-----Cinco meses mas tarde -----
-Ahora si eres tu –Amber sonrió mirando a su prima –Preciosa
-Gracias –Caliope se acerco a mirarse de nuevo al espejo, no era un vestido caro y excesivamente elegante. Pero era el que ella quería, sobrio, natural, hermoso. Y ella se sentía hermosa con el, hermosa para el hombre que amaba.
-Creo que es hora de entregarte a tu futuro esposo –Tom la observo sonriente desde la puerta –El cura cada vez esta de peor humor por la situación
Los tres rieron y se dirigieron a la playa. Una boda en la playa, pero no una boda como otra, esa era única. Apenas había invitados, algo intimo, solo la familia No era necesario desplegar adornos, sillas Al salir por la parte trasera de la casa, ella tomada del brazo de su tío camino por la arena, descalzos. A los lados del camino unos pequeños ramilletes de flores indicaban el lugar al que tenían que dirigirse.
Al fijar la vista al frente una sonrisa se dibujo en el rostro de Caliope, allí estaban todos, esperándola de pie, frente a la orilla. En la orilla, en el agua, el arco de flores rojas y bajo el su futuro esposo que la miraba ilusionado. El cura la miraba con el ceño fruncido, visiblemente molesto al tener que celebrar una boda en el agua ¡En la orilla del mar, con los pies descalzos y el agua bañándolos! Pero eso era lo que ellos querían, casarse en el mismo lugar en el que se dijeron lo que sentían, en el mismo agua en el que unieron sus corazones y hoy unirían sus vidas.
Tom sostuvo la mano de ella y se la entrego a Damian que la llevo a sus labios para depositar un suave beso. Ambos se perdieron en los ojos del otro hasta que el cura carraspeo, con una sonrisa Damian le guiño un ojo y la guió hasta su lado
-Bien, comencemos –el padre movió un pie nervioso y observo con el ceño fruncido como la túnica se pegaba a sus piernas, levanto la vista y suspiro –Estamos aquí reunidos, ante Dios y vuestros familiares y amigos para unir vuestras vidas y vuestras almas en una sola. Para que a partir de hoy seáis uno, una familia, un mismo corazón y enfrentéis las adversidades que se os pongan por delante –señalo con la mano a Damian y asintió –Tus votos hijo
-Yo Damian Loxeltif te entrego hoy y aquí, frente a todos, mi corazón, mi vida, mi alma y todo mi ser. A ti Caliope Durtzed, la mujer que tomo por esposa, a la que amo y que estoy dispuesto a hacer feliz por el resto de nuestras vidas –Damian tomo las jarras que el cura le entrego y las deposito sobre las manos de ella –Yo me entrego a ti y te tomo como esposa, por los restos de nuestros días
-Yo Caliope Durtzed acepto pasar el resto de mi vida a tu lado, pongo mi corazón en tus manos y acepto la felicidad que el futuro nos traiga, porque solo felicidad recibiré a tu lado -Caliope dejo caer las jarras en las manos de el –Yo me entrego a ti y te tomo como esposa por los restos de nuestros días
-¿Estáis aquí por propia voluntad y sin coacción alguna para uniros ante Dios y compartir una vida juntos? –El cura volvió a tomar las Jarras y las dejo sobre una bandeja que Alejandro sostenía a un lado.
-Si lo estamos –Los dos asintieron felices, se miraron el uno al otro sonriendo. El cura siguió hablando, Damian hecho un vistazo tras el y sonrió, acerco su rostro al de Caliope y le hablo en voz baja –No creo que pudiera escapar de aquí, tus vigilantes no me quitan el ojo de encima
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Pasión Griega
RomanceUna llamada, un billete de avión y una cita con un abogado. Eso era lo único que Caliope esperaba encontrar al regresar a Grecia. Siete años llevaba ya fuera de casa, ¿Por qué? Por ella, por lo que era, por quien era. Con tan solo dieciséis años...