Pasión Griega

Capitulo 2; Rencor y odio

Caliope se desperto temprano esa mañana, se dio una ducha y rebusco entre sus cosas un conjunto de falda y camiseta blanca.   Una vez lista se sentó al filo de la cama, ¿y ahora?  No tenia ningún sitio al que ir, nadie con quien hablar.   Se asomo a su ventana y admiro el paisaje, la playa no estaba muy lejos de allí  ¿Qué tal un paseo?

Salio de la casa y camino por los jardines, desde su ventanal había podido ver una puerta trasera que daba a uno de los caminos dirigido a la playa.   Aquello era realmente precioso, camino por el camino entre las rocas, la arena era blanca y tan fina.  Podía distinguir el agua azul, tan clara y limpia   ¿Cómo podía sentir tanta paz en este lugar?

Se paro frente a la orilla y se sentó en la arena, dejando que el agua acariciara suavemente sus pies.  Enterró una mano en la arena y levanto un puñado para dejarla caer despacio.  Esa era su tierra sin embargo no se sentía feliz de estar en ella.  Se sentía tan sola, su madre estaba muerta, su padre tambien, ni siquiera había podido hablar o conocer al hombre que la había engendrado y por si fuera poco tenia que permanecer en esta casa.  Ayer fue la primera vez que pudo ver el rostro de Néstor, su hermanastro  ¿se parecería a su padre?

-¿Aclarando ideas? –La voz de un hombre la sobresalto, se encontraba parado junto a ella.  Giro la cabeza y pudo ver sus fuertes piernas, venia de correr, levanto el rostro y se encontró con aquellos ojos.  Esa mirada profunda con una mezcla de diversión, atracción y ¿rencor?

-Hola –nada mas salio de su boca ¿Por qué estaba nerviosa? El la intimidaba, su forma de mirarla la intimidaba

-Caliope ¿no? –Se sentó junto a ella y la miro fijamente –Yo soy Damian

-El sobrino de Dámaso Durtzed –Ella respondió volviendo a fijar la vista en el mar

-Veo que has investigado –la respuesta de Damian sonó brusca, con resentimiento

-Me lo dijo Sebastián -¿Por qué le respondía? ¿Por qué se excusaba?

-Claro, tu aliado –De nuevo sonaba borde –Dime ¿Qué es lo que buscas? ¿Por qué no coges el dinero y te vas? Te compraríamos tu parte de las propiedades

-¿Qué? –Caliope se levanto de la arena decidida a marcharse de allí, a alejarse de ese hombre ¿Qué buscaba? Ella solo quería regresar a casa, a Londres

-¿A dónde te crees que vas? –Damian se levanto bruscamente y la agarro del brazo para evitar que se fuera, la miraba fijamente –Sea lo que sea, no te lo voy a permitir  Esta es mi familia y la voy a proteger de ti .

-Suéltame –estaba asustada, la voz de ese hombre contenía tanto odio, tanto desprecio y no sabia porque eso tambien le dolía.  Le miraba suplicando que la soltara, las lagrimas se agolpaban en sus ojos, amenazando salir –Me haces daño

Damian abrió los ojos sorprendido al notar el miedo en la voz de ella, estaba asustada, muy asustada.  La soltó despacio sin dejar de mirarla, ¿Cómo podía parecer tan dulce y ser una arpía tan frívola?  Había venido aquí para destruir a los suyos, su primo ya lo había pasado bastante mal al perder a su abuelo y ahora esta mujer se metía en sus vidas para quedarse con todo lo que pudiera.