Caliope desperto sintiendo el cuerpo de Damian tras ella, pegado a su cuerpo mientras que pasaba un brazo por su cintura. Sin poder evitarlo sonrió aferrandose a la almohada, era feliz, al fin sentía que era feliz. Se incorporo despacio intentando no despertarlo y lo observo, dormía placidamente. Admiro sus pectorales, sus brazos y la imagen de sus cuerpos entrelazados llego a su mente
Ya no era virgen, se había entregado a el y no se arrepentía.
Salio de la cama y camino descalza por la habitación, observo el vestido, o lo que quedaba de el Damian había roto las mangas y el escote, sonrió, tampoco es que le importara. Se acerco al ropero de el y saco una camisa y un pantalón, no tenia nada mejor que ponerse y tampoco iba a andar desnuda por la casa
Después de vestirse, peinarse y lavarse la cara regreso a la habitación El aun dormía, fijo la vista en el gran ventanal por el que entraba la luz y se acerco, lo abrió despacio
sintió el aire puro acariciando su rostro, cerro los ojos y se relajo, cuando los abrió observo la hermosa playa Fue entonces cuando distinguió a alguien en la orilla ¿una mujer? Si, era una mujer y ella la conocía Medea estaba allí, en la finca, en la casa, a tan solo unos pasos. Y no pudo evitar preguntarse ¿a que había venido?
Salio de la casa por la puerta trasera y camino por la arena hasta llegar a ella, se paro a su espalda y la observo en silencio. Parecía abatida, triste, se acerco y se sentó a su lado, dejando que el agua del mar bañara sus pies
-Estas aquí, con el –Medea cerro los ojos –Has ganado, Damian me quiere lejos. Me echo de la casa, te has quedado con todo, incluso con el.
-Yo no quiero quedarme con nada, solo quiero ser feliz –Caliope la observo confundida, suspiro -¿Por qué tanto odio? ¿Qué le he hecho yo?
-¿Tu? Tu y tu madre me quitaron lo único que yo he tenido en esta vida –Medea hablo con amargura, la miro a los ojos –Altea me quito a Marcus
-¿Cómo dice? –Caliope la observo sorprendida –No puede ser ¿Usted y Marcus?
-Yo le conocí antes que ella, durante un verano. El y yo nos estuvimos viendo durante sus vacaciones, hasta que se marcho –Medea fijo la vista en el mar –Yo le conseguí trabajo aquí, para que volviera, para tenerle cerca. Y entonces, conoció a tu madre y yo deje de existir. Se enamoro locamente de ella, tanto que ni siquiera le importo que estaba embarazada –las lagrimas salieron de los ojos de ella –Yo podría haber sido una buena esposa, yo le quería, le habría dado hijos. Sus hijos
-Se equivoca –Caliope la observaba triste –Marcus no podía tener hijos –Medea la miro sorprendida –Mi madre me lo dijo después de saber quien era mi verdadero padre. El lo sabia, siempre me considero su hija
-Pero no lo eras –Medea la miro a la cara –No eras su hija
-Pero le quise como a un padre y el a mi como una hija –ella sonrió –Y mi madre tambien le quiso, el la amaba. Y fueron felices juntos, fuimos felices.
-A costa de los demás –Medea apretó la mano sobre la tierra –A mi costa con Marcus y a la de mi sobrino, tu padre, por no poder tenerte cerca
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Pasión Griega
RomanceUna llamada, un billete de avión y una cita con un abogado. Eso era lo único que Caliope esperaba encontrar al regresar a Grecia. Siete años llevaba ya fuera de casa, ¿Por qué? Por ella, por lo que era, por quien era. Con tan solo dieciséis años...