Miro a aquel chico con atención, si el Alpha no estaba eso significa que este chico es el beta, el segundo al mando cuando se ausencia el primero.
— Vuelvo a preguntar —habla con finjido interés—. ¿De dónde salieron?
Miro a mi hermano quien estaba notablemente nervioso y luego a Gemma que sólo inclinaba la cabeza en parte como acto de respeto y otra por el hecho de que al ser el Beta y segundo al mando tiene suficiente poder para hacer lo que le plasca. Tomo un respiro hondo y me levanto de mi asiento.
— Somos Ayleen y Troy Scott —anunció con voz un tanto firme—. Nuestra manada fue destruida a causa de los rogues y los demonios, hemos vivido tratando de encontrar manada y ahora quiero hablar con el Alpha sobre esto porque tú, no tienes el poder para conceder un lugar.
Él, me mira un poco sorprendido mientras que las otras personas también y al rededor nuestro habían varias mirada. Y ahora que lo miro atentamente me doy cuenta de que es un chico pelirrojo y con ojos de color verde, era alto y por lo que parece hacía ejercicio.
¿Puedes centrarte en otra cosa que no sea eso? - me habla Sky irritada.
¿Entonces que hago genia?
Insitir en hablar con el Alpha
— Te llevaríamos con el Alpha pero por asuntos internos de el mismo no se encuentra —sonríe superior—. Tendrás que hablar conmigo.
— Los asuntos relacionados con tener a nuevos en la manada se habla con el Alpha — contesta Troy.
— ¡Sí hablas! —exclama el otro haciéndome enojar un poco—. Pensé que tendríamos que hacerte hablar con otro métodos.
Se me estaba acabando la paciencia, pero si hacía algo malo ellos podrían incluso matarnos así que debía mantenerme a mí y a Sky tranquilas.
"¡Otro touchdown para Green Bay!"
"¡Es el mejor quaterback de la historia!"El campo estaba lleno de fanáticos gritando y vitoreando, el equipo estaba sumamente emocionado. Íbamos ganando 20 - 7, ahora mismo era el medio tiempo.
— ¡Oye te llaman, Dante! —exclama mi couch.
Lo miro curioso y frunzo el ceño, nadie me llama cuando salgo a mis partidos, me levanto y tomo el teléfono.
—¿Que ocurre?
— Hola Alpha, ya vi que van ganando —habla mi mejor amigo y beta.
— ¿Me llamaste para eso? —reclamo molesto.
— Cierto, lo olvidé —se ríe—. Hay unos nuevos en la manada, y piden hablar contigo.
— Sabes que estoy ocupado —hablo tratando de que el resto del equipo no escuche.
— Pues ellos dicen que sólo hablarán contigo.
Me quedo pensativo unos segundos, faltaba la otra mitad del partido. Podía terminarlo, tomar un avión hacía allá y luego simplemente correr hacía allá.
— En cuanto termine el partido tomo un vuelo hacia allá, mantenlos cerca —ordeno y cuelgo.
El equipo me miraba raro, supongo que escucharon la conversación pero no hago caso, tomo mi casco y salgo hacia el campo dado que ya habían anunciado el fin del medio tiempo. Al momento en que el equipo sale los gritos inundan el lugar, ahora en mi cabeza no sólo estaba este partido sino los 2 cachorros que entraron en mi manada y piden hablar conmigo.
Tal vez sean buenas personas —habla mi lobo distrayéndome unos segundos.
Cállate y no me distraigas —ordeno.
Sacudo la cabeza y miro a mis compañeros y luego al estadio este, estaba increíblemente lleno, este era el partido más importante de mí y mi equipo.
10, 9, 8, 7, 6
— ¡Hut! —grito dando el aviso y recibiendo el balón en mis manos.
¡Yo lo llevo! —exclama Thiago y al instante mi cuerpo deja de pertenecerme.
¡Thiago no lo hagas! — grito tratando de tomar de nuevo mi cuerpo.
Yo puedo hacerlo.
Thiago empieza a correr rompiendo la jugada y abriéndose paso entre los otros jugadores con facilidad mientras que yo rogaba a la diosa Luna para que no hiciera estupideces pero justo cuando íbamos a llegar a la zona de anoté hice de todas mis fuerzas para tomar mi cuerpo y ser yo el que anotara.
¡Hey! Era mi anotación —se queja Thiago molesto
Es MI juego —respondo.
Y así siguió el juego en el que Thiago y yo peleamos, hicimos pases, varias anotaciones y hasta bailes de festejo gracias a que Thiago quería hacerlo. En cuanto terminó el partido tuve que correr a cambiarme por ropa cómoda para luego ir directo al aeropuerto con el equipo y casco en mano lo cuál solo hizo que varias cámaras se fijaran en mi a lo cual sólo escondí el rostro.
Después de la escena en la escuela fuimos llevados como "rehenes" a la casa de la manada que era mucho más grande que todos los lugares donde Troy y yo estuvimos. El beta hizo una llamada a alguien que suponía yo era el Alpha y por lo mientras nos tenían cautivos en una habitación vacía a excepción de la cama y un pequeño armario.
— Creo que fue mala idea Leen —habla Troy en voz baja mientras se sienta en una esquina de la cama—. Debíamos habernos ido a la zona neutral.
— Necesitamos una manada para dejar de ser abandonados —explico obvia mientras camino por la habitación.
— ¿Y por qué no regresamos a nuestra verdadera manada?
Volteo a ver a Troy quien me mira triste, sabía que estaba recordando el último día en el que estuvimos con nuestra manada, suspiro cansada y me acerco a abrazarlo. Tal vez podríamos regresar y intentar reconstruir nuestro hogar pero no era muy seguro eso, no sobrevivió nada más que yo que en este punto ya debería haber tomado mi puesto de Alpha y Troy, quién sería mi beta.
— Podemos ir a ver como quedó allá y buscar algo que nos sirva —opino en el momento en que la puerta se abre dejando ver al pelirrojo.
— Nuestro Alpha ya está en camino —anuncia y ve la forma en que estamos abrazados.
No me iba a separar de mi hermano por lo cual deje escapar un rugido de advertencia para el chico, quien sólo levanto una ceja y cierra la puerta, Troy estaba abrazándome por la cintura y yo tenía mis brazos por sus hombros.
Tal vez si podía haber una oportunidad para ir a ver la vieja y olvidada manada
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No han mantenido aquí hasta la madrugada, no hemos comido y no hemos salido del cuarto en todo el rato. Un aroma nuevo llega y al instante me siento atraída hacía este, era como el aroma del bosque y tierra húmeda, Dios huele tan bien. Sacudo la cabeza tratando de librarme de aquel pensamiento cuando la puerta se abre dejando ver a otro chico de cabello rizado y de un negro azabache un poco alto y de ojos verdes.
— Alpha ya esta aquí —nos avisa y con una sonrisa coqueta— Está listo para hablar con ustedes.
Me levanto del suelo y sacudo mi ropa, Troy se acerca a mí y me toma de la mano para después seguir al chico, por cada paso que daba sentía más miedo. Miedo que no podía dejar ver porque no quería verme débil e imagino que a mi hermano le pasaba lo mismo. Caminamos por toda la casa hasta terminar ante una puerta negra con algunos grabados en dorado, el chico abre la puerta y entra, nosotros le seguimos unos pasos atrás.
Y ahí estaba él. Mi mate.