El sonrojo se extendió por todo el rostro de Kagome, principalmente sobre la nariz. InuYasha frunció el ceño ante la pregunta que se formó en su mente¿todo su cuerpo también se sonrojaría?
Por una fracción de segundo, InuYasha pudo notar un ligero enrojecimiento que nacía desde el cuello de la muchacha y se extendía hacia abajo. Miró su rostro, sintiéndose orgulloso por aquellas mejillas ruborizadas.
–¡I… InuYasha-kun! –replicó Kagome, moviéndose inquieta de dónde estaba, pegando más sus brazos hacia los costados de su cuerpo.
Y sin darse cuenta, había juntado sus senos. Aquello no pasó desapercibido por él y la miró nuevamente, sonriéndole de costado.
–Oh, vamos, dilo –respondió InuYasha, acercándose, apoyando sus manos contra la mesa para estar más cerca de la quinceañera.
–No.
Le gustaba esa obstinación que poseía, y verla ahí, tan sonrojada, tan inocente, no podía más que admirar. No sería una belleza como otras mujeres, pero poseía un encanto muy, pero muy influyente para sus ojos.
Nuevamente, sus ojos dorados se posaron en los chocolates de Kagome y ella pegó su espalda contra la silla, sacudiendo su cabeza.
Desde dónde estaba, podía percibir los latidos acelerados de Kagome. Su corazón bombeando la sangre apresuradamente hacia todo su cuerpo, llenándola de un ligero rubor por todas partes. Hasta sus manos estaban enrojecidas.
Entonces, una pregunta curiosa cruzó por su cabeza.
¿Ese sonrojo también cubriría sus senos?
Debería averiguarlo y sólo conocía un método para hacerlo. Un método que tanto él como ella habían esperado desde hacía muchísimo tiempo, tal vez desde la primera vez que cruzaron miradas.
Ella tendría catorce años y caminaba con su uniforme de marinerita color verde, meneando sus caderas graciosamente, casi con torpeza. Era de estatura normal y cuerpo todavía más normal, por lo tanto había pasado desapercibida por él.
Aún así, cuando ella estaba cruzando la calle un vehículo rojo se acercaba con muchísima velocidad. Al darse cuenta que ni ella misma se había percatado que se le estaba acercando una muerte segura, corrió y la salvó.
Él estaba cursando el último año de secundaria alta y ella apenas estaba en el último de secundaria baja, pero asistían al mismo colegio. Un dato muy interesante para él, que no pudo evitar sentir cierta protección hacia esa chiquilla temblorosa bajo su cuerpo.
Desde entonces, agradecida, fue… como… sí, fue su 'amiga'. Más bien sería 'amigos con derecho a besarse', porque casi al mes de conocerse ya estaban compartiendo unos cuantos buenos besos.
Y era de extrañar, ya que era muy tímido con la mujeres y demasiado testarudo para aceptar que estaba interesado en una chiquilla cuatro años mejor que él. ¡Keh! Eso no tenía importancia, esa pequeña era adorable.
–Vamos, dilo –gruñó seductoramente InuYasha, apoyando su codo en la mesa y sosteniendo con su palma el rostro atractivo.
Kagome corrió un poco la silla.
–¡Nunca lo diré! –le sacó la lengua como una pequeña, demostrando su rebeldía -. ¡Date por vencido, InuYasha-kun!
Volvió a sonreír levemente como cada vez que ella lo llamaba 'InuYasha-kun'. Le gustaba como sonaba eso, y eso que a ninguna compañera de curso jamás se atrevió a llamarlo de esa manera. La chiquilla ignoraba unas cuantas cosas.
Y eso le atraía cada vez más.
–Acéptalo, estás muerta por mí –la ronca voz del muchacho se volvió ligeramente rasposa, lo cual hizo temblar exageradamente a la joven.
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One-Shot Inuyasha
FanficPues como dice el titulo estos son unos one shots de inuxkag. Perdonen los errores ortográficos 😄