Cuarenta y nueve

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Los meses terminan pasando en una extraña nebulosa.  El Tour de la Victoria empieza hoy mismo y mi cuerpo no deja de temblar incontroladamente. Cuando lleguen a mi casa solo voy a estar yo, mis familia va a estar en su casa viendo todo por televisión. Estamos a casi medio camino de los próximos Juegos y esto es un recordatorio de que tengo responsabilidades con el Capitolio de por vida. 

Me bebo una taza de té y lo acompaño con un bol de cereales. Después recojo todo para que la casa esté presentable cuando lleguen aquí el equipo de preparación, mi escolta y demás... Supongo que Annie llegará antes de que nos vayamos en tren, pero no le he pedido que venga antes de ese momento porque sé que es bastante duro para ella revivir esos momentos. En realidad no la veo desde hace días... 

Me pongo un poco presentable para cuando llegue la gente. Lo que en mi idioma significa ponerme unos vaqueros largos, una presiona blusa otorgada por el Capitolio de color rosa y unas sandalias de tiras de cuero. Se supone que me recogen a mediodía, pero nunca se sabe si Gala meterá prisa el maquinista para que llegue incluso horas antes... Esa mujer vive estresada por el tiempo. 

Cuando quedábamos ocho vivos mandaron periodistas al Distrito cuatro. Mis padres han tardado tiempo en contármelo, lo cuál no me sentó muy bien. Prácticamente toda mi vida fue desvelada por mis padres, aunque en realidad solo hay que contar que era Buscadora de Perlas, poco más. 

Los coches invaden la Aldea de los Vencedores. El equipo de preparación se baja de uno. Crénada va con ellos. Y de otro finalmente Gala. ¡Por Dios! ¿Pero que lleva puesto? Al menos Crénada tiene algo más de... retracción. 

El equipo de preparación me arrastra dentro del baño mientras que Crénada y Gala permanecen en la planta baja. 

Me despojan en seguida de mi ropa. ¿Para que me he vestido siquiera? Podría simplemente haberlas esperado en bata. El agua de la bañera desprende un montón de diferentes olores agradables. 

- Estás bastante bien- dice una de ellas mientras toca mi pelo y hace cosas con él. 

Hablan sobre ser mentora en los próximos Juegos. Yo respondo con cosas como: ¡Emocionante! ¡Espléndido! ¡Fabuloso! Palabras que en realidad no uso en el día a día pero que ellos usan cada pocos segundos. 

Después de esto ellas divagan sobre sus vidas: fiestas, maridos, moda... 

Parece que de nuevo me están tirando hacia el lado sexy. ¡Venga, están completamente decididos en convertirme en la nueva maldita amante de Panem! Al menos dejan mi pelo ondulado al natural. 

Bajamos las escaleras de la casa y saludo a Crénada y a Gala dandole dos besos en las mejillas a cada una, aunque sin rozar de verdad la piel. Cosas que aprende una en el Capitolio. No hace mucho que Crénada me sorprendió llamándome a mi casa y preguntándome cuál era mi talento. Me quedé un poco extrañada porque me llamará, pero enseguida recordé lo que Philip nos enseñaba. Una de las clases era algo así como talento... y yo llevaba tiempo practicando piano con la mujer de Philip. El piano era viejo, pero sonaba. 

- ¿Dónde está tu familia?- pregunta Gala alarmada mientras busca con la mirada por la casa. 

- Están en su casa...- respondo lentamente temiendo su reacción. 

- ¡¿Qué?!- pregunta medio chillando con ese acento del Capitolio.- ¡Tengo que decirle a los cámaras que deben ir para allá primero a grabar las entrevistas!- dice antes de dar pasito, pasito, pasito... sobre sus tacones para salir de mi casa. 

- Lo siento- digo mientras se va. 

Crénada niega con la cabeza y sigue a su bola. Me pasa un vestido de mangas largas. El traje tiene dos colores... gris en las mangas y azul por la parte del cuerpo. Después me entrega unas botas de tacón muy suaves de color gris que me cubren hasta la parte baja de las rodillas. El traje es muy corto, por lo que se ve un trozo de pierna... 

Después de estar lista solo con el traje y las botas como ropa... me sacan de la casa y me llevan fuera para grabar miles de cosas. Planos... o algo así. No estoy muy puesta en el tema. 

Después de todo vamos vamos a la estación para despedirme (aunque realmente no conozco a la gente que va) poco después de estar agitando la mano sobre mi cabeza y esbozando una sonrisa como si todo fuese perfecto, entro por fin en el tren. 

Camino por el pasillo principal siguiendo a Gala hasta uno de los compartimentos llenos de butacas aterciopeladas. Y me encuentro a Finnick sentado en uno de los sillones y con una pierna cruzada de forma casual. 

- ¿Qué haces aquí?- pregunto sorprendida cuando llego a él. 

- ¡Hola a ti también!- responde con una sonrisa y después llega hasta mi para envolverme en un abrazo. Dejo los brazos caídos a los lados y no hago ningún esfuerzo por devolverle el abrazo. 

Finnick y yo hemos pasado algo de tiempo juntos estos pasados meses. En realidad ahora junto con Annie y Mags, son mis únicos amigos. A parte de Caspian que sigue acosándome... 

- ¿Qué haces tú aquí?- pregunto impaciente.- ¿Dónde está Annie? 



73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora