Prácticamente, no podía ver nada, estaba todo oscuro, incluso la ventana no iluminaba lo suficiente, pero sucedió, me levanté de la cama y me acerqué a la cocina, lo ví y me le acerqué para besarlo. Luego de que me pusiera a balbucear para quedar en ridículo, fue él quien dio el beso entre los dos.
Había pasado una tarde maravillosa, por un momento todos los miedos que tenía desaparecieron. Conocí una cuidad nueva, llena de cosas distintas. Y él estaba ahí, acompañándome, brindándome mucho más de lo que posiblemente podía. Era un hombre grandioso, y creo que con eso bastaba para haber hecho eso. Mientras él me besaba, por segunda vez, le respondí con algo de miedo, abría la boca de a poco. Sentía como acariciaba mi mejilla, como su respiración era relajada.
“El profesor... me está besando”.
Con ese pensamiento, abrí los ojos de inmediato y lo aparté de mí.
—¿Pasa algo, Loki?
—Señor, no deberíamos tener este exceso de confianza. No quiero que luego haya malentendidos entre nosotros dos.
—¿Loki?— las piernas me comenzaron a temblar y me apoyé de la encimera.
—Lo lamento— me tapé la boca con una mano y me senté en una butaca. Empecé a sudar frío, me temblaba todo el cuerpo, no me sentía bien en lo absoluto. Se me acercó y puso su mano en mi frente, como un reflejo me eché para atrás pero él me sostuvo.
—Déjame llevarte a tu habitación— susurró.
No pude hacer nada al respecto, solo dejar que me cargara y me acomodara de nuevo en mi cama. Encendió la luz de la mesa de noche, me miró algo preocupado y le desvié la mirada.
—¿Qué sientes?— me preguntó.
—¿Por qué lo dice?
—Loki, estás pálido y sudas frío, ¿te sientes mal?
Cerré los ojos y asentí con la cabeza. Suspiró y sacó del armario unas cuantas fundas de almohadas, se fue al baño por unos dos minutos, regresó con un envase lleno de agua y mojó algunas telas. Las colocó en mi frente, detrás de mi cuello y me acomodó la almohada. Sacó un estuche de la mesa de noche, en él había unas gasas, alcohol, algodón y un termómetro.
—¿Cuántas cosas tienes de esas?— reí.
—Siempre hay que estar preparado para cualquier situación— sonrió —Y eso que todavía no has visto las que tengo en el auto.
Limpió el termómetro con alcohol y lo colocó debajo de mi lengua. Duré inmóvil por unos cinco minutos, hasta que lo retiró y encogí las piernas.
—Tienes treinta y siete grados... Estás bien.
—¿Qué es lo que tengo, entonces?
—Debe ser alguna recaída...— me acarició el cabello y respiré profundamente —Me quedaré contigo hasta que puedas dormir bien.
—No debería hacerlo...
—Lo sé, pero quiero que estés bien, me aseguraré que puedas dormir esta noche.
Sonreí de manera nostálgica, y por alguna razón, lo tomé del brazo.
“Siempre termina las conversaciones. Siempre sabe qué decir”.
Pasaron unos poco minutos y ya comenzaba a darme sueño de nuevo, intentaba dormirme, pero sabía que él estaba sentado a mi lado, por lo menos tenía que ser un poco considerado con él. Nuestro silencio no era para nada incómodo, era perfecto. Todo iba de maravilla hasta que un pensamiento se cruzó por mi cabeza.
“No seas idiota, Loki. Sabes perfectamente que la anemia te produce esto. Un día te morirás, y nadie se acordará de ti”.
Los ojos se me llenaron de lágrimas, él lo notó y le limpió la mejilla.
—Todo va a estar bien, Loki.
—Esto me pasa por la anemia, ¿cierto?
Él ladeó la cabeza para un lado y me miró con un poco de preocupación.
—Sí, Loki, pero, hay solución para esto, solo tenemos que ir al médico para que nos dé varias acotaciones de lo que hace la anemia en realidad.
—Seré inútil el resto de mi vida...
—Por supuesto que no— me acarició la mejilla- No digas eso.
—Pero es verdad, ya de ahora en adelante seré una carga para usted. Siempre lo he sido para todo el mundo.
—Loki, no voy a permitir que nada malo te suceda, créeme cuando digo que no eres una carga ni para mí, ni para nadie.
Su mirada estaba llena de determinación, me apené un poco por todo lo que había dicho y me giré para no verle la cara.
—Lo lamento...
Lo tomé de la mano, aún sin mirarle a los ojos y lo halé para que me siguiera. Se acostó a mi lado y me abrazó, pasó su brazo por encima de mi cuerpo y me besó el cabello.
—Está bien, Loki. Todo está bien.
Nunca me había preguntado qué pensaría la gente al verme bajándome del auto del Profesor Odinson, hasta ese día. Era lunes, todo el mundo llegaba temprano, todos empezaban sus clases a las siete de la mañana.
—¿Y si alguien nos ve?— pregunté.
—No pasa nada— sonrió.
—¿Seguro? ¿La policía no te arrestará por pedofilia?
Rió. Sabía que me refería al beso.
—No, Loki. ¿No te acuerdas que ahora soy tu representante para todo? Claro, hasta que seas mayor de edad.
—¿Incluso en Inglaterra?— sonreí.
—Incluso en Inglaterra— me acarició el cabello mientras conducía.
No nos habíamos vuelto a besar desde aquella noche, no porque no quisiera, si no que no me sentía preparado para compartir mi vida con alguien más. Habían cosas muy dentro de mí, algunas no quería que salieran.
Cuando se estacionó, el corazón me comenzó a palpitar más rápido de lo normal. Nos bajamos del auto y por todos lados estaba repleto de gente.
—El lunes pasado no viniste, ¿cierto?
—No— fue lo único que pude decir.
—Anda, que todo va a estar bien. Hoy vamos a hablar con el director, le exponemos el caso y ya. Verás que todo estará perfecto para mañana.
Él me daba mucha seguridad, me animaba a entrar al mundo. Lo miré una vez más con un poco de temor y él sonrió.
—Tienes clase ahora de álgebra, donde la última vez, antes que te desmayaras. Luego física y química, el almuerzo y por último tienes clase conmigo.
—Gracias.
Estaba tan nervioso que ni siquiera me acordaba de mi horario, hasta que él me lo recordó.
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Lo que no te enseñan en clases ★ THORKI {Completa} #1
FanficThor Odinson es un profesor de 25 años que da clases de Historia en una de las preparatorias más renombradas de New York. Loki Laufeyson es un estudiante de intercambio de 17 años, proviniente de Londres, Inglaterra. Posee un pasado que lo persigue...