Capítulo 5

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Eran casi las doce de la noche y, aun así, Donna Ackles no podía dormir. 
Había vuelto a discutir con su hija y no estaba a gusto sabiendo que su pequeña se encontraba viviendo en una casa donde la depravación estaba al orden del día y era el sustento principal. 
Aparte, estaba, por supuesto, el hecho de que allí, toda la depravación venía del que había sido siempre su pequeño y su ojito derecho. 
Amaba a Jensen y, ella, siempre se había considerado una de esas madres que realmente tienden a idolatrar más a uno de sus hijos y, por eso mismo, que Jens le hubiera salido con esa tontería de ser gay le había molestado pero, encima, el porno homosexual... 
No entendía por qué su hijo había querido traicionarla de esa manera, mostrándose ante todo el mundo como un ser vicioso, cuando ella había visto lo lindo que es en realidad durante toda su vida. 
La mujer podía aguantar que le gustaran los hombres pero que fuera por ahí, vendiéndose y deformando su imagen ejemplar... eso era insoportable para ella. 
Además Jensen, por alguna razón, se había hecho conocido y su fama había traspasado el porno, llevándole también a la televisión y a la prensa normal, en la que hablaban de lo increíble que era. 
Hablaban de él como si fuera un cacho de carne y Donna no podía soportarlo. Mandando callar a todo aquel que quisiera contarle algo de su hijo. 
Así había vivido esos años en los que no había vuelto a contactar con su pequeño. 
Amargada, triste y furiosa con Jensen y con el mundo. 
Se secó las lágrimas con rabia y siguió pasando cadenas hasta que la imagen del chico rubio, guapísimo y esplendoroso llenó toda la pantalla. 
Hacía tanto tiempo que no veía aquellos ojos verdes... Los adoraba y no pudo presionar el botón de cambiar el canal pues el tiempo había sido demasiado, demasiado largo sin ellos... 

-Es que cada vez que te veo estás más guapo- habló la presentadora de uñas esmaltadas. 
-Gracias, Anna. 
-¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algo apasionante?- preguntó otra de las colaboradoras. 
-De hecho, sí. Tengo un nuevo compañero, bastante genial. Estamos trabajando en un nuevo film. 
-¿En serio? ¿Tenemos una nueva estrella a la vista, acaso? 
-Oh, yo diría que sí y es bastante reluciente. Puede que me quite el puesto en los premios de este año... 

Los murmullos se hicieron más fuertes mientras Jensen sonreía. 

-No creo que eso sea posible- dijo la presentadora. 
-Yo creo que eso ya es un hecho. Jared Padalecki le quitará muchos trabajos a los grandes de esta profesión hasta que se haga con sus puestos. 
>>Y yo estaré más que feliz de ser su pasivo en esos trabajos. 

Hubo muchas risas, antes de que volvieran a preguntar. 

-Así que, ¿te está gustando trabajar con él? 
-Bueno creo que a todo el mundo le gustaría...- su voz se volvió un poco más ronca. 
-Aquí va a triunfar el amor- comentó otra de las colaboradoras con voz chillona. 
-Bueno... Nos lo pasamos bien. 

Más risas y pitidos recorrieron el plató. 
Donna estaba a punto de quitar la televisión con expresión de enfado cuando la presentadora volvió a hablar. 

-Bueno, hablemos de lo importante Jensen ¿te parece?- acarició la rodilla del chico- Hemos oído que estás ayudando mucho a las asociaciones de jóvenes LGTB que, por alguna razón, han acabado siendo repudiados o echados de sus casas... 
-Sí, es increíble que esto siga ocurriendo pero, es un hecho, que hay padres que aún dejan a sus hijos de lado. Que los odian por tener una orientación sexual diferente. A veces, hasta el punto de dejarles totalmente abandonados y hundidos moralmente. 
>>Es difícil rehacer tu vida cuando no tienes a nadie. 
-Estamos hablando de jóvenes de dieciséis a dieciocho años, incluso diecinueve o veinte que se quedan tirados en la calle con poco más de veinte dólares y lo puesto. 
-Exactamente. En ocasiones, ni siquiera tienen algún amigo que pueda alojarles los primeros días. 
-Estos chicos están siendo condenados a ser indigentes, ¿no es así? Quiero decir, ni siquiera van a encontrar trabajo, si no pueden acceder a un aseo mínimo- preguntó el colaborador más mayor. 
-Por supuesto. Por no hablar de que los jóvenes de dieciséis años que se ven forzados a dejar los estudios, ni si quiera tienen una preparación suficiente. 
>>En los mejores casos, madres de amigos o familiares les han acogido en sus casas por tiempo indefinido pero no siempre es así de fácil. 
-Es una locura, tan pequeños...- lloriqueó la mujer de voz chillona. 
-Sí, a menudo sufren abusos sexuales o se ven forzados a adentrarse en el mundo de la prostitución. 
-Jensen, tú eres una imagen muy reconocida en el mundo LGTB y también fuera de él, verte contribuir a una causa así, seguro que calla muchos de los comentarios despectivos que te hacen por tu profesión, ¿no es así?- preguntó el segundo y último colaborador masculino. 
-Sí, no lo sé, puede que sí pero eso es lo que menos me importa. 
>>El que quiera meterse conmigo lo va a hacer haga lo que haga y más si lo que tiene contra mí es mi profesión... 
>>La gente que tiene problemas morales con mi profesión me va a considerar amoral, está claro... 
-¿Cómo tus padres?- cuestionó la presentadora. 
-De hecho sí. Mis padres no están de acuerdo y me consideran un pervertido. No creo que les importe una mierda que ayude a los demás... 
>>Además tampoco llevan bien el hecho de que sea homosexual de modo que... 
-Tuvo que ser duro para ti. 
-Sí, me echaron de mi casa y no soy bienvenido por allí- sus ojos se empañaron levemente y tragó saliva antes de continuar- Por eso esta asociación es muy importante para mí. 
>>Mis padres cancelaron mis cuentas y no pude terminar la universidad... 
>>De hecho, si no hubiera tenido esa suerte en el porno... No sé qué hubiera sido de mí. 
-¿Crees que alguna vez hayan visto algo de tu trabajo?- habló otra de las colaboradoras. 
-Lo dudo. Ni siquiera creo que vean las entrevistas porque mi hermana, que es el único miembro de mi familia que aún me quiere- a Donna se le paró un segundo el corazón- mil veces ha intentado darles fechas en las que fueran emitir algo... Incluso, les ha llevado recortes de revistas en las que he salido y siempre han dicho que no quieren saber nada de mí. 
-Debe ser duro, sentir tal desprecio de la gente que, se supone, más te quiere en el mundo. 
-Es duro. Es duro cuando acaba de pasarte y será duro por el resto de tu vida pero, para vivir, tenemos que aprender a superar las cosas y, si esta asociación puede ayudarte a convivir con esto de alguna manera, creo que merece la pena apostar por ello. 
-Yo también lo creo- dijo la presentadora- Y quiero que tengas claro que, al menos, has conseguido una donación, por mi parte. 
-Gracias por todo Anna. Con que una sola persona ayude gracias a esta entrevista me doy por satisfecho. 
-Gracias a ti por acompañarnos- la imagen se centró en la mujer que, mirando a cámara empezó a decir las distintas maneras en las que podían conocer mejor la asociación y ayudar. 

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