Cien

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Una foto cae al suelo cuando saco la carta del sobre. Gale se agacha para cogerla. Me siento de vuelta en mi cama y lo veo mirando la foto con los ojos entrecerrados. Primero mira la foto, después me mira a mi. Entrecierra los ojos y pone la cabeza de lado. 

- ¿Esta eres tú de pequeña?- pregunta entregándome la foto. La tomo y veo una foto exacta a la que mis padres tenían enmarcada en la pared de la entrada de nuestra casa en el cuatro. 

- Sí- respondo lentamente y frunciendo el ceño. Se ríe. Frunzo el ceño y lo miro- ¿Qué te hace tanta gracia?- le pregunto enfadada. 

- ¿De verdad tenías esos mofletes?- pregunta señalando la foto en mi mano. 

- ¿Tienes algún problema con mis mofletes?- pregunto molesta poniendo mis brazos en jarra. 

- No, no- responde levantando las manos y echándose hacia detrás-. Solo creo que son graciosos. Los niños del doce no suelen tener esos mofletes. 

- Era de nacimiento- reprocho-. Y me encantan mis mofletes de bebé. 

- Yo no he dicho lo contrario- apunta- pero debió de ser un agobio tener a todo el mundo estrujándotelos... 

- Lo cierto es que sí, pero no me quejaba. Llamaba la atención de todas las personas mayores y recibía caramelos- explico encogiéndome de hombros. 

- Beneficios de tener mofletes... Ahora haces que quiera tener unos. 

- No creo que lo de los mofletes cause buena impresión a nuestra edad- digo bromeando-. De todas formas mira mis ojos. Nadie se puede resistir a esos ojos verde claro. 

- Tienes razón- dice levantando la mirada y centrándose en mis propios ojos de verdad. 

Cuando paramos de reir volvemos a la carta. En realidad, se asemeja más a una historia de amor que a una carta. El tal Ashlar es quien explica su historia. Nació en el Distrito dos y a los diecinueve fue enviado al cuatro para ser un agente de la paz . Un tiempo después mientras hacía una patrulla por la playa encontró a una chica que estaba con más mujeres pescando con redes y se enamoró de ella. Tiempo después Aqua y Ashlar hablaron, pero, como es normal, ella no confiaba en él. Aunque eso no detuvo a Ashlar de intentarlo. Finalmente Aqua se enamoró perdidamente de él y mantenían una relación... demasiado intensa a escondidas. Ella se quedó embarazada y planeaban huir a algún lado. El jefe de los agentes de la paz del cuatro se enteró de que Aqua estaba embarazada de uno de sus hombres. Fue castigado con ir a trabajar al Capitolio. La familia de Aqua la mantuvo encerrada en su casa o algo de eso... hasta que el bebé nació unos días antes de la Cosecha. El nombre de Aqua salió, cree que como castigo por lo que pasó y ella murió en la arena. Un año después en uno de los cargamentos de pescado y marisco que van al Capitolio en tren mi padre, que usualmente iba por ser el patrón de su barco, lo encontró y le entregó mi fotografía, haciéndole saber que yo estaba en buenas manos y con una familia que me quería. 

Ninguno de los dos dice nada cuando termino de leer la carta en voz alta. 

- Eso ha sido intenso- susurro-. Al menos ahora sé que mi cumpleaños no es el día de la Cosecha, sino días antes. 

- No menciona ningún apellido- comenta Gale tomando la carta de mis manos. 

- ¿Importa? A estas alturas Ashlar estará muerto por haberme ayudado a escapar del Capitolio. 

- Posiblemente- dice Gale apenado y algo derrotado-. Será mejor que durmamos. Esta es mucha información que digerir. 

- No te lo niego, pero sigo teniendo el mismo problema. 

Veo a Gale retirar su manta y sábanas. Pestañeo un montón de veces porque no me creo lo que está haciendo. 

- Ven aquí. Otra noche no nos hará daño. 

Salgo de mi cama y me meto en la suya. Está mucho más caliente y reconfortante... y sigo sin entender cómo puede ser así si las camas son iguales. 

- Gale- susurro. 

- Huum- dice con los ojos cerrados. 

- ¿Puedo dormir en el lado pegado a la pared?- pregunto tímidamente. Asiente con la cabeza y pasa por encima de mi mientras yo me deslizo al otro lado de la cama. 

- Vas a tener que dejar que te agarre. No quiero acabar en el suelo con la espalda rota- me advierte. Asiento con la cabeza y cierro los ojos mientras me pasa un brazo por encima del estómago y me agarra-. Hasta mañana. 

- Buenas noches- susurra él comenzando a quedarse dormido. 

Hoy todo va a ser un poco más tranquilo, al menos durante la mañana. Tenemos que estar con Beetee en Armamento Especial. Gale se pasa un rato con nosotros, pero le pide permiso a Beetee para ir a visitar a Katniss. Esta mañana se ha guardado mi foto en uno de los bolsillos del uniforme del trece. He fingido no mirar, pero tenía un montón de ganas de gritarle: "¡Te pille!"  

- ¿Estás segura de que no quieres que te fabrique unos cuchillos especiales? Podrían ser como las flechas de Katniss y de Gale- pregunta Beetee por tercera vez esta mañana. 

- Estoy segura, Beetee. Me gustan más los fusiles de asalto. Más efectivos y rápidos.  Estoy segura de que ir con el cuerpo cubierto de cuchillos puede ser un problema si me caigo... 

- No si los fabrico yo- asegura. 

- No lo dudo, pero sigo prefiriendo las armas de fuego ahora que las he llegado a conocer. 

¡¡¡¡¡¡Cada vez queda menos para el final!!!!!!

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora