Capítulo Doce: Límites.

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Matthew.

Cuando despertó, lo hizo porque sintió unas manos pasar por su cabello una y otra vez, y el peso de un cuerpo casi encima de él.

Abrió los ojos con lentitud y lo primero que estos vieron fue el rostro adormilado de Grayson a casi nada de distancia; él sonreía, y contemplaba su rostro como si fuera alguna obra de arte. 

—Hey —Murmuró con somnolencia, posando la mano en su espalda baja.     

—Hey —Respondió Grayson.

—Me podría acostumbrar a esta vista en las mañanas —Comentó, esbozando una pequeña sonrisa de lado. Grayson rodó los ojos.

—Cállate.    

— ¿Te cuento un secreto, Blake? —Murmuró Matt con la voz profunda y rasposa. Grayson tragó saliva y asintió, así que la mano de Matt subió hasta su nuca y lo jaló hasta que sus labios estuvieron rozando su oreja. 

Él sujetó el lóbulo entre los dientes y le dio un pequeño tirón que lo hizo sisear en voz baja. Luego, succionó y la punta de su lengua delineó la orilla lentamente.

—No puedo sentir el brazo —Musitó contra su oreja, utilizando la voz más sexy que tenía. Grayson se apartó lo suficiente para ver la sonrisa burlona formándose en su rostro y se apartó de él con un gruñido irritado.

—Eres insufrible —Se quejó mientras se ponía de pie, para luego buscar su ropa en el suelo. Matt, mientras tanto reía recostado entre las sábanas. 

—Oh vamos, estaba jugando —Dijo entre risas, sentándose al borde de la cama. 

—O un idiota... sí, creo que esa palabra te queda mejor —Grayson rodó los ojos y se puso la camiseta justo frente a él. 

En cuanto la pasó por sus hombros, Matt lo tomó de la cinturilla de sus jeans y lo jaló hacia él. 

—No te enojes conmigo —Murmuró, haciendo un ridículo puchero. 

—No estoy enojado —Refutó—. Es tarde y hay todo un día por delante, es todo.

—El día puede esperar —Él siguió jalándolo hasta que Grayson se sentó a horcajadas en sus piernas. Lo tomó de la barbilla y le dio un lento y profundo beso que Grayson respondió con el mismo entusiasmo.

—No en mi experiencia —Musitó y sujetó su labio inferior entre sus dientes, halando con suavidad. Matt soltó un pequeño gemido y se disponía a reclamar sus labios de nuevo cuando Grayson se puso de pie y caminó hacia la puerta. Se detuvo en el umbral y se giró a verlo con una pequeña sonrisa en los labios—. Apresúrate o te perderás el desayuno.    

Matt se dejó caer a la cama de nuevo y se pasó las manos por el rostro sin poder eliminar su estúpida sonrisa. 

*            *            *

Grayson.

Hay momentos en los que parece que todo está bien, hasta que la pequeña burbuja se rompe y vuelves de golpe a la realidad. 

Esa mañana, ellos desayunaron, dieron un paseo alrededor de la casa y Matt condujo de vuelta a la ciudad. Dejó a los Tucker enfrente de su edificio y se fue luego de que los niños le hicieron prometer que aquello se repetiría cualquier otro día, quizá cuando pasara el invierno.

Mediante subía las escaleras una sensación de vacío inundó su estómago y su respiración se entrecortó. Había pasado casi dos días siendo libre y de pronto las paredes estaban demasiado juntas y él se sentía como un animal enjaulado de nuevo. 

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora