Emma estaba trabajando, como hacía cada fin de semana que Henry se iba a lo de Neal. Todos suelen opinar que es aburrido trabajar durante el fin de semana, pero a Emma le gustaba porque eso significaba compartir las horas de trabajo con Leroy. Su compañero tenía un humor gruñón y negro, lo cual siempre era interesante de comprobar. La patrulla de la mañana fue tranquila y llena de risas. Al mediodía volvieron a la comisaría, para tomarse una pausa y almorzar.
- Emma tenemos que hablar. – Dijo Neal entrando a la comisaría a paso firme.
- ¿Qué haces acá? – Preguntó Emma sorprendida al verlo, no le gustaba que Neal la invada en su lugar de trabajo.
- Henry se escapó. – Informó Neal.
- ¿Qué? – Preguntó ella shockeada, dejando caer el tenedor que tenía en la mano.
- Que se fue de casa, no sé donde ni como esta. – Dijo Neal de mala gana.
- ¡¿Cómo dejaste que pasara eso?! ¡¿Qué le hiciste?! – Cuestionó Emma furiosa.
- ¡Yo no hice nada, y claramente no lo deje irse sino no estaría diciendo que se escapó! – Exclamó Neal defensivamente.
- ¡No puedo creerlo! ¡Henry solo tiene once años, es peligroso que este solo! – Dijo Emma aceleradamente, agregando mentalmente que también era peligro que este solo por Rumpelstiltskin.
- Tranquila Emma, vamos a buscarlo y vamos a encontrarlo. – Aseguró Leroy agarrándole el brazo para contenerla.
- Salgamos con la patrulla. – Pidió Emma a su compañero.
- Por supuesto, vamos. – Dijo Leroy agarrando un par de cosas de su escritorio.
- ¿Qué hay de mí? – Preguntó Neal.
- No sé, haz lo que quieras, pero con nosotros no venís. – Dijo Emma seriamente.
- Bien, pero avisémonos si lo encontramos. – Aceptó Neal.
Empezaron a recorrer las calles con la patrulla, yendo a cada lugar que Henry le gustaba o solía presenciar. Henry no aparecía, y Emma podía sentir como el pánico la empezaba a invadir y consumir. Si a Henry le llegaba a pasar algo, Emma estaba segura de que no podría tolerarlo, no podría sobrevivirlo. Su hijo era todo para ella. No podía pensar, no podía respirar, lo único que la mantenía en el presente era la voz alentadora de Leroy y su mano tocando alguna parte de su cuerpo en algún momento para hacerla volver a la realidad.
Todo cambió cuando recibió una llamada de Killian. Henry estaba bien y a salvo, Henry estaba en lo de Killian, Henry estaba con Killian. Su hijo le tuvo que asegurar mínimo tres veces por el celular que estaba bien para poder convencerla. Emma finalmente se tranquilizó, sabiendo que su hijo estaba bien. Tendría que darle un largo discurso luego sobre no escaparse, pero estaba bien y eso la alivió. Hasta le dio permiso para ir a navegar. Cuando terminó su turno de trabajo fue a lo de Killian y lo primero que hizo al llegar fue abrazar fuertemente a su hijo. Cenaron los tres juntos a pedido de Henry. Luego mientras Killian limpiaba y acomodaba todo, su hijo le relató lo que había pasado. Henry había tenido una pelea con Neal y Tamara. Tamara había culpado a Henry de romper un jarrón y Neal le había creído a ella. Tamara estaba embarazada, eso Henry ya lo sabía desde hace unas semanas, pero finalmente estaba reaccionando en lo que eso significaba. Neal iba a tener otro hijo. Henry tenía miedo de que se su papá se olvide de él, que lo deje de querer. Emma lo abrazó con fuerzas y le aseguró que nunca nadie iba a reemplazarlo, que ella siempre lo iba a amar.
- ¿Se quedo dormido? – Preguntó Killian uniéndose al sillón.
- Si, al parecer fue un día agotador. – Respondió ella acariciando la cabeza de su hijo. – Gracias por cuidarlo. – Agradeció.
ESTÁS LEYENDO
Breaking Glass
FanficEllos creían que los corazones eran como el vidrio, una vez rotos no tenían arreglo. Pero intentando resolver los casos que atormentan sus vidas, quizás puedan descubrir que el amor es lo único que puede curarlos.