- Por cierto Rex... -dijo Sonia algo nerviosa-.
- ¿Si?
- Yo... Necesito tu ayuda en algo...
- Claro, lo que sea.
- Ya... Pero hay un ligero problema...
- ¿Un problema?
- Es complicado.
- Tan solo sueltalo.
- Quiero un hijo tuyo.
En ese momento tanto Rex como Max quedaron en shock y automáticamente ambos soltaron un "¿¡Que!?" al únísono. Sonia parecía hablar completamente en serio.
- No lo entiendo... ¿A que te refieres con... Un hijo mío?
- Tal y como suena... Quiero quedarme embarazada de tí.
- Pe-pero... Sabes que estoy con Max ¿Verdad? ¿Lo sabes? ¡Claro que lo sabes! Fuiste la primera en saberlo.
- No me refiero a tener un hijo de la forma natural, solo necesito tu semen... Lo demás puedo hacerlo sola.
- Pero... ¿Porque yo? ¿Porqué tan de repente?
- Los otros me pedirían sexo, además que contigo tengo más confianza.
- Sonia ¿Eres consciente de que eres demasiado joven? ¿Y que destinarías a tu hijo... Nuestro hijo a vivir aquí para siempre? ¿Quieres que eso pase?
- No me malinterpretes Rex, pero ese niño podría ser nuestra forma de salir de aquí...
- ¿Que?
- Algo pasó aquí hace años, y ese niño fue un hecho decisivo en aquel entonces. Podemos usar ventaja de lo que pasó para buscar una forma de salir.
- ¿Piensas tener un niño para salir de aquí?
- Es traer a una nueva vida o poner fin a otra... Creo que lo primero es lo más humano...
- No lo se...
- Por mí está bien -dijo Max-.
- ¿Eh? ¿En serio?
- Sí, Sonia tiene razón... Además sería muy bonito ver correteando por el lugar a un mini-Rex.
- Ya... No quiero ser padre aún...
- Yo me haré cargo del bebé, las chicas me ayudarán.
- ...
- Vamos Rex ¿Cual es el problema?
- Esta bien -dijo suspirando- Pero sin sexo, solo te daré una muestra de semen.
- Si, perfecto.
Dicho esto Sonia abrió su bolsó y de él sacó un pequeño tarro de cristal y una pipeta de plástico que le dió a Rex con el fin de que guardara ahí la muestra. Rex la tomó unos segundos y luego la dejó sobre la mesa junto a la cama.
- Por cierto ¿Sabes algo más del incidente de hace años?
- No lo se, la mayoría de las páginas del diario estaban arrancadas o manchadas de sangre. Apenas sé los nombres de los que estuvieron encerrados aquí o como murieron... Solo se que la que escribió el diario se llamaba Rose y que empezó a tener algunos problemas mentales cuando murió su último compañero.
- ¿No aparece nada sobre el niño?
- Ya que sus padres murieron sin ponerle nombre, los supervivientes no se lo pusieron, lo llamaban por apodos como "cariño", "corazón", "bebé"...
- Asi que no se sabe nada...
- No, ni siquiera se el año en el que ocurrió el incidente...
- Hmmm... Estamos en un punto muerto.
- Si, pero me aseguraré de encontrar más pistas... Bueno... Me voy ya... Se libre de darme la muestra cuando quieras.
Tras decir aquellas palabras Sonia dejó la habitación llevándose el diario con ella. Max se quedó mirando la puerta por la que había salido pensativo cuando sintió como Rex posaba su mano sobre su cabeza y cerraba su mano tirando de su pelo con suavidad mientras le mostraba el pequeño frasco de cristal.
- La apoyaste en cuanto a la idea del niño...
- ¿S-sí?
- Sí, así que te toca ayudarme con este pequeño problema.
- ¿Vas a follarme y hacerme llenar ese tarro?
- No, sería antihigiénico. Hazlo con las manos... o con la boca.
La noche transcurrió rápidamente después de aquel momento de pasión y a la mañana siguiente Max despertó frente a aquel frasco de cristal medio lleno o medio vacío según la forma de ver las cosas. Max contempló en silencio aquella muestra que él mismo había cosechado y poco a poco empezó a sentir los calores que había sentido la noche anterior. Se sonrojó y escondió la cabeza bajo las sábanas, nunca había hecho sexo oral a nadie pero ahora sabía lo mucho que le gustaba aquello.
- ¿Que cosas estás fantaseando? -dijo Rex levantando un poco las sábanas-.
- ¿E-eh? Bueno... Eh... Tu semen... Sabe genial.
- Es bueno oir eso -sonrió pícaramente- Tengo más si te apetece.
- Supongo... Que podríamos tomarnos un rato libre antes de ir a desayunar.
- Así me gusta.
Ambos hicieron el amor durante un buen rato, casualmente el anuncio matutino había sonado en plena acción aunque no se detuvieron por algo así.
Cuando bajaron a desayunar ya eran las 10:30 y la mayoría de la gente ya estaba comiendo. La pareja tomó asiento en la mesa de las chicas y disimulando todo lo posible le pasaron a Sonia la muestra de semen como si se tratara de un contrabando de drogas.
- Estoy un poco decepcionada -dijo Carrie-.
- ¿Decepcionada?
- Me refiero al cuarto piso, este ha sido mucho más pequeño que los pisos anteriores...
- Pero valió la pena, hay sitios muy interesantes -dijo Max-.
- Supongo... Estoy aburrida ¿Que podemos hacer?
- Pues yo iba a escuchar a Alex tocar el piano ¿Porque no vienen? Él toca muy bien.
- ¿En serio? -preguntó Wendy- No sabía que tocara el piano.
- Sí, toca bastante bien.
- Pues a mi me gustaría oirlo -dijo Carrie- ¿Porque no vamos?
- Me... parece bien -siguió Abby-.
- Vale, yo iré a por una grabadora -dijo Wendy- si es verdad que sabe tocar bien sería genial grabarlo.
- Muy bien, entonces te vemos en el auditorio del cuarto piso.
- Allí estaré.
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Escapar
RomanceMax es un chico normal, es joven y aún le queda mucho por vivir: encontrar trabajo, formar una familia... Sin embargo su vida da un cambio radical cuando despierta en un lugar extraño acompañado por otras personas que no conoce de nada. Sin muchas...