Capítulo XLIX

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La casa estaba llena de licántropos adolescentes bailando al ritmo de la música que Ev ponía mientras bebían de las botellas y latas de alcohol, las luces de colores iluminaban todo el lugar, le doy un sorbo a la cerveza que traía mientras camino por el lugar, varios muebles habían sido movidos hacia los extremos para dejar un espacio improvisando una pista de baile donde ya habían varios siguiendo el ritmo de la música. Al otro lado del lugar los chicos parecían divertirse bastante, veía a Dante con los chicos jugando.

—Ya quita esa cara y diviértete —me habla William chocando su cerveza con la mía para luego darle un largo trago—. Por ahora todo está bien.

—¿Y por cuánto lo va a estar? — cuestionó con el nerviosismo a flor de piel—. Esto está estresándome.

— Ya cálmate hermanita, en serio.

Tomo de la cerveza acabando con el líquido que había en la botella, le sonrió a mi hermano para calmarlo y camino hacia la cocina buscando otra botella o alguna lata algunas estaban en la barra y otras en una pequeña hielera, tomo una lata y la abro para luego dar un largo sorbo.

Deja de tomar tanto alcohol —me reprime Sky sacudiendo su cabeza—. Esto no nos va a ayudar.

Cállate Sky, no estoy de humor para eso —le respondo dando otro sorbo.

En la cocina no había mucha gente por lo cuál me quedé ahí preparándome para lo que se venía, aunque realmente pedía que no volviera a pasar.



Su aroma llega a mis fosas nasales, ella estaba aquí, doy la señal a los chicos mientras miro por el rabillo del ojo como Will se mueve buscando a su hermana; camino hacía ella hasta encontrarla de frente estaba vestida con muy pegado vestido rojo que traía un pronunciado escote que no dejaba nada a la imaginación, su sonrisa demostraba cierta arrogancia y superioridad.

—Hola Dan —ronronea cuando me ve delante suyo.

—Hola Amber —respondo con el tono más seductor que podía encontrar a pesar del asco que tenía.

Ella miró por encima de mis hombros y a nuestro alrededor, sabía que estaba buscando a Leen e igual yo quería hacer lo mismo, mirar hacia todos los lados para buscarla pero no podía hacer eso ya que el plan podría fallar.

—¿Dónde está la zorra de tu mate? —me pregunta centrando su atención en mí mientras espera una respuesta.

La sangre me comienza a hervir en cuanto escucho como la llama, me ordeno a mi mismo que tenía que calmarme o si no arruinaría todo, respiro hondo relajando todo mi cuerpo.

Tienes que manipularla —me pide Thiago—. Tienes que hacerlo o si no todo se arruinará.

—No la quería cerca mío teniendo a alguien como tú —murmuro cerca de su rostro—. Ella ahora mismo está muy lejos de aquí.

Ella tras unos segundos de duda sonríe como si hubiese ganado algún premio grande, en este caso yo, se acerca a mi para posar su labios sobre los míos, era un beso en el que yo sentía asco pero ella parecía disfrutarlo reprimo el impulso de alejarme y sigo el aquel beso mientras siento que el vínculo se tensa y se contrae.

Busquen a Leen ahora —ordeno mentalmente con cierto dolor mientras tomo por la cintura para que no se aleje mientras dirijo la siguiente orden a los guardias— Vengan por ella.

Escucho a los guardias acercarse, en vez de vestir las ropas oscuras que se les pedía como uniforme traían ropa normal para lograr pasar desapercibidos y en cuanto la toman por los brazos me alejo de ella con una notoria mueca de asco en mi rostro. Amber me mira sin entender lo que sucedía y trata de zafarse del agarre, me acerco a su oído lentamente y dicto aquella sentencia:

—Condenada a muerte por dañar a la Luna de la manada Luna Nueva y Alpha de la manada Luna Llena.

Sus ojos se mueven desorbitados mientras se da cuenta que su plan iba por el alto mando de las manadas, Leen mantenía el título detrás del de ser Luna pero ahora hacía que no hubiera un juicio Amber por sus actos y lo sabía.



En cuanto entro a la cocina encuentro a mi hermana quien estaba en el suelo en posición fetal sudando mientras noto que trataba de reprimir los gritos que quizá se estaban amontonando en su garganta esperando por salir, estaba sufriendo y mucho.

—Tranquila Leen, vas a estar bien —le digo mientras la cargo sintiendo lo fría que estaba.

La saco de la cocina y comienzo a llevarla a la oficina de Dante donde estaba un pequeño equipo de doctores y enfermeras listos para apoyarla después de todo se les había puesto al tanto de lo que la situación iba a representar, en cuanto entro las 2 doctoras la toman en brazos y la ponen en la camilla.

—¿Está bien? —pregunta Troy en cuanto entra.

—Está sufriendo demasiado —me dice una doctora examinando a nuestra hermana y mira a una enfermera—. Necesito un poco de morfina para al menos mitigar el dolor en lo que Alpha tarde en venir.

Mientras nosotros mirábamos como los doctores se hacían cargo de nuestra hermana el resto de la manada estaba tratando de mantener la fiesta para que nadie notara que nuestra Luna sufría y estaban llevándose a una chica por traición a la manada lo cual parecía estar funcionando porque la música sonaba a un volumen muy alto, afuera de la oficina escucho los pasos de Dante y luego la puerta abrirse.

—Dime que no la está pasando tan mal —suplica él acercándose a nuestra hermana.

Ella había mantenido los ojos cerrados mientras respiraba con dificultad pero en cuanto la mano del Alpha hace contacto con la de Leen su respiración se calma, abre lentamente los ojos y noto que estaba hablando con él por su dañado vínculo.

Los miro unos instantes mientras noto como ambos se miraban con necesidad, sabía que Leen hacía esto para evitar la guerra y que su gente sufriera, pero verla sufrir muy lejos de sus títulos me hacía sentir como un mal hermano; después de todo fue por mi culpa que ella ahora trajera el título de Alpha.

—Estaremos afuera, cualquier cosa nos llaman —dice Troy tomándome del brazo para sacarme.

En cuanto la puerta se cierra detrás nuestro, miro a Troy quien suspira y se pasa las manos por en rostro tratando de despejar la imagen de nuestra hermana en aquella camilla. Pero ambos sabíamos que Leen era, quizá, la más fuerte de los 3 y que estaría bien pronto.

—Bien, iré por los gemelos —me avisa con una mueca—. Los dejé encerrados en su cuarto.

—Esta bien, yo... Buscaré a Liss —comento— Sólo hay que estar al tanto de ella, ¿entendido?

Él solo asiente y se retira mezclándose entre las masas, respiro hondo y camino buscando a mi mate pero aún con cierta preocupación.



—¿Estás bien? —me preguntó en un susurro cerca de mi oído.

¿Que le respondía? ¿Que me dolía el pecho y la sienes? Me muerdo el interior de la mejilla y asiento lentamente, los doctores me habían administrado un poco de morfina que aún no surtía el efecto deseado.

—Estoy bien —miento.

—No seas fuerte, sé que te duele —me dice mientras pega su frente a la mía—. Te siento.

—Sólo prométeme que ya no volveremos a hacer esto — le pido con una mueca.

—Lo juro por la Luna.

Sonrío lentamente al fin sintiendo aquel efecto tan ansiado, mientras mis ojos pesan un poco, pero quería seguir teniendo cerca a Dan; el dolor se mitigaba lentamente. Miro sus ojos azules notando la preocupación que tenía ahora mismo por mí, pero ahora tenía en mente otra pregunta.

—¿Qué pasará con Amber? — cuestiono arrastrando un poco las palabras

—Prisión, vigilancia 24 horas y luego sentenciada —responde él tras unos segundos—. Sabes que dañar al Alpha o a la Luna es castigado con la muerte y más si la chica tiene ambos títulos y es mi mate.

Legión de Lobos TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora