Capítulo XXXVI

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Dejamos a Leen en el pórtico de la casa mientras Troy y Adam se convertían en lobos y juntos empezábamos a correr hacía la zona este del bosque, zona de los abandonados.

¿Qué le iba a decir a mi madre? ¿Qué podía decirle cuando mi padre le dijo que yo había muerto?

Sacudo la cabeza con frustración, esto era terrible, no sabía qué hacer, no sabía cómo se lo tomaría, no sabía que iba a hacer ella, mi madre. Algo necesitaba pensar. Algo tendría que decirle.

Cálmate, Will —me habla Troy mientras deja escapar un gruñido—. Nuestra madre es fuerte, resistirá la verdad.

Hasta ese momento me di cuenta de que Troy se había vuelto el hermano mayor de alguna forma de los tres, quizá todo lo que les ha pasado los ha hecho madurar más rápido de lo normal. Me detengo en cuanto veo las luces de las casas de campaña que estaban ahí, mi hermano y el Beta cambian a su forma parándose a mi lado.

—¿Cuál es el plan entonces? —pregunto mientras me cruzo de brazos.

—Leen no me informó de la situación así que... —habla Troy y se acerca a Adam—. ¿Cuál es la situación?

—Tengo que hablar con unas personas pero sólo le harán caso a Ayleen y como no puede venir por el vínculo dañado, te mando a ti para ayudarme a conseguir la información que necesito —explica Adam con seriedad—. Lo que se te asignó a ti, híbrido, no puedo hacerlo yo.

—¡Mi nombre es William! —reclamo volteando a verlo con molestia—. ¿Cuántas veces te lo tengo que decir maldito pulgoso?

—No me importa chupasangre —comenta Adam con aburrimiento.

—Chicos, por favor, ¿pueden dejar de pelear? —nos pide mi hermano con gesto cansado—. Estamos juntos en esto y ahora tenemos que estar en equipo quieran o no.

—Bien —responde Adam y comienza a caminar—. No tenemos mucho tiempo que perder.

Camino unos cuantos pasos detrás de él mientras trato de calmarme para no alterar más las cosas. Miro a Troy quien sólo hace una mueca de disgusto y mira hacia delante para respirar hondo. En cuanto tocamos los límites de esa zona la gente de ahí nos voltearon a ver en cuanto llegamos, agacho la cabeza siguiendo los pies de Adam hasta que entramos a una cueva de roca sólida. Adentro sólo había pocas personas mirando un tablero donde había un pedazo de papel gigante.

—Hola —saluda Troy acercándose a una mujer mientras la abraza por la cintura y le da un beso en la mejilla.

—Hola hijo —saluda nuestra madre mientras sonríe.



Miro a Will quien sólo se queda quieto en la entrada de la cueva mientras mira a nuestra madre con los ojos muy abiertos.

—Nuestra Alpha me envió en su nombre con el Beta de la manada Luna Nueva para hablar con unas personas —anuncio mientras tiro a mi mamá de la mano dejando a Adam para que se las arreglará él.

Me acerco a mi hermano y lo miro esperando que diga algo, pero mi mamá hace todo ya que dándose cuenta de quién era, estira un brazo y lo acerca a ella, Will era muy alto porque le sacaba casi una cabeza de altura haciéndola ver muy pequeña. Escuchaba el llanto ahogado de mi mamá mientras William le susurra algo tan bajo a ella en su oído, doy unos pasos hacía atrás dándoles su tiempo y camino hacía la mesa.

—Disculpe nuestra falta de respeto Beta —comenta una chica de cabello castaño con una armadura mientras mira hacia abajo—. Soy Ellai y ella es Narum, somos cazadoras de la primera legión.

—No se disculpen —comento cansado por tener que hablar con formalidades y miro a Adam—. Espero que te hayan ayudado con tus preguntas.

—Algo así —responde Adam con una mueca—. Tengo que irme, regresen a la casa de la manada en cuanto puedan.

—¿A dónde vas? —pregunto frunciendo el ceño.

—Tengo que arreglar unos asuntos.

Sale por la cueva un lobo pelirrojo corriendo a toda prisa dejándonos a todos en silencio tratando, miro la entrada unos segundos para después dar media vuelta y acercarme a la mesa de madera que había ahí, encima se encontraba un mapa de toda el área y de los lugares donde estaban el resto de las manadas, habían marcado con un plumón azules una x en la zona de las montañas de hielo, al sur del lugar.

—¿Qué significa esto? —pregunto señalándolo con mi dedo.

—Esas son las ruinas de uno de los vampiros poderosos —comenta William a mi lado—. Es como una fortaleza.

—¿Y eso qué significa? —pregunta mi madre ahora volteando a verlo.

—Que si hay movimiento para una guerra ese es el lugar perfecto para planearlo.



Lo que las ángeles habían dicho realmente me había dejado pensativo, tenía que llegar con Dante y decirle lo que podía pasar, la guerra estaba comenzando desde adentro y sabía quien era quien lo estaba provocando o al menos lo suponía.

"Alguien capaz de contratar a una ninfa es alguien que quiere tener el lugar o algo para sí mismo"

Los minutos pasaban lentos mientras yo trataba de seguir corriendo para llegar al hospital donde el Alpha estaba. Para cuando llego me transformo y entro por los pasillos buscando de nuevo el cuarto de Dante.

—¿Dónde está Leen? —pregunta Dereck detrás mío ganándome mi atención.

—En casa con los gemelos, ahora necesito que vayas a las celdas a ver si está Ayres —ordeno apresurado—. En cuanto llegues háblame por el vínculo

—¿Por qué?

—¡Sólo ve a hacerlo, Dereck!

Él me mira sin entender y comienza a correr por donde yo vine, sigo mi recorrido hasta encontrar la puerta de su habitación y entro sin importarme quien estaba dentro, necesitaba decirle a Dante todo lo que estaba ocurriendo.

—¡Señor, no puede estar aquí! —comenta un doctor volteando a verme.

—Tengo que hablar con el Alpha, es urgente.

Cuando el doctor se veía decidido a sacarme o llamar a los de seguridad otra voz se hace presente: dejé que se quede —pide Alpha saliendo por la puerta de donde creía que era el baño.

Ya no traía los vendajes y traía puesto un pantalón color azul, él le hace un gesto al doctor para que salga, el ya mencionado me dio una mirada de enojo para después salir y cerrar la puerta.

—¿Qué ocurre, Adam? —pregunta mientras empieza a caminar hacia la cama—. ¿Leen está bien?

—Nuestra Luna está en casa con los gemelos —comento y me quedo callado unos segundos.

—Entonces, ¿qué ocurre?

Miro a Dante y respiro hondo, sabía que Dereck iría corriendo lo más rápido que pudiera para revisar lo que ocurría, confiaba en que llegaría rápido. Me paso mis manos por mi cabello con gesto nervioso.

—Creo que ya se quien es el traidor.

Alpha me mira serio unos segundos mientras trata de digerir aquellas palabras. No teníamos tanto tiempo ahora y menos con todo lo que se avecinaba con tal de hacernos caer.

—¿Quién es?

¡No está! —me habla Dereck— Los guardias están muertos y su celda está vacía.

Ve a la casa de la mansión, va a ir por nuestra Luna.

—Escapó Ayres y va por Leen.


Legión de Lobos TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora