Capítulo 14

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Jared agarró las sábanas fuertemente con dedos temblorosos, sintiendo como la lengua de su amante le recorría el cuello con lentitud mientras le estimulaba la próstata con su índice en un lento movimiento de atrás hacia adelante.

-¿Cómo se siente?- preguntó el rubio besando sobre su clavícula.
-Bi-bien- murmuró notando como empezaba a derramar líquido preseminal.

Jensen sonrió bajando por su pecho y estómago hasta besar su glande. El pequeño se revolvió sutilmente, alzando las caderas en busca de más contacto pero su chico continuó descendiendo y, entonces, sacó su falange de su estrechez para sustituirla por su lengua.
Jared jadeó con fuerza. Jamás le habían dado un beso negro y, por Dios, aquello le estaba pareciendo increíble.
Notaba la intrusión tibia y resbaladiza, haciendo que sus músculos internos se expandieran con cada pasada circular de aquella ávida lengua sobre ellos.
Entonces, dos dedos se abrieron paso en su cavidad mientras Jensen le continuaba lamiendo.
Su cuerpo entero temblaba de manera inconsciente con cada chispazo de corriente que el rubio creaba en su interior, al golpear su próstata o al expandirle solo un poquito más.
El mayor movía sus dedos en forma de tijeras sintiendo como Jared se revolvía una y otra vez, gimiendo con fuerza.
Finalmente, el menor comenzó a moverse, auto penetrándose con sus dígitos y Jensen supo que ya estaba preparado para pasar al siguiente nivel.
Se levantó clavando sus pupilas en las impresionantemente dilatadas de su compañero, observándolo mientras insertaba un tercer dedo en su interior.
El aullido que profirió Jared hizo que su sangre empezara a hervir en sus venas al tiempo que volvía el movimiento más apremiante.

-¿Demasiado?- volvió a cuestionar con la voz profunda por el deseo.
-N-no no... Oh, Dios Jen, ¡Sí! Sí, más- dijo entre jadeos con palabras algo estranguladas.
-Dame el lubricante- ordenó alzando la mano que le quedaba libre en dirección a su amante.

Sin saber cómo, el castaño recuperó sus funciones motoras lo justo como para tomar el bote que habían dejado en la mesita de noche y entregárselo a su excitante torturador.
Vio como Jensen tomaba el frasquito y lo habría con los dientes, antes de empezar a echarse una buena cantidad sobre su miembro, que estaba increíblemente grande y pulsante.
Jared no sabía si era por el olor a melón o por el deseo profundo que le atenazaba en el bajo vientre pero, al contemplar esa imagen, la boca empezó a salivarle abundantemente, con las ganas que tenía de probar esa polla perfecta.
El mayor le pilló relamiéndose y movió las yemas de sus dedos para que estimularan su próstata de lleno.

-¡Aaaah! Avisa cuando vayas a hacer eso...
-No sería divertido entonces- sonrió de lado, retirando su mano y dejándole con una profunda sensación de vacío.

Con preocupación, observó cómo Jensen bombeaba su miembro un par de veces antes de posicionarlo de modo que la cabeza de su sexo ya rozaba su entrada levemente.
El corazón empezó a bombearle con fuerza y, de manera instintiva, retrocedió, tratando de huir de esa sensación dolorosa y punzante que era el sexo anal en sus recuerdos.

-Eh- susurró el pecoso con voz tranquilizadora, colocándose sobre él para besarle los labios con dulzura y acariciarle el pelo- Todo va a estar bien Jay, te lo prometo.
>>Haré que sea placentero para los dos...
-Te quiero- pronunció como una plegaria mientras rodeaba con sus piernas las caderas del mayor.
-Yo también te quiero.

Volvieron a besarse jugando en la boca del otro, enredando sus lenguas y mordiendo de vez en cuando lo suficientemente fuerte como para provocarse gruñidos el uno al otro.
Mientras aquel juego de dientes y saliva duraba, Jensen restregaba su miembro entre las nalgas de su pequeño y cuando, al fin, sintió que su entrada comenzaba a palpitar, tratando de absorberle, se posicionó para ir introduciéndose poco a poco.
Jared rompió el contacto de sus labios, gritando a pleno pulmón en el momento en el que las pelotas de su amante chocaron contra sus nalgas.
El rubio se apresuró a tomar la polla del joven entre sus dedos y empezó a masturbarlo con rapidez.
Podía sentir los músculos internos de su castaño, apretándole con fuerza y su cuerpo grande y fuerte temblando levemente por la tensión.
Jensen se quedó quieto, agachando la cabeza para besar los hombros de su niño, calmando los movimientos que proporcionaba a su sexo y haciendo hincapié en aquellas zonas que sabía que le volvían loco.
Recorrió la cabeza de su miembro sintiendo como el líquido preseminal llenaba la palma de su mano, produciendo a la vez, excitantes sonidos húmedos que consiguieron que su propia erección temblara dentro de Jared. Sin poderlo evitar, un gemido se le escapó chocando contra la piel del terso cuello moreno que se encontraba lamiendo.
El menor respondió con un suspiro de placer mientras acariciaba a Jensen a la altura de sus riñones, instándole a pegarse un poco más a él.
Parecía que la tensión estaba desapareciendo y el pecoso intentó tantear el terreno con un movimiento circular de caderas, lento, pero contundente que dejó a su pareja temblando debajo de él mientras le apretaba y le absorbía con una fuerza desesperada que nunca antes había sentido.

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