Setenta y cuatro

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- Pareces más contenta- me dice Gale cuando tomo asiento a su lado a la hora de la cena. 

- He visto a Finnick. Estaba despierto- le explico. En realidad no se si yo diría que estoy más feliz, sino más determinada. Tener un objetivo es algo bueno para alguien que lo ha perdido todo. Te ayuda a luchar por seguir viviendo. Es una nueva motivación para no convertirte en vegetal. 

Cuando volvemos al compartimento los dos nos ponemos a leer nuestros libros de tácticas. Son muy aburridos comparado con los cuentos que guardaban mis padres en el desván de mi casa, pero es interesante aprender cosas sobre cómo puede uno organizar a los soldados, como se llaman las diferentes tácticas... 

Cuando es el momento de la ducha tengo ganas de salir corriendo y meterme en una. Tengo ganas de quitarme de encima la capa de sudor que llevo portando todo el día. Cierro los ojos bajo el chorro de agua y me imagino que estoy en el mar. Es fantástico hasta que el agua pasa a estar helada y me doy cuenta de que he desperdiciado mis diez minutos de agua caliente en tratar de devolverle la vida a un recuerdo... 

Por la noche vuelvo a despertarme de sopetón como ayer. Pero esta vez tan solo me dejo caer otra vez de nuevo en la cama y me llevo una mano a la cara mientras suspiro para tranquilizarme. No vuelvo a dormirme de nuevo. 

Me levanto de la cama antes que Gale. Lo observo mientras me cambio el camisón por el mono gris. Parece mucho más joven dormido. Es la primera vez que veo a un hombre dormir. Marcus se despertó antes que yo... no quiero volver a recordarlo. Hyperon... ni siquiera pase tanto tiempo en su casa. Y está claro que ver a mi hermano dormir, no cuenta como ver a un "hombre". Cuando él nació había muchas noches que dormía conmigo, era un bebé, tan pequeño y frágil con una vida inmensa por delante. Yo lo acostaba en mi cama y lo pegaba a mi pecho porque era mi hermano pequeño y yo debía protegerlo y quererlo tanto como lo querían mis padres. 

- Despierta- digo tomando los hombros de Gale en mis manos. Lo muevo un poco.- Gale- lo llamo en un susurro que sale un poco extraño, como si tratase de seducirlo. Ruedo los ojos y lo vuelvo a zarandear.- Te vas a perder el desayuno- le advierto. 

Gale abre los ojos lentamente, después se los tapa y restriega con las manos. Al final nuestros ojos se encuentran y me doy cuenta de que mis manos siguen pegada a sus hombros. La retiro rápidamente y me doy la vuelta. 

- Puedes cambiarte- le digo.- Te prometo no mirar. 

Escucho a Gale levantarse de la cama pero alguien llama a la puerta del compartimento. Estoy tan cerca de la puerta que solo tengo que alargar la mano para abrirla. Boggs aparece frente a mi con su uniforme ya puesto. 

- ¿Puedo pasar?- pregunta. Me hago a un lado mientras asiento.- Katniss ha tenido está noche una pequeña... recaída.- Dice mirando a Gale, no a mí.- La han vuelto a ingresar y tal vez te interesa ir a verla... 

Gale asiente y casi puedo ver que tiene ganas de tirar la puerta abajo y salir corriendo por los pasillos para ver a Katniss. Es como si cada músculo de su cuerpo ya estuviese preparado para la acción. 

- Me voy a desayunar... ya nos veremos- digo saliendo del compartimento. Nadie me llama a mis espaldas, nadie me reclama. Ni siquiera sé si se dan cuenta de que abandono el lugar y me voy a desayunar junto con toda la cola de gente que se dirige al mismo lugar. 

Desayuno en silencio después de explicarle a la madre de Gale dónde está su hijo. Cuando es la hora de entrenar tampoco viene y lo cierto es que me siento bastante sola rodeada de esos chicos que han crecido dentro de esta fortaleza y que saben manejar a la perfección armas de fuego. Echo de menos los cuchillos, echo de menos el mar, echo de menos al Finnick de antes, echo de menos a la Kora de antes, pero sobre todo, echo de menos a mi familia. 

No me dejaron despedirme de ellos. A Finnick no lo dejaron despedirse de Annie, tampoco. Ellos estaban seguramente en casa cuando los agentes de la paz entraron. Los asustaron. Les taparon la cara. Los sacaron fuera de la casa. Los pusieron de espaldas a su hogar y mirando hacia las cámaras. Después les dispararon a todos a la vez. 



73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora