Despertar

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Max despertó en el suelo de una habitación vacía en la que nunca antes había estado. La sala parecía una especie de dormitorio, las ventanas estaban cubiertas por placas de acero de medio metro de grosor y la única forma de salir parecía la puerta que estaba al otro lado de la habitación. El chico se levantó y caminó hacia la puerta sintiendo aún un pequeño mareo, definitivamente lo habían drogado para llevarlo a ese lugar y ese pensamiento hizo que empezara asustarse aunque no le gustaba tomar conclusiones precipitadas.
Salió de la habitación encontrándose con un un pasillo bastante largo enmoquetado con un color rojo intenso, todo esto iluminado por unas lámparas de pared. Max caminó recorriendo el pasillo y explorando las habitaciones en busca de una posible salida. Finalmente llegó al final del pasillo, allí vio unas pequeñas escaleras que le llevaron a lo que parecía el vestíbulo de aquel lugar pero al igual que las ventanas que había visto antes la puerta también había sido sustituido por una gran placa de acero que impedía una salida.
Sin embargo su búsqueda no fue en vano, en aquel vestíbulo encontró a otras personas.
- Mirad -dijo una chica señalando a Max- Hay otro allí.
- ¡Hey! ¿Quieres bajar? Queremos hablar.
- ¿Ha-hablar?
- Sí, baja aquí.
- Vale.
Max hizo caso de los consejos de los otros y bajó las escaleras para reunirse con todos ellos. No pudo evitar contarlos a todos y ver que entre todos sumaban 16 personas y todos tenían mas o menos la misma edad.
- ¿Pasa algo?
- ¿Que es lo último que recuerdas?
- ¿Lo ultimo...que recuerdo? Pues... Recuerdo volver a mi casa de la universidad y... Ahora desperté aquí.
- Ya veo... Estamos todos igual.
- ¿Tampoco recuerdan como llegaron aquí?
- Seguramente alguien nos secuestró.
- ¿Que? ¿Porque?
- Sabemos lo mismo que tú.
- ¡No se preocupen! -Dijo una voz detrás de ellos-.
En ese momento todos se giraron para ver como alguien aparecía por uno de los ascensores que estaban justo enfrente de la puerta principal. Un hombre vestido en esmoquin y con una máscara entró en la habitación y se acercó a ellos como si nada.
- Bienvenidos a mi hotel.
- ¿Ho-hotel? ¿Esto es lo que és? -Preguntó una voz femenina-.
- Exacto, es mi hotel y vuestra casa de ahora en adelante.
- ¿De que estás hablando?
- Ustedes están atrapados aquí dentro para siempre.
- ¿¡Que!?
- ¿Estás diciendo que nos has encerrado aquí para el resto de nuestras vidas?
- No para el resto de vuestras vidas, hay una forma de salir.
- ¿Y cual es?
- Matar a uno de los que están aquí presentes.
- ¿¡QUE!?
- ¿En serio crees que mataremos a alguien por que tu lo digas?
- Bueno... Matar solo es una opción, siempre podéis vivir aquí para siempre.
- La policía nos estará buscando.
- Exacto, es imposible que secuestres a 16 personas y no dejar pistas.
- Pueden esperar a la policía di quieren... No vendrán.
- ¡Claro que sí!
- Bueno... Si es lo que piensan... El tiempo les hará cambiar de opinión, solo intentad matar antes de cumplir los 80 años.
- ...
- ¿Cual es tu plan exactamente? ¿Que nos matemos unos a otros?
- Exacto... Pero no solo deben asesinar a uno de sus compañeros, después de descubrir un cuerpo deben investigar durante un tiempo y luego harán un juicio.
- ¿Juicio?
- Sí, tendrán que averiguar quien es el asesino. Si el asesino es descubierto será castigado pero si ustedes eligen a la persona equivocada todos ustedes serán castigados y el asesino podrá irse.
- ¿A que te refieres con "castigar"?
- Ejecución por supuesto.
- ...
- Y no solo eso, ustedes deberán ver esa ejecución en vivo y en directo.
- Eres un sádico.
- Puede, pero por eso hago esto.
Y dicho esto aquel hombre se fue caminando por donde había venido y desapareció tras las puertas de metal del ascensor dejando a todos envueltos y en confusión. El silencio se hizo evidente y nadie quiso o pudo decir una palabra, solo querían hundirse en la miseria con sus pensamientos. Al final se escuchó una voz en el grupo.
- No es momento de llorar o asustarse, debemos permanecer juntos en esto.
- ¿Juntos? ¿Como esperas que estemos juntos cuando uno de nosotros podría matarnos?
- Nadie va a matar a nadie ¿Vale? Solo necesitamos calmarnos y esperar a que llegue la ayuda.
- ¿Y si nunca llega esa ayuda?
- Buscaremos una salida.
- ¿Pero de verdad hay una salida?
- Debe haberla, hemos entrado por algún sitio después de todo.
- ¿Y como la buscamos?
- Separándonos.
- Exacto, formemos grupos para investigar y luego compartamos información.
- Bien... Sin contar los ascensores que no podemos usar este sitio consta de dos plantas. La planta baja es la recepción y hay dos pasillos que debemos investigar, uno a cada lado. Luego está la primera planta que es el lugar de donde viene él -señala a Max- También hay 2 pasillos a la derecha y la izquierda.
- Entonces son 4 grupos de 4 participantes.
- Sí.
- Bien, que cada uno forme su grupo como quiera.
Esas palabras hicieron que todos empezaran a hablar entre sí, finalmente se formaron los grupos. Max por su parte se quedó solo aunque una chica se le acercó con el tiempo.
- ¿Estas solo?
- Eso parece...
- ¿Te... Te importa si... Voy contigo?
- En absoluto ¿Como te llamas?
- Soy... Abby.
- Max.
- Es un nombre muy bonito.
- Gracias...
Poco después de eso se acercaron 2 personas más, uno de ellos era un chico y otra una chica lo que hizo que el grupo se equilibrara en cuanto a sexos.
- Parece que somos los que quedan... Soy Audrey.
- Rex.
- Hola, yo soy Max y ella es Abby.
- Ho-hola -siguió Abby-.
- Bien, suficientes presentaciones. Debemos buscar una forma de salir de aqui -concluyó Audrey-.
- Demos lo mejor de nosotros.

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