Capitulo 19; Una fiera

198K 12.9K 710
                                    

Damian y Néstor caminaron despacio por la calle hasta parase cerca de la construcción ¿Seguía adelante?

-¿Cómo lo consiguió? –Damian no daba crédito a lo que veía ¿Obreros?

-Yo conozco a ese –Néstor señalo al que se acercaba a Caliope –Es Esteban, el hijo de su tata

-¿Qué? –Frunció el ceño observando el lugar –Son trabajadores del barrio

-De su barrio –Néstor sonrió –Ha dado trabajo a quien mas lo necesita

-Pero no olvides lo que esta haciendo –Damian apretó los puños furioso –La tía hablo ayer con ella y se ofreció a comprarle el terreno.  Pero no quiso, piensa quedarse con todo lo nuestro.

-¿Y que piensas hacer ahora? –Néstor le miro de reojo

-Esto aun no ha acabado –se quedo pensativo –Tiene obreros, bien.  Pero aun hay algo que necesita

-¡Eh! –Esteban corrió hacia Caliope y la abrazo, después se paro a su lado dejando el brazo sobre sus hombros -¿Qué te parece? Trabajan bien ¿Eh?

-Si –ella sonrió –Son excelentes trabajadores y fantásticas personas

-Tu si eres una gran persona –Esteban la miro a la cara –No te imaginas cuanto estas haciendo por esta gente.  La mayoría no tenían que comer, estaban a punto de perder sus casas, algunos ni tenían un techo donde meterse.

-No es justo que unos tengan tanto y otros tan poco –Caliope le sonrió

-Me alegra que regresaras –Se acerco a ella y deposito un suave beso en su mejilla

-Eh, a trabajar hombre –Dennis se acerco sonriéndoles -¿Estas intentando ligar con la jefa? No creas que así te libraras del trabajo duro

-Ya va, ya va –Estaban levanto las manos –Vuelvo al trabajo antes de que me castiguen

-Señorita Caliope –Un hombre se paro ante ella nervioso –No se si me recuerda

-Por supuesto –Caliope sonrió –Me atracaste, bueno lo intentaste

-Lo lamento –El la miro con pena –Yo, no debí hacerlo.  Usted es una buena persona.

-Tu tambien –Caliope se acerco y le puso la mano en el hombro –Ahora tienes trabajo y no necesitas recurrir al robo para mantener a tu familia

-Gracias –El levanto la cara y la miro con sincero agradecimiento –Puede contar conmigo para lo que necesite.  Estoy en deuda con usted.

-Entonces solo puedes hacer una cosa –ella le sonrió –Sigue siendo honrado y cuida de los tuyos

Pasión GriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora