Veintiocho

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Salto de la platforma metálica hasta la nieve y hecho a correr. Correr por la nieve es algo parecido a correr por la arena seca. Es difícil y cansado. Parece que otra tributo se ha fijado en la mochila, pero ella apenas corre lo suficientemente rápido para alcanzarme a mi o a la mochila. La tomo mientras sigo corriendo y trato de poner la mayor distancia entre la Cornucopia y yo. Aunque parece que el chico del seis tiene otro planes... Trata de derribarme tirando todo su peso contra mi cuerpo, pero soy capaz de apartarlo de mi tirando de la manga de su chaquetón y dandole con el pie en la parte trasera de su rodilla lo que lo hace caer al suelo de espaldas. 

Salgo corriendo de nuevo hacia la zona que se extiende delante de mi. La que tiene tan solo algunos pinos desperdigados. 

Necesito conseguir agua... La deshidratación es muy peligrosa y ocurre muy rápido y sin darte cuenta en este tipo de climas. El agua es importante y necesito encontrar algo que no esté congelado. 

Continuo corriendo y oigo como mis pasos hacen ruido contra la nieve que cruje. Pero hay algo más, un ruido adicional... Giro la cabeza por encima de mi hombro y veo a Oceanus persiguiéndome. No en una forma agradable de... "somos amigos vamos a abrazarnos" sino más bien como... "quiero matarte con mis propias manos". 

- ¡Deja de perseguirme!- le grito sobre mi hombro. 

- ¡Ni loco!- grita.- ¡Venga, Kora, vamos a divertirnos!- sigo corriendo sin mirar atrás. Voy unos diez metros por delante de él, lo que significa que llevo cierta ventaja.  El problema es... ¿dónde va a acabar esto? ¿dónde termina la arena? 

Y de pronto llego al límite. No al límite de la arena sino al límite de tierra. Lo que hay delante de mi es una cascada. Freno al pie de la cascada. El agua no está congelada y la caída tendrá unos cinco metros... 

Oceanus está cada vez más cerca así que salto. Estiro mi cuerpo mientras caigo para que si el lago tiene muy poco fondo mis pies den con el fondo y absorba el impacto. Así evitare partirme la espalda, justo como nos enseñó Philip. 

Cuando impacto contra el agua se siento como si todo el aire saliera de mi. me siento igual que cuando recibo un puñetazo en el estomago durante el entrenamiento. Nado hasta la superficie y noto que incluso aunque hayan pasado unos segundo comienza a perder la coordinación de mis brazos y piernas. Nado lo más rápido que puedo hasta la orilla... si puede llamarse así al trozo de nieve congelada que rodea el lago. 

Salgo a gatas y hecho una mirada hacia lo alto de la cascada. Oceanus se ha lanzado detrás de mi, pero él no ha logrado llegar hasta esta orilla. Así que puedo ver su cuerpo salir por la orilla contraria, tan empapado de agua helada como yo. 

Mis dientes castañean. Esto no es para nada buena señal. Saltar por una cascada a temperaturas tan bajas... puede ser mortal si no tomo medidas. Con las manos temblorosas y descornadas comienzo a desnudarme. Me quito los guantes, después el gorro y la bufanda redonda, a continuación va la chaqueta. Todo está empapado. Y por ultimo me quito los pantalones con los tirantes elásticos y el chaleco que llevaba debajo de este que era suave y abrigado. Al final me doy cuenta de que al menos el interior del todo, lo que es casi la ultima barrera en mi cuerpo, la ropa térmica, es lo único que está completamente seco a parte de mis zapatos y calcetines que han aguantado como unos campeones. 

Después de desnudarme y evitar que la ropa se congele en torno a mi cuerpo... me restriego nieve del suelo por la cara. Puede que sea una locura pero la nieve es muy absorbente. 

Coloco la mochila en el suelo, menuda suerte tengo porque es impermeable, y comienzo a inspeccionar el contenido. Pastillas de yodo, una botella metaliza, un paquete transparente con carne seca, una pequeña linterna, ropa extra (que es de agradecer) y un precioso cinturón lleno de pequeños cuchillos muy afilados y brillantes. 

Sin perder tiempo me coloco la nueva muda de ropa que consiste en unos pantalones negros también con tirantes y una chaqueta negra más fina que la anterior. Afortunadamente también hay un par de guantes, pero nada de gorro.  De momento tendré que apañármelas. Lo importante ahora es conseguir refugio para pasar la fría y larga noche que me espera. No sin antes tomar agua del lago y echar en el interior de la botella una pastilla de yodo. 

Toda la información que incluyo en el libro sobre supervivencia es REAL. No me la estoy inventando, he buscado información para poder escribir el libro y voy a dar información que concuerda con la realidad. 


73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora