Capítulo nueve: Las líneas se rompen.

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Matthew.

Sus amigos habían estado de acuerdo de manera unánime que Grayson estuviese con ellos en el Nerdy Fest de ese mes, lo cual significaba que las cosas eran serias acerca de él.

Sin embargo, Grayson no podía estar todo el día rascándose el ombligo como él y sus amigos podían debido a que, bueno, él tenía seis hermanos y tenía que pelear en la noche. No obstante él aceptó estar con ellos luego de la pelea si no estaba muy jodido y posiblemente podía quedarse a dormir y para Matt eso era suficiente.

—Aún no entiendo porqué no puedes salir conmigo —Se quejó Sarah por teléfono temprano esa mañana.

—Ya te lo dije, Sarah. Hoy estaré con mis amigos todo el día, no puedo cancelar —Ella bufó.

—Si te importara aunque sea un poco lo harías —Dijo y Matt suspiró.

—Me importas, pero no puedo eliminar una tradición de un día para otro —Le intentó hacer razonar, pero al parecer a Sarah no le agradaba para nada la idea.

—Ugh, ¿otra vez con esa niñería? —Dijo con tono burlón. 

—Es algo que a nosotros nos gusta hacer —Se encogió de hombros, incluso cuando ella no podía verlo.    

—Si dejaras de pensar en tonterías como esas serías capaz de ofrecer todo tu potencial en la escuela. En especial te redimirías en ojos de Adler.

—Adler puede irse al infierno —Dijo con simplicidad.

Lenguaje —Lo reprendió. 

—Lo siento —Contestó él de manera casi mecánica—. Además no me interesa, ya sé lo suficiente. Las calificaciones no siempre significan inteligencia.

—Pero te dan reputación. Matthew, irás a Stanford. Necesitas más que inteligencia allá.

—Ya veré —Respondió.

—Si estudiáramos juntos después de clases yo podría enseñarte todo lo que te hace falta para salir con honores de la escuela —Matt negó sin siquiera pensarlo dos veces.

—No. Después de clases tengo tutorías con Grayson, ¿Recuerdas? —Ella siseó.

— ¿Te refieres a ese delincuente ignorante? —Se rió. Matt hizo lo posible para que esas palabras no le afectaran tanto, pero era casi imposible.

—Él es muy inteligente, te sorprenderías si hablaras con él —Contestó, escuchando su risa cruel llena de desdén desde la otra línea.

—Jamás me acercaría a alguien como él, Matthew. Aún no entiendo como puedes pasar tanto tiempo a su lado, ¿no tienes miedo a que te robe algo? ¿Te asalte? ¿Te golpee?

—Es mi amigo. Confío en él.

—Bueno, no deberías —Refutó—. Conozco a la gente como él; solo son un montón de flojos que se la pasan quejándose de la situación en la que viven en lugar de hacer algo al respecto. 

Matt quería contestarle, de verdad quería pero no era quien para detallar la vida personal de Grayson, sabiendo cuanto él había trabajado para que nadie en la escuela supiera de ella. Así que solo apretó los labios y cambió de tema de inmediato.

Sarah no estaba feliz, pero aún así tuvo que aceptar que ellos no se verían durante ese día y seguramente tampoco el siguiente; sus amigos no sabían, pero él estaba planeando ir a la pelea del sábado en otro lugar clandestino como esa vez en la que casi es arrestado. Grayson se había negado, pero al final no pudo negarse a sus exigencias y aceptó de mala gana, advirtiéndole que aquello podría fácilmente pasar otra vez. 

GRAY WOLF [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora