GRAY WOLF [EN EDICIÓN]

No fue el mejor inicio.

Matthew. 

Se estaba llegando la hora de su muerte. Lo sentía cerca mientras caminaba por la acera en la mañana; había puesto la alarma más temprano ese día así que tenía suficiente tiempo para tomar el autobús de la escuela sin que Frank le gritara todo el camino, quien estaba más amable desde que supo el terrible destino que tendría. 

—Simplemente di que no —Presionó cuando estaban esperando el autobús. Matt rodó los ojos. 

—Ya te dije que no puedo. Es el castigo que me impusieron, intenté pero creo que hice enojar a Seymour.

— ¿En serio? —Preguntó, sorprendido esta vez—. Pero Seymour es algo así como un zen, siempre está tranquilo.

—Lo sé. Pero creo que ayer lo saqué de sus casillas. 

—No pueden obligarte a hacer eso, ¡es un homicidio! —Exclamó Frank, y no se detuvo durante todo el trayecto.

Le contó varios rumores que circulaban acerca de Gray Tucker, solo para pasar el tiempo y asustarlo aún más. 

Al parecer, Gray le había roto la pierna a un chico con una simple patada, había peleado con los chicos más gigantescos de toda la ciudad y salido victorioso, hacía rituales de alabanza a satanás durante Halloween, había matado a un sujeto una vez, había asaltado varios establecimientos, se había tatuado el número de sus victorias en la espalda y éste sobrepasaba los 50, golpeaba a los ancianos porque le gustaba, se divertía lanzándole huevos podridos a los niñitos, se había comido un dedo de un oponente en una batalla, tenía un papá drogadicto y una mamá prostituta y como diez hermanos pequeños detrás de él casi muertos de hambre, se decía que tenía contacto con importantes proveedores de droga, que vendía cannabis en las instalaciones de la escuela y por eso estaba repitiendo el año, que había estado un año en la cárcel, que tenía más de 22 años y que había incendiado una casa una vez, entre muchas otras cosas más que lo pusieron aún más ansioso y no lo dejaron desconcentrado durante toda las clases. 

Quizá muchas de aquellas cosas no eran ciertas, pero la mayoría de ellas se escuchaban bastante probables y él intentaba no pensar mucho en ello mientras el tiempo del fin se acercaba y las horas pasaban lentamente ese día.

Grayson. 

El día anterior con Travis no fue tan horrible; el tipo llegó bastante borracho así que solo cayó en su cama y durmió todo el día, sin embargo trajo consecuencias para sus hermanos, quienes se sentían estresados y asustados con su simple presencia y no se animaron a reír ni siquiera un poco, temerosos a que él pudiera despertar.

Cuando les dijo acerca de sus planes de quedarse una hora extra después de la escuela para tomar tutorías no les molestó como él creía; incluso Marianne estaba contenta de que así fuera y durante toda la comida le dio un largo sermón acerca de la importancia de la escuela y quién sabe cuantas cosas más. 

Sin embargo no les dijo a ellos ni a Ashton que el chico que lo ayudaría era el mismo que lo había amenazado en el baño; de hecho ni siquiera les había comentado sobre ese vergonzoso incidente así que ellos creían que no significaba tanto. Pero los ojos furiosos del pequeño geek se habían quedado grabados dentro de sus párpados y volvían a su mente cada vez que cerraba los ojos. 

Esa tarde luego de clases él ya iba a varias calles de distancia de la escuela cuando recordó que tenía tutorías a las 2:00 con Matthew Duncan en la biblioteca. Soltó un siseo y miró su reloj; era la 1:55 así que si daba la vuelta y caminaba de regreso llegaría con retraso, pero lo suficientemente puntual como para que aquello no se alargara más de una hora. 

Iba en una esquina, aún a dos o tres calles de la escuela cuando vio un grupo de hombres que él salieron de una van negra y lo rodearon en medio de la banqueta; ellos llevaban palos con clavos, cadenas, tubos y se veían mucho más  viejos que él, por no mencionar que eran un grupo grande y todos lo miraban con molestia.