Capítulo diecinueve: Esperanza.

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Matthew.

Matt le echó un vistazo al viejo edificio, sus manos estaban temblando.

Había pasado casi un mes desde el día en el que habían terminado oficialmente y sólo hasta entonces se había sentido lo suficientemente fuerte como para volver a verlo. 

Al principio no quería, al fin de cuentas Blake había sido específico y había acabado su relación de manera resoluta, pero luego de que Ashton le contó cómo había estado empujando lejos a todas las personas que lo quieren se convenció de que quizá tenían una oportunidad. Y mierda, al final la esperanza era lo único que quedaba, ¿no?

Sin embargo, recién se estaba quitando su cinturón de seguridad cuando alguien abrió la puerta y lo sacó a la fuerza para luego empujarlo contra la puerta trasera. Éste era el sujeto rubio de la sonrisa terrorífica que lo había amenazado no hace mucho tiempo atrás. Paul. Él y otros dos sujetos que no conocía.

―Te advertí que te alejaras, ¿o no? ―Preguntó, acercándose a su rostro hasta que Matt pudo sentir su aliento contra su mejilla.

Matt levantó la frente y en un acto de valentía lo escupió en la cara. 

Furioso, Paul le comandó a los dos hombres que lo acompañaban y éstos lo arrastraron hasta un almacén casi en ruinas, donde lo sujetaron mientras decía un largo y absurdo discurso, burlándose de él, llamándolo una zorra, una puta y más, sin embargo Matt no podía escuchar ni siquiera la mitad de lo que decía con la mayor parte de sus pensamientos concentrados en Blake. 

Cuando se dio cuenta que Matt no le prestaba atención él proporcionó un par de golpes y lo tomó del cuello, asfixiándolo mientras continuaba hablando del hecho de que Blake 'le pertenecía' y que nadie podría arrebatárselo.

Las puertas del almacén se abrieron y Matt se giró como pudo: Vio a Blake entrar, quien se detuvo un segundo para observar la escena. Su mirada asustada pronto se convirtió en una llena de furia y corrió hacia ellos sin perder tiempo. Los dos hombres lo lanzaron hacia unos contenedores y Matt trastabilló antes de caer al suelo como una muñeca vieja. 

Desde ese punto, Matt no pudo hacer más que observarlo pelear. Ya lo había hecho antes y siempre le sorprendía, pero esa vez era diferente; él se movía con furia e intensidad, incluso parecía que la conciencia y la razón habían abandonado su cuerpo por completo, dejando la bestialidad del gran Gray Wolf hacerse cargo de sus acciones. 

Luego, Blake se fue contra Paul con todo lo que tenía, éste tomó la delantera durante la batalla y pronto lo tenía en el suelo mientras lo golpeaba una y otra vez, hasta que uno de sus ojos estaba completamente cerrado y casi todo su rostro se encontraba empapado en sangre. 

Matt llamó como pudo al 911 y antes de que se diera cuenta era Blake quien lo estaba golpeando sin descanso; sus nudillos estaban rojos por la sangre de Paul y por las heridas abiertas que tantos golpes estaban causando en ellos pero a él no parecía importarle.

Blake gruñía con cada puñetazo y no dejaba de soltar insultos que Matt no lograba comprender. Cuando estuvo cansado tomó un pedazo de concreto que estaba no muy lejos de él y lo levantó con ambas manos por encima de su cabeza. 

Matt gritó su nombre con desesperación una y otra vez, Sólo entonces Blake detuvo sus movimientos de manera abrupta y se giró para observarlo, con los ojos empapados en lágrimas. Las manos de Blake comenzaron a temblar de manera incontrolable mientras la razón volvía hacia él lentamente y miró a Paul una última vez. 

Matt lo observó exhalar con pesadez antes de lanzar el concreto lejos de él. 

Blake.

Todo pasó demasiado rápido.

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora