Abro los ojos dándome cuenta de que ya había oscurecido, respiro hondo recordando lo que había pasado y mi mano al instante se posiciona en mi cuello del lado izquierdo, siento un leve ardor en la zona indicándome que si lo había ellos.
Me había marcado.
Miro a mi lado y noto que Dante estaba dormido, su cabello estaba enredado y sus mejillas aún tenía aquel rubor, sonrió un poco y me levanto de aquella enorme cama, en el suelo estaba toda nuestra ropa que en aquel momento no nos había importado lanzarla, tomo la camisa de Dante y me la pongo. Al ser pequeña quedaba perfecta en mi cuerpo como si fuera un vestido, salgo de la habitación en silencio y camino hacia la cocina con calma.
Ahora tienes que cuidar que no lo maten —me habla Sky.
Sé que no lo harán, aparte de que era eso o que me encerraran en un cuarto —respondo con tranquilidad.
En cuanto llego a la cocina comienzo a buscar una caja de cereal que había visto cuando Dan me había echó de comer, cuando la encuentro la saco y tomo un plato hondo.
—Leche, leche —murmuró abriendo el refrigerador y la saco.
Comienzo a prepararme el cereal cuando escuchó pasos de alguien acercándose hacia donde yo estaba, doy media vuelta buscando una cuchara en los cajones, siento sus brazos rodearme la cintura y su cabeza recargándose en mi hombro derecho.
—Pensé que te habías ido —murmura con su voz ronca.
—Nunca me iría de tu lado —respondo mientras tomo una cuchara de uno de los cajones.
—Eres mía —murmura y comienza a dejar besos en mi cuello.
—Dan, quieto chico —susurro.
Él ríe contra mi piel haciendo que una corriente de electricidad me recorriera, se separa de mí y me roba un beso.
—¿Entonces eres hija de un beta? —pregunta Kyle a la mate de mi hermano.
—Así es —responde ella.
—¿Cómo es el terreno de tu manada? —pregunta ahora su gemela.
—Chicos, dejen de hostigarla con preguntas —los reprende Evangeline.
—Ay, no te preocupes —responde rápido Alissa—. Nunca tuve hermanos así que esto es como nuevo para mí.
Ev asiente y sigue con la mirada en su cuaderno mientras hacía lo que supongo escribir una nueva canción, Will había salido con la excusa de que iría a hacer un encargo para Adam cuando realmente había ido a calmar su parte vampírica para al menos pudiera estar en paz, yo estaba sentado en el sofá ignorando lo que había en la televisión ya que mi mirada estaba puesto en mi niño.
—¿Ustedes ya tienen mate? —pregunta Alisse a los gemelos
Kyle me voltea a ver al momento en que Cathy se encoge de hombros y niega con la cabeza, la mate de mi hermano sigue la dirección en la que miraba Kyle y su mirada se posa en mi mientras una amplia sonrisa adorna su rostro.
—Pues tienes suerte, pequeño —responde con calma mientras yo sólo sonrió un poco.
—Sé que la tengo —murmura sonrojado.
Mi mate se levanta de la silla en la que estaba sentado y se acerca a mí, abro mis brazos y él sin dudar se mete entre ellos, lo abrazo y dejó un beso en su cabeza. Al momento la puerta se abre y entra Will ya más tranquilo, se acerca a su mate y le da un beso en la mejilla.