usado de esa forma

El no era juguete sexual de nadie, ni tampoco muñeco para presumir y esa se había pasado ese límite y más...

-hijo ¿saldrás hoy?- preguntó una joven y dulce mujer de cabello oscuro

-hola señora Taisho – y tomó la mano de la mujer, depositando un dulce beso lo cual la sonrojó y sacudió su mano libre en signo de pena

-con mi madre no, Miroku – dijo en un grito y a pasos veloces, separándolo de ella – si, madre...saldré ¿Por qué?- arqueando una ceja

-no, por nada...solo que pensábamos salir con tu padre...y te íbamos a pedir que te quedaras con tu hermanito...pero no importa, será la próxima...- dijo amable como siempre

-¿y por que no llama a una niñera?- sugirió Miroku

-si, madre...llama a una y así salen un poco...- sonrió Inuyasha

-está bien...llamaré a una amiga que ella tiene una niñera de confianza- sonrió y se marchó

Sus padres estaban listos, esperando a la persona que cuidaría del pequeño Shippo cuando sonó el timbre y fueron hasta la puerta, abriéndola y viéndose una pequeña figura femenina que no pasaba los 16 años.

-¿señor y señora Taisho?- preguntó

-si...- dijo el señor

-yo soy Kagome Higurashi, la niñera...- e hizo una pequeña inclinación en forma de reverencia

-entra joven...- dijo la señora con una sonrisa

-permiso...- y entró, los siguió hasta la sala

-bueno, saldremos por unas horas...puedes sacar lo que necesites para ti y para Shippo del refrigerador, puedes utilizar la televisión y siéntete cómoda en esta casa...- dijo el señor con una agradable sonrisa

-gracias señor...no se preocupe, estaré en todo momento con el niño, no me gusta descuidarlos, haremos todo junto ya sea comer, mirar televisión o jugar con sus juegos, trataré de inculcarle que lea o estudie si me lo permiten y se irá a dormir temprano-