Capítulo 19: ÉL

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Liam lo invitó a almorzar, así que al mediodía se encontraron en un restaurante de comida europea que había en el barrio en el que vivían. Cuando Killian entró al restaurante pensaba encontrarse solo con su hermano, pero aparte de su hermano también se encontró con Ana, Elsa y Kristoff.

- Si sabía que esto iba a ser una comida de parejas, le habría dicho a Emma que me acompañe. – Bromeó Killian.

- Fue un arreglo de último momento, nosotros fuimos de sorpresa a la casa de ellos y cuando Liam dijo que se juntaba con vos decidimos unirnos. – Dijo Ana aceleradamente.

Un mozo les trajo las cartas y después de tomarse un rato para elegir que comer, cada uno hizo su pedido. La comida no tardo mucho en llegar y por suerte era muy rica. Las conversaciones fluyeron naturalmente, como solía pasar en todas las familias, pero Killian estañaba a Emma. A él el habría gustado que ella esté ahí compartiendo ese momento con ellos.

- Bueno, creo que es hora de decir a todos el motivo por el que invadimos sus planes, ¿No? – Dijo Kristoff a Ana.

- Si, buena idea. – Asistió Ana algo entusiasmada. – Nos vamos a casar. – Informó.

Elsa, Liam y Killian se pararon a abrazar y felicitar a la pareja. Luego se volvieron a acomodar en sus lugares, y continuaron con la comida mientras conversaban. Kristoff relató como le pidió matrimonio a Ana, y Ana les comunicó los planes que ya tenían sobre la boda. Iba a ser una ceremonia intima en una pequeña iglesia que había a las afueras de la ciudad, e iba a ser el próximo mes.

- Parece que al único que le falta casarse es a vos hermanito. – Comentó Liam.

- Emma y yo no estamos en esa etapa de nuestra relación todavía. – Dijo Killian cuando se recuperó de haberse atragantado. – Recién acaba de aceptar que nos amamos, creo que pedirle matrimonio sería algo así como una misión suicida. – Explicó con un poco de humor.

- Cada pareja tiene sus tiempos y eso está bien. – Asistió Elsa comprensivamente.

- ¿Puedo invitarla como mi acompañante al casamiento? – Pidió saber Killian algo nervioso.

- Claro que si, eso es algo que ni es necesario que preguntes. – Aseguró Kristoff.

- Gracias. – Agradeció Killian.

Sus recuerdos se vieron invadidos por los momentos que había compartido con Emma durante el casamiento de August y Mérida. Haberla visto reír y bailar había sido mágico, había sido una de las primeras veces que se había dado cuenta de lo preciosa que era. Sonrió, ese iba a ser el segundo casamiento que iban a compartir juntos. Pero esa vez iba a ser distinto, esa vez iban a ir juntos como pareja, así que iba a poder besarla y sacarla a bailar todas las veces que tenga ganas. Así que cuando volvió a la comisaría para seguir con su turno de trabajo, lo primero que hizo fue ir a hablar con Emma.

- Tengo una propuesta para hacerte amor. – Dijo él sentándose en el escritorio de ella.

- ¿Y para esa propuesta es necesario que te sientes arriba de todos mis papeles? – Preguntó ella levantando las cejas expresivamente.

- Simplemente no quiero que tus papeles te distraigan. – Respondió él excusándose.

- Si ésto no sería una comisaría, se me ocurrirían unas cuantas cosas para hacerte en el escritorio. – Comentó ella con voz seductora.

- Ni se te ocurra llevar mi mente hacia lados que no voy a poder controlar. – Pidió él soltando un pequeño gruñido.

- Bien. – Aceptó ella después de soltar una pequeña risa. - ¿Me vas a decir la propuesta entonces? – Preguntó curiosa.

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