Sabía que serías un problema.

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Matthew.

Pronto, se quedó enredado en su propio pequeño jueguito y ya no podía apartarse de Grayson por más que quisiera, pero ¿a quién quería engañar? Por supuesto que no quería. Había estado incitando al pobre diablo toda la semana, ahora que lo tenía no quería perderlo.

Él conocía todo ese discurso de: "no soy gay" porque Jason se lo había dado, y muchos otros chicos con los que tuvo aventurillas de una noche, sin embargo todos caían y Grayson por supuesto que no iba a ser la maldita excepción.

—Ejem —Escuchó una tos falsa detras de él. Grayson se tensó de inmediato y Matt se giró para encontrar a Harry con un vaso de vidrio vacío en la mano, luciendo bastante neutral para su gusto—, lamento interrumpir el momento con tu novio, pero de verdad quiero jugo.

—Ugh, ¿qué no sabes tocar? —Jadeó Matt.

—Hice suficiente ruido para hacerme notar en caso de que algo así sucediera de nuevo antes de entrar, además... no es como si hubiera una puerta —Explicó, señalando a la cocina casi completamente abierta—. Ahora si me disculpas, un vaso de jugo no me vendría mal... quizá podrías mover a tu novio hasta... huh ¿el otro rincón? Gracias.

Matt se separó de Grayson con un suspiro resignado y Grayson se hizo a un lado de inmediato, pálido por la interrupción. 

—Y no es mi novio —Agregó, rodando los ojos—. Grayson es completamente heterosexual. 

Con esto, Harry soltó una pequeña carcajada mientras habría el refrigerador. 

—Seh. Puedo verlo —Comentó, vertiendo jugo de arándano en su vaso—. ¿Ya casi está la pizza?

—En cinco minutos. 

—Cool. Los dejo... sigan con sus... actividades heterosexuales, bro —Le dio un golpecito en el hombro a Grayson y siguió con su camino, sorbiendo su jugo de manera despreocupada. 

—Tu hermano... t-tu hermano no sabe, ¿no sabe quien soy? —Preguntó, al parecer más asustado de Harry de lo que éste estaba de Grayson.

—Sí. Estaba aquí el sábado cuando te trajimos, ¿lo olvidaste? —Grayson frunció los labios y se encogió de hombros—. Si bueno, estabas bastante mareado así que no te diste cuenta.

—Oh.

—Y él no está asustado de ti —Explicó—. Es bastante inteligente como para dejarse llevar por los comentarios de las personas; supongo que él también sabe que eres más como un gigantesco oso de peluche que un bravucón.

— ¿Quién más cree eso? —Preguntó, claramente ofendido. Él se cruzó de brazos e infló el pecho, haciendo que Matt riera sin querer. 

—Yo.

Al parecer eso le causó una falla en su sistema ya que se quedó casi completamente congelado en su lugar hasta que la alarma que había puesto en su celular sonó, avisándoles que la pizza estaba lista. Solo entonces parpadeó varias veces y Matt pudo sentir como lo observaba mientras él maniobraba en la cocina, poniéndose los guantes de flores de su mamá antes de sacar la pizza del horno. Casi como si Harry hubiese escuchado, apareció volando en cuanto puso la pizza en la isla de la cocina, tomó dos rebanadas y se alejó sin decir más. 

—Dame dos platos, ¿quieres?

Los dejó en la isla y observó a Matt poner tres en cada plato. 

—Espero que tengas hambre —Comentó y tomó otras dos latas de soda, tendiéndole una nueva. Las otras estaban olvidadas y seguramente tibias así que con una mano titubeante la tomó y juntos subieron las escaleras de nuevo con cuidado de no hacer ruido. 

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora