Ángel, Alejandro y Alina esperaban junto a las escaleras a Caliope, pasarían el Sábado con ella e irían a visitar la obra del orfanato.
-Chicos –Néstor salio del salón y se paro junto a ellos
-Hola –Damian bajo las escaleras serio -¿Caliope aun no baja?
-Ahí viene –Néstor respondió en voz baja observando como ella bajaba tranquilamente las escaleras
-Caliope –Damian la miro esperanzado, tenia que hablar con ella
-Vete al infierno –Ella respondió sin siquiera mirarle, camino hacia los chicos y tomo a Alina de la mano –Vamonos
-¿Estas bien? –Néstor miro a Damian aun sorprendido en cuanto Caliope y los niños salieron de la casa
-Medea va a estar aun peor –subió las escaleras a toda prisa y entro en la habitación de su tía
-¿Damian? –Ella le observo con el ceño fruncido mientras terminaba de cepillarse el pelo
-¡¿Por qué demonios me mentiste?! ¡Sabias que Caliope estaba construyendo un orfanato! –la observaba furioso -¡Me manipulaste!
-Yo nunca manipulo a nadie –Medea camino por la habitación despacio –Y no sabia nada
-¡No mientas! ¡Ayer hablaste con ella! –Damian camino hacia su tía furioso -¡¿A que estas jugando?!
-¡¿Yo?! ¡Es esa mujer la que juega! ¡¿No lo ves?! ¡Quiere separarnos! –Medea se llevo la mano al corazón afligida -¡Yo os e cuidado todo estos años! ¡Soy como una madre para vosotros!
-¡Eso no te da derecho a actuar de esta forma! –Damian apretó los puños -¡¿Cómo puedes ser así?!
-¡No me juzgues! ¡Yo no hice nada! –frunció el ceño -¡¿Por qué la defiendes?! ¡Esa mujerzuela es la que te esta manejando!
-¡Caliope no maneja a nadie! –Néstor entro a la habitación furioso -¡Y deja de hablar de ella en esos términos! ¡Desde que llego aquí tuvo que aguantar nuestros desplantes nuestros malos tratos y sin embargo nunca perdió la compostura! ¡Somos nosotros los que actuamos mal no ella!
-Ya veo que os dejáis impresionar por cualquiera –Medea negó con la cabeza
-Ella no es cualquiera, es de esta familia –Néstor la miro fijamente –Es mi hermana
-¿Tu hermana? –Medea le observo incrédula -¿Has dicho tu hermana?
-Si, eso ha dicho –Damian asintió –Y si esta aquí es porque mi tío, tu hermano y abuelo de ellos lo decidió. No deberías olvidarlo, no deberíamos olvidarlo.
-¿Todo bien? –Sebastián miro a Caliope con el ceño fruncido –No me has contado que paso ayer
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Pasión Griega
RomanceUna llamada, un billete de avión y una cita con un abogado. Eso era lo único que Caliope esperaba encontrar al regresar a Grecia. Siete años llevaba ya fuera de casa, ¿Por qué? Por ella, por lo que era, por quien era. Con tan solo dieciséis años...