Lo que no te enseñan en clases ★ THORKI {Completa} #1

All I want for Christmas is you.

Era el día víspera de Navidad, Thor me había despertado con un desayuno en la cama, deliciosos waffles con mermelada y miel de maple, sin faltar el jugo de naranja.

—Buenos días, príncipe durmiente.

—Buenos días, Thor— sonreí.

—A pesar de que ya mañana va a ser Navidad, hoy tenemos una agenda un poco apretada.

—¿Qué vamos a hacer? Sorpréndeme.

—Iremos al centro primero, luego veremos qué se nos aparece por ahí.

Me acarició la mejilla y me besó la punta de la nariz.

—Pero primero, desayuna, yo ya traigo mi plato.

Se levantó de la cama y en menos de un minuto apareció con otra bandeja llena de comida.

—¿Tengo que comerme todo esto?— pregunté.

—Si fuera por mí, me comería todo. Pero sabes que la doctora dijo que deberías empezar a acostumbrar tu estómago a comer un poco más.

Reí.

—Si no fuera por mí, no tuvieras tanta comida en tu cocina.

—Si no fuera por ti, no fuera feliz.

Desayunamos tranquilamente, y luego de eso nos arreglamos para salir al centro, como él había dicho. Tomó las llaves de su auto mientras que yo prendía las luces del árbol de navidad.

—Si llegamos de noche, por lo menos algo debería iluminarse.

Tomé mi bufanda de la mesa y lo alcancé en el ascensor. La cuidad se veía muy agitada, estaba realmente movida, con todo eso de las compras de última hora que acostumbran a hacer. No entendía por qué los norteamericanos dejaban todo para último minuto. Por suerte, el regalo que le tenía a Thor ya había sido comprado unas semanas atrás, después de que me hicieran la transfusión de sangre que me salvó la vida.

Thor me llevó a Central Park, todo estaba vestido de blanco, la nieve era maravillosa, los árboles no tenían ni una hoja y sus ramas estaban cubiertas de nieve. Seguimos caminando por el sendero y unas cuántas personas estaban haciendo figuras en la nieve, y en el lago había varias personas patinando.

—¿Quieres intentarlo?— me miró.

—¿Yo? La verdad, nunca antes había patinado...

—Yo tampoco, pero si vamos a hacer el ridículo, hagámoslo juntos— rió.

Fue al auto y sacó de la maletera dos pares de patines, me reí sin poder evitarlo.

—Estabas predispuesto a hacer esto hoy...

—La verdad, necesitábamos algo que hacer para esperar al almuerzo.

—¿Y si yo hubiera dicho que no?

—Te hubiera traído a la fuerza— le tomé los patines de las manos y salí corriendo hacia el parque. Me senté en la nieve y me coloqué los patines. Thor tomó mis zapatos y los de él y caminó hasta el auto descalzo, para guardar los zapatos. Por suerte, estábamos cerca de la calle.

Se colocó los patines y me tomó de la mano para levantarnos.

—¿Listo?

—Listo.