Lo que no te enseñan en clases ★ THORKI {Completa} #1

Radioactive.

En la mañana llegamos juntos al estacionamiento, ambos nos bajamos del auto y yo tenía una pequeña sonrisa en los labios que no podía ocultar tan fácilmente. De verdad, había sido el mejor fin de semana de toda mi vida.

—Cuando salgas, espérame acá en el auto, si no, igual te espero acá.

—Está bien, Profesor— reí.

Me miró cuando pasamos la puerta de entrada y me guiñó un ojo, antes de irse por el pasillo contrario. Creía que nadie había visto eso, solo era yo, mirándolo y sonriéndole como un niño enamorado.

“Oh Dios...”.

Cuando abrí me casillero, y saqué los libros de ese día, el equipo de fútbol se me vino encima, de nuevo.

—Miren a quién tenemos acá... El protegido del profesor de historia.

No podía ignorarlos, no, tenía que hacer algo al respecto.

—Buenos días— dije con una sonrisa irónica —Hacía mucho tiempo que no los veía, amigos.

—Y dime, ¿cómo está el profesor de historia? ¿Te trata como a un hijo o como un esclavo?

—Él está bien, de hecho, acaba de pasar hacia el salón de profesores. Yo que ustedes, dejaría a su “protegido” en paz.

El capitán del equipo, golpeó fuerte los casilleros, y se me acercó de manera acechante.

—¿Me estás amenazando, niño bonito?

—No, para nada, solo les digo que tengan cuidado, uno nunca sabe.

Los demás lo tomaron del brazo y le decían que se tranquilizara, que dejara las cosas así. Se alejaron de mí y cerré mi casillero cuando la campana había sonado. Por lo que me pareció, el día iba a ser un poco pesado, pero eso no me quitaba la felicidad que sentía por dentro.

“Bueno, ahora... álgebra, con Stark”.

Ví a Thor solamente cuando era hora de entrar a su clase, él estaba escribiendo algunas cosas en la pizarra, mientras yo llegué y me senté al fondo del salón de clases, en un asiento vacío. Cuando se volteó y se fijó que estaba pendiente de él, un brillo en sus ojos apareció de repente.

—Buenas tardes, chicos. Hoy les voy a hablar sobre un trabajo que me van a entregar para la semana de arriba. Pueden hablar sobre cualquier tema que esté en el cronograma. Mientras más interesante sea, más nota van a tener. Lo lamento por ustedes pero, el trabajo va a ser individual.

Todos en el salón empezaron a reclamar, él solo me miraba desde al frente.

—No va a ser el típico informe que me entregan en carpeta de colores, no. Quiero algo más grande, con más trabajo. Quien saque la mayor calificación, no presentará el examen al final del trimestre. ¿Quedó claro?

Al final de la clase, todos los estudiantes se fueron, yo me quedé sentado viendo como él borraba el pizarrón. La puerta del salón, la cerró el último estudiante en salir, sin darse cuenta que yo estaba ahí.

—Loki, ¿te molestaría esperarme en el auto?— me sonrió —Es que, debo pasar primero por la sala de profesores, a sellar mi lista antes de que nos vayamos.

Me levanté y caminé hasta sentarme en su escritorio.

—Yo te espero— sonreí.

—¿Seguro?

Asentí con la cabeza.

Se acercó a mí, me besó la frente, yo lo miré fijamente a los ojos y halándolo de la corbata, junté sus labios con los míos. Tomó sus cosas antes de que saliera. Cuando ya estábamos en el auto, él empezó a preguntarme cosas. Quité la parte en la que el equipo de fútbol me acorraló contra los casilleros.

—Loki, ¿te gusta el arte en todas sus formas, no?

—Sí. El ballet, la pintura, la música, la ópera, ¿ya puedo decirte Thor, verdad?— reí.

—Sí, señor Laufeyson.

—¿Por qué de repente preguntas eso?

—Es que, no sabía si te gustaba de verdad. El miércoles y el viernes van a presentar en el Teatro “El Lago de los Cisnes”, y quería llevarte después de clases.

Sonreí.

—Bueno, antes no había visto “El Lago de los Cisnes”, solo algunas otras obras. Así que, sí, acepto.

Al llegar al apartamento, Thor se fue a hacer la cena, y yo me puse a terminar alguna tarea que tenía pendiente. Me abrazó por detrás y me giró el rostro para besarme. Sin evitarlo me giré y le correspondí el beso de la manera que era.

—Me preguntaba, si esta noche, a su majestad, le importaría dormir conmigo.

—Pero, ¿cómo voy a ser tan cruel de dejar mi pobre habitación fría y desolada?— sonreí —Aunque nada se comprara con dormir en tus brazos alrededor de mi cuerpo... Thor.

—Loki, quiero ser tuyo para siempre.

—Desde que sé que sentía algo por ti, ya no tengo más pesadillas; tu amor me ha ayudado, y no sabes cuánto te lo agradezco.

Abrí mi casillero el miércoles por la mañana, antes de mi clase de Geografía, para sacar mis libros y meter unos que tenía en el apartamento. Un montón de fotos, dibujos, cartas cayeron al piso, todos estaban en silencio, me agaché para revisar las fotos, y...

—Maldita sea...

Era una foto de Thor y yo, sentados en su auto, otra, era bajándonos del auto, yo sonreía y él se tocaba los labios con la punta de sus dedos. Después había otra, la que de verdad, fue la cereza del pastel, era del lunes, cuando halé a Thor por la corbata y estábamos besándonos en el salón de clases.

Tomé el resto de las hojas que solo decían "GAY", "MARICÓN", yo sólo las boté a la basura. Eran demasiadas hojas marcadas que solo decían eso, tuve que ir tres veces a la papelera. Las fotos las metí en el casillero y lo cerré fuertemente. Los ojos se me llenaron de lágrimas y salí casi corriendo de ahí.

Todos los demás estudiantes ya sabían de eso, se reían de mí, me empujaban y me gritaban de la manera más horrible posible.

Antes de llegar a la puerta, el capitán del equipo de fútbol, me agarró y fui lanzado contra la vitrina de trofeos. Me levantó por el cuello de la camisa y me miró fijamente.

—Yo te dije que no me amenazaras, niño. Ahora vas a ver lo que de verdad es meterte con el equipo de fútbol.

Me dio un golpe en la boca del estómago y caí al suelo. Los otros del equipo me agarraron y me levantaron, volvió a golpearme unas cuatro o cinco veces más. Volví a quedarme en el suelo, esperando a poder respirar bien, cuando me patearon entre tres personas.

Tosí un poco, sentía que no podía respirar y cuando me di cuenta, había sangre en el piso.

También me golpearon en la cara y me lastimaron una pierna. Hasta que llegó él, junto con los demás profesores y el subdirector.

Yo estaba en el piso, tosiendo sangre y sintiendo que la mitad de mi cuerpo no respondía. Ví su rostro encima del mío, no oía nada, ni siquiera decía alguna palabra. Solo cerré los ojos y esperé a que todo pasara.

“Cuando algo bueno pasa, nunca viene solo”.