Matthew.
Bueno, definitivamente no se esperó eso.
Durante el entrenamiento de atletismo no hizo más que voltear hacia donde el equipo de futbol entrenaba, solo que ahora no solo veía a uno, sino a dos jugadores así que estaba bastante jodido, ¿cuándo su vida se había vuelto tan... complicada?
Matt se encontraba en un pequeño descanso, sentado en el primer escalón de las gradas con la cabeza recargada en el segundo mientras se recomponía de los 500 metros que recién había hecho.
—Hey zorra, no te he visto en toda la semana —Dijo Ayleen. Matt se encontraba demasiado cansado como para quitarse la camisa de la cara o levantar siquiera la vista.
—Lo sé. Ha sido una semana muy ajetreada.
—Y que lo digas. Esta semana hemos entrenado más de lo que lo habíamos hecho en todo el año, solo porque se viene el primer juego de fútbol... por lo menos mírame cuando te hablo —Se quejó, quitándole la camisa de la cara. Matt apretó los ojos ante la repentina luz que golpeó su rostro y se reincorporó de mala gana, arrebatándole su camiseta de nuevo.
—Me estoy muriendo aquí, muchas gracias —Se quejó.
— ¿Es eso o estás intentando hacer que Jason se rompa una pierna? —Ella levantó una ceja y esbozó una sonrisa cómplice, inclinándose a él para hablar más bajo.
— ¿De qué hablas? —Preguntó fingiendo inocencia.
—A mi no me vengas con tu, '¿A qué te refieres, Ayleen? No tengo idea de que estás hablando' —Se quejó, imitando ridículamente su voz—. No creas que no me he dado cuenta como te luces todos los días para llamar su atención, jodido pavo real.
—Yo no hago eso.
—Claro que lo haces, lo estás haciendo en este momento —Se rió. Matt rodó los ojos.
—Ni siquiera voltea a verme, está demasiado ocupado con su precioso fútbol —Contestó y tomó su botella de agua para luego abrirla y vaciar un poco en su cabeza que en esos momentos se sentía hirviendo por el sol.
Se pasó una mano por el cabello varias veces y se limpió las gotas que habían llegado a su nuca y pecho de manera lenta y premeditada. Mientras hacía esto escuchó un fuerte impacto y al levantar la vista hacia la cancha se dio cuenta que había dos cuerpos en el suelo, retorciéndose de dolor mientras el entrenador les gritaba algo que no logró escuchar.
Ellos se pusieron de pie y Matt los observó quitarse los cascos y discutir de manera agitada, seguramente culpándose entre ellos. En efecto uno de ellos era Jason, pero para su grata sorpresa el otro era Grayson.
—Te lo dije —Se burló Ayleen—. Además, no te conformas con tener a Jason babeando por ti, ¿También a la chica nueva?
Ante eso, Matt rodó los ojos. —Se llama Sarah, y no está babeando por mi.
—Pero es lo que quieres, ¿eh? Que caiga en tus brazos como toda la jodida escuela.
—Dudo que la escuela esté en mis brazos —Repuso él y ésta vez fue ella quien rodó los ojos.
—Oh vamos, Matt. Tú, yo y todo el mundo sabemos que eres la clase de nerd sexy. Las chicas de tu equipo lo creen —Comentó, señalando con la cabeza el resto de sus compañeros no muy lejos de ellos—, las chicas y chicos de mi equipo también. Están un poco celosos porque al parecer el inalcanzable geek, Matt Duncan, cayó por la chica nueva.
—Me encanta cuando me levantas el ego de esa manera —Dijo, con una media sonrisa arrogante. Ayleen le dio un fuerte golpe en el brazo como reprimenda—. Pero no caí, ni caeré por Sarah. Somos amigos, por Dios.
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GRAY WOLF [EN EDICIÓN]
Novela JuvenilGray Wolf lo llamaban en sus peleas. Su nombre se susurraba como promesa de peligro y su presencia anunciaba problemas. Todos creían al gran Lobo Gris un delincuente frío y terrorífico, pero las apariencias eran engañosas y él era más que los rumore...