TSW: Special 2 (La postura favorita de Jensen)

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-Sí, más... ¡Ah! Más fuerte- gimió Jensen mientras ese guapo actor pelirrojo volvía a embestirle con fuerza. 

Jeff, les pidió que cambiaran de posición y, al segundo, se encontró sobre ese musculoso cuerpo, botando y dejando que esa polla (bastante decente para su gusto) se introdujera lo más profundo que pudiese en su interior una y otra vez. 
Se acordó de su Jared, de la última vez que lo tuvo de esa forma. Esos gemidos y gruñidos apasionados mientras apretaba sus nalgas... 
Un gemido, esta vez real, se escapó de sus labios. 
Solo deseaba acabar con aquella toma y volver a casa. 
Aquel día tocaban hamburguesas para cenar y el rubio no pudo evitar relamerse con hambre. Cenaría, bebería unas cuantas cervezas y luego tendría a su pequeño de manera obediente justo donde quisiera. 
El director le pidió el orgasmo lo antes posible y él cerró los ojos mientras se bombeaba a toda velocidad pensando en Jared. 

La alegre risa de Chad le hizo sonreír a él también

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La alegre risa de Chad le hizo sonreír a él también. Al fin, después de meses, había conseguido un trabajo como modelo. Era una cosa pequeña y atrevida para un perfume de fragancia masculina. 
Debía posar denudo en un barco. 
Aunque no tuviera que mostrar su polla si no solo su trasero, sabía que era muy probable que por eso lo hubieran escogido a él, antes que otros modelos jóvenes pero pudorosos. 
No le importaba, sabía que él podía adaptarse y amoldarse a lo que fuera. Además era profesional y esa era una cualidad que iba calando entre los diseñadores y productores creativos que, a la larga, pudieran seguir contratándole. 

-¿Qué me dices Jay? ¿Estás feliz?  
-Oh, sí, señor. Estoy emocionado de poder traer dinero a casa de nuevo. 
-¿Tu maridito estará contento pues?  
-Sí, creo que lo estará- rió mientras terminaba el aliño de las hamburguesas, antes de empezar a darles forma. 
  
Harley se encontraba sentado bastante cerca de él con expresión concentrada como si esperara que algún pequeño pedacito pudiera caer al suelo en cualquier momento. 

-El otro día, estábamos Meg y yo en la cama... 
-¡Chad!  
-Viendo la tele Jay, ¡viendo la tele! Mira que eres tonto... Bueno, el caso es que estábamos haciendo zapping y encontramos una peliculita de tu chico... 
-Aah- Jared no supo qué más decir a eso. 
-Era un tío súper... No sé era... Bondage, no me entretuve mucho pero vi que era bastante reciente... 
-No sé, no hablamos mucho de eso... 
-No te dan... ¿Celos? 
-Es solo trabajo Chad. 
-Sí pero su trabajo es que tíos como castillos le enculen... Quiero decir, ahora mismo estará follando, eso no te pone... ¿tenso?  
-¡Chaval! Debo reconocerlo, tú sí que sabes hacer que un amigo se sienta seguro- se burló dándose la vuelta de forma brusca, haciendo que un pedazo de carne se desmoronara de la hamburguesa a medio hacer que portaba en sus manos. 

El perro ladró con alegría, corriendo y comiendo el pequeño tozo que ensuciaba el suelo hacía apenas unos segundos. 

-¡Harley!- se quejó el muchacho con las manos llenas sin poder hacer mucho- ¡Harley no! Después te duele el estómago- dejó la carne en el bol y se limpió las manos para coger al animal por el collar, dirigiéndolo hacia la puerta de la terraza. 
-Tranqui Jay... Sabes no quiero hacerte sentir mal, es solo que yo no creo que pudiera estar en tu situación. 

El chico cerró la puerta de cristal una vez hubo dejado al perro fuera y, entonces, volvió para seguir cocinando. 

-Solo intento no pensarlo, ¿sabes? Que está follando ahora... Sé que no significa nada, pero intento suprimirlo. 
-Entonces te importa. 
-Claro que me importa. Está con actores guapos de amplia experiencia, la mayoría más mayores y acordes a él, ¿sabes? 
>>Aparte está el tema de que yo ya no estoy en ese mundo y... No sé, es como si pensara que ya no estoy en su misma honda. 
-Tonterías, ¿que no os dediquéis a lo mismo significa que no estáis en la misma honda? 
-Ya sé, no tiene sentido, pero a veces pienso esas cosas estúpidas cuando me encelo un poco. 
-Jay, no deberías guardarte esas cosas para ti. Puedes hablar con Meg o conmigo... Puedes hablarlo con Jensen... Lo que no está bien es reprimir la cosas porque un día pueden estallar las emociones de la forma menos pensada... 
-No es un problema para mí celar a Jensen de vez en cuando, no voy acumulando. 
-Ya seguro que no, pero la ceremonia de premios AVN(¹) será pronto... ¿Acompañarás a Jen? 
-Claro que sí- se tensó un poco mientras cubría las hamburguesas ya preparadas con papel transparente para así poder guardarlas en la nevera. 
-Lo que supongo... No resultará un problema. 
-No. 
-Porque me han dicho que Jensen actuará con un tío, allí frente a todos... 
-Vale, vale, lo admito, ¿está bien? Pensaba escabullirme para no tener que ver eso. 
-¡Ajá!  
-No seas idiota, no tengo por qué ver eso Chad. Solamente tengo que estar cuando vaya a recoger sus premios. 
-Donde pondrán una gran pantalla en la que mostraran la escena por la cual recibe dicho premio... 
-Está bien, hablaré de esto de los celos con Jen...  
-Deberías aprender a compartir mejor tus cosas con tu pareja. 
-Yo comparto todo con Jen- rió sentándose junto a Chad en la mesa de la cocina al tiempo que tomaba su cerveza para darle un buen trago. 
-No vale solo compartir lo bueno Jay, si no también lo malo, lo que te preocupa. Ya sabes, pedir ayuda con tus problemas a las personas que te aman y que mirarán bien por ti. 
-Sí- observó pensativo su cerveza antes de acabársela de un trago- Tienes razón... 
-Vaya, ¡tengo razón! Eso es nuevo, pero me gusta- rió. 
-Eres idiota- le contestó con una sonrisa. 

En ese momento, pudieron escuchar como la puerta principal se abría anunciando la llegada de Jensen incluso antes de que éste saludara.   
Jared le avisó de que estaba en la cocina y su rubio entró alegremente dispuesto a robar un beso de esos finos labios que tanto llevaba echando de menos durante el día.  
Saludó a Chad con la mano antes de coger al menor por los mofletes para obligarle a alzar la cabeza y fundirse con él en un profundo beso. 
Cuando se separaron el pequeño no pudo evitar reír suavemente. 

-¿Vienes de buen humor? 
-Es que tenía tantas ganas de verte... ¿Qué tal Chad? 
-Bien- saludó el aludido. 
-¿Te quedas a comer?- preguntó el rubio tratando que no se notara que estaba esperando que la respuesta fuera negativa. 
-No, he quedado con Meg, solo estaba celebrando un poco con Jared. 
-¿Y qué se celebra? 
-Bueno, por fin me han dado un trabajo como modelo. Mi primera sesión de fotos. 
-¡Genial!- le abrazó efusivamente por la espalda- Ya era hora de que esos cegatos reconocieran tu belleza. 
-Eso digo yo- corroboró Chad. 
-Vale, ya está bien- se sonrojó- Sé que no soy para tanto chicos, no me doréis la píldora. 
-¿Qué no eres para tanto? Tú deliras Jay...- dijo el mayor mientras le desordenaba el pelo. 

Se dirigió con paso decidido a las puertas del porche, abriendo una de ellas para que Harley pudiera entrar. Si no había ido a la puerta a saludarle tenía que ser porque Jared lo hubiera castigado fuera por algo. 
El perro canela corrió hasta él, alzándose en sus cuartos traseros para intentar lamerle la cara. 
Jensen se acuclilló, acariciando al animal con cariño mientras este movía el rabo de un lado para otro mostrando su alegría y excitación. 

-Hola trasto, ¿qué has hecho esta vez para quedarte fuera?  
-Estaba comiéndose cualquier cosa que caía al suelo mientras preparaba la comida. 
-Deberías tener cuidado Jay, ya sabes que luego le duele el estómago. 
-¿Me echas la bronca a mí? 
-Solo digo que tienes que intentar aprender a cocinar sin tirar cosas por todas partes. 
-Claro, claro... A veces me flipa como consientes a Harley- dijo el castaño algo molesto al tiempo que la risa de su amigo empezaba a llenar la habitación. 
-Bueno, es hora de que yo me vaya. Enhorabuena por tu trabajo Jay y recuerda lo que hemos hablado... 
-Sí- contestó poniéndose de pie al mismo tiempo que lo hacía Chad para luego acercarse a darle un abrazo. 
-Nos vemos Jensen- le saludó con la mano al tiempo que salía de la cocina. 
-Adiós, que te vaya bien con mi cuñada. 
-Sí, eso espero- rió antes de desaparecer del todo. 

El menor se dirigió hasta la nevera para sacar las hamburguesas, escuchando de lejos como la puerta de entrada se cerraba detrás de su mejor amigo. 

-¿Quieres una cerveza?- le preguntó a Jensen. 

El rubio no había podido apartar los ojos de su niño desde que entró a la casa y, ahora, viéndole doblado buscando en la nevera siente que podría lanzarse sobre él sin pensárselo. 

-Sí, píllame una bien fría- le pidió con la pecaminosa intención de que tuviera que inclinarse un poco más para alcanzar las del fondo del frigorífico- Sí- ronroneó al ver ese culito- Me muero de hambre Jay... 
-¿Vamos encendiendo la parrilla?- cuestionó sin distinguir el doble sentido de esas palabras, levantándose para darle el botellín a su chico. 
-Claro, claro... Ya lo hago yo, tú ve aliñando las patatas- se giró, dirigiéndose al porche- Vamos trasto- dijo dándose unos cuantos golpecitos en la pierna para que el perro le siguiera. 

Afuera corría una ligera brisa fría, propia de una noche de principios de Enero. Jensen encendió las estufas de exterior al máximo para que el ambiente se caldeara lo más rápido posible y luego se puso a preparar la barbacoa. 
No había nada que le gustara más que el olor de las brasas encendidas, nada más olerlo, se le habría un hoyo en el estómago que le hacía rugir las tripas.
Jared no tardó mucho más en salir al exterior con él, donde empezó a colocar la mesa mientras Jensen cocinaba las hamburguesas.

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