ALERTA:
Okay, so guys, esta parte no es tan pesada como la anterior, sin embargo Blake no está en su mejor estado mental ahora mismo y bueno, digamos que él no es el mejor para lidiar con sus emociones. Está pasando por mierda difícil así que consideren esto una advertencia. Blake no ha mejorado aún, no hay violencia explícita como en el capítulo anterior pero aún sigue fea la cosa.
Lo siento, ¡pero mejorará, lo prometo! :'D
* * *
Blake.
No estaba seguro de cómo había llegado al departamento. Sólo recordaba a Shayla, su mirada preocupada y la sensación de estar caminando sobre brasas ardiendo nuevamente.
Casi de manera mecánica, Blake fue al baño y abrió la llave de la regadera, dejando que el agua fría cayera sobre él sin haberse quitado la ropa antes.
Blake observó un punto en la pared frente a él hasta que sus ojos comenzaron a escocer; su cuerpo entero estaba temblando mientras el agua cambiaba de helada a caliente. Sólo entonces él se desnudó y lanzó la ropa en un rincón, dejando que el agua casi hirviendo barriera los residuos de Paul de su cuerpo.
Él se encontraba bastante familiarizado con la rutina, ya que era justo lo que hacía años atrás, cada vez que volvía a casa con el alma arrastrando y veinte o treinta dólares más en su bolsillo, pesando como rocas en su espalda.
Tomó jabón y limpió su cuerpo metódicamente, luego sus uñas reemplazaron las palmas de sus manos y comenzó a rascar su piel con fuerza, luchando por deshacerse de la suciedad que se albergaba debajo de su piel y simplemente no quería limpiarse.
Blake ahogó un siseo de dolor al darse cuenta que su mano había llegado a donde su vendaje, ahora empapado, se encontraba. Se apresuró a retirárselo y con las manos temblorosas enterró sus uñas en la larga herida, haciendo que ésta comenzara a sangrar de nuevo.
El escozor que éste le proporcionaba lo hizo volver a la tierra de cierta manera, pero no era suficiente así que Blake volvió a su tarea de raspar su piel hasta que ésta se encontraba completamente enrojecida y llena de las líneas que sus uñas trazaban. Algunas de ellas ya se encontraban sangrando.
Blake continuó con su rostro, donde pasó más tiempo restregando con fuerza, intentando no hacerse marcas que no desaparecieran pronto.
Cuando salió de la ducha tanto sus hombros como el resto de su cuerpo se encontraba enrojecido por el agua casi hirviendo y por las heridas recién hechas.
Él se vistió con sus pijamas y se recostó en la litera de la habitación de los chicos, donde se cubrió hasta la nariz con las suaves sábanas de Connor e intentó dormir. El sueño no llegó a él.
Cuando Carrie apareció en la habitación apresurándolo para ir a la escuela, Blake no le contestó. Ella preguntó si estaba bien y lo hizo verla a los ojos al mismo tiempo que tocaba su frente.
Debió ver algo mal en su mirada, ya que asintió sin decir una palabra y camino a la puerta. Minutos después Blake escuchó como ella llamaba a la escuela para avisar que estaba enfermo. Agradecido, él cerró los ojos y se giró hacia la pared; los recuerdos no dejaban de repetirse en su cabeza como una cinta rayada y cada vez se sentían más vívidos, aunque aún cubiertos por una capa de neblina seguramente ocasionada por la mierda que Paul puso en su vaso. Aún no podía creer que hubiese caído en esa.
Él sabía que no estaba de vuelta en las calles, pero su cabeza no dejaba de repetir en un canturreo incesante: Sé bueno, sonríe, está bien, todo acabará pronto, a ellos no les gusta una puta insolente.
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GRAY WOLF [EN EDICIÓN]
Teen FictionGray Wolf lo llamaban en sus peleas. Su nombre se susurraba como promesa de peligro y su presencia anunciaba problemas. Todos creían al gran Lobo Gris un delincuente frío y terrorífico, pero las apariencias eran engañosas y él era más que los rumore...