Emma nunca había sido tan feliz, ni se había sentido tan amada como se había sentido estando con Killian. No sabía que era lo que los había hecho esperar tanto para avanzar en su relación, pero estaba agradecida de que finalmente lo hayan hecho. Killian la había hecho sentir amada. Cada movimiento y gesto, había sido hecho con ternura. La había hecho sentir segura, protegida, y completa. Pero lo más importante de todo es que la había hecho sentir amada. Emma ya sabía que él la amaba, porque él se lo había dicho más de una vez y se lo demostraba con todo lo que hacía por ella. Pero la manera en que le había hecho el amor, la manera en que había recorrido y acariciado cada centímetro de su piel como si sería la persona más importante del universo, hizo que el sentido del amor cobrará mayor sentido. La conexión que sus almas y corazones tenían, se hizo aún más fuerte al conectarse corporalmente. Y Emma era feliz con eso, porque nunca tuvo eso, y había pensado que jamás iba tenerlo. Pero finalmente lo tenía, tenía a alguien que la amaba en todo sentido.
Durmieron y se despertaron juntos. O mejor dicho, él la despertó. En un principio había querido hacerse la enojada, porque a ella no le gustaba despertarse temprano. Pero cuando él comenzó a acariciarla, no se pudo contener y necesitó volver a sentir la unión de sus cuerpos. Empezar el día de esa manera fue perfecto, más después de toda la tensión que habían pasado durante la situación con la bomba. Emma no quería pensar en la bomba, no quería pensar en su descubrimiento sobre Rumpelstiltskin, así que agradeció que a Killian se le ocurrió ir a preparar el desayuno. Ella se dedicó preparar panceta con huevos, mientras él preparó jugo y tostadas. Los preparativos fueron interrumpidos por Liam y Elsa, y Emma aceptó que ellos se unieran al desayuno, admirando lo hermoso que lucía Killian estando tan nervioso.
- Mmm que rico. – Dijo Emma probando uno de los panqueques. - ¿De dónde son? – Preguntó con curiosidad.
- Mi hermana Anna y su novio Kristoff tienen un negocio, allí hacen helados y panqueques. – Informó Elsa.
- Son increíbles. – Dijo Emma a modo de halago.
- Lo son. – Asistió Killian.
- Tendré que hacer que Henry los pruebe, estoy segura que le van a encantar. – Dijo Emma con una sonrisa al pensar en su hijo.
- Hablando de hijos. – Dijo Elsa aclarándose la garganta, algo nerviosa. – La semana que viene tenemos una entrevista con una trabajadora social. – Les hizo saber.
- ¿Así que van a ir adelante con la adopción? – Preguntó Killian y Liam asistió. – Me alegro por ustedes. – Dijo con sinceridad.
- Gracias hermanito. – Agradeció Liam.
- Emma, ¿Podrías darnos un par de consejos al respecto? – Pidió Elsa tímidamente.
- Claro, aunque no estoy segura si puedo ayudarlos. No sé las regularidades, ni las logísticas de las adopciones en si, solo sé como es ser parte del sistema. – Asistió Emma sorprendida ante el pedido. - ¿Qué quieren saber? – Preguntó.
- ¿Qué pensas que es mejor, que adoptemos a un bebé o a un niño? – Preguntó Elsa.
Emma se tomó un largo instante para pensar la pregunta, porque era una pregunta difícil y complicada. Cuando vio a Liam y Elsa estar tan tensos y nerviosos, se dio cuenta que probablemente hace tiempo querían hablar sobre eso con ella, y confiaban en su opinión. Emma quería ser lo más sincera posible. Ella no sabía como funcionaba el tema de las adopciones, porque nunca ninguna familia había querido adoptarla. Lo único que sabía eran pequeñas cosas sobre el funcionamiento el sistema, desde lo que había experimentado y desde lo que otros chicos en su situación le habían contado. Emma sabía que decidir adoptar era una decisión difícil. Cada pareja y cada familia eran distintas. Ellos eran solamente quienes sabían que era mejor para ellos.
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Breaking Glass
FanfictionEllos creían que los corazones eran como el vidrio, una vez rotos no tenían arreglo. Pero intentando resolver los casos que atormentan sus vidas, quizás puedan descubrir que el amor es lo único que puede curarlos.