Llevaba varias horas corriendo mientras trataba de librarme de todos esos pensamientos que estaban molestándome. Sacudo la cabeza gruñiendo y me detengo al notar a donde me habían llevado mis pensamientos.
Estaba en mi antigua aldea.
Camino cautelosa olfateando el aire tratando de ver si había alguien más pero todo parecía estar normal, cambio a mi forma humana y camino entre las casas quemadas. Sabía que no debía estar aquí y no sabía porque corrí hacia acá pero no importaba. Me acerco a donde era mi casa y la miro a unos metros. El techo se había caído y estaba todo convertido en cenizas, camino sin pensarlo y toco la madera carbonizada.
— Extraño mi antigua casa —susurro al recordar todo.
Cuando Ayleen se fue, Thiago comenzó a gruñir con furia hacia Amber quién sólo sonreía orgullosa de haber hecho que mi mate se fuera.
— ¿Por qué aceptaste a esos abandonados sin consultarlo conmigo? —pregunta con su voz aguda mientras se acerca mucho a mí—. Yo soy tú Luna.
La tomo del cuello y la pego a la pared con un rápido y ágil movimiento. Amber creía que es mi Luna porque me acosté con ella en varias ocasiones, pero por más que le expliqué que no lo es, no entiende.
— Tú nunca serás mi Luna, ¿sabes por qué? —gruño con voz ronca—. Porque esa chica, es mi mate.
Después de eso ella se fue enojada pisando fuerte, pero eso era lo de menos, ella no llegaba y tenía mucha ansiedad. Quería estrecharla en mis brazos y nunca dejarla ir, era mía y de nadie más.
Ve a buscarla —se queja Thiago.
¿A dónde podría ir a buscarla?
Toca la puerta sacándome de mi debate interno y me encuentro con un Dereck pálido, se veía asustado y no sabía porque, frunzo el ceño y lo miro con una pregunta flotando en el aire.
-— Los gemelos se han perdido —anuncia con voz temblorosa.
— ¿De qué hablas? —pregunto preocupado mientras salgo de mi habitación con él detrás mío.
— Salieron y se perdieron en alguna parte del bosque profundo.
Sin pensarlo y sin quitar de lado a Ayleen camino hacia la puerta y me transformo para comenzar a seguir el aroma de ese par, ellos siempre habían traído problemas.
Kyle y Catherine, gemelos problemáticos
Una vez nos intoxicaron por accidente porque son los que casi siempre quieren alimentar a la manada, sacudo la cabeza sintiendo los pasos de Adam, Dereck, Jokin. Con nosotros 4 podíamos, algunas chicas de la manada estaban en el pueblo. El aroma de Kyle llego a mis fosas nasales.
Encontré el rastro —anuncio y comienzo a correr con fuerza—. Vamos chicos.
La manada aulla encontrando también el aroma. Ese par siempre buscan problemas.
Decidí dejar el lugar de mi antigua manada y volver a correr con pasos rápido pero un lamento en el camino me alarma haciendo que olfatee el aire, el aroma a unos lobos cachorro me llega, camino hacía donde provenía el aroma y me encuentro con un lobo de color gris con negro y otro de color café con un poco de blanco.
¿Están bien? —pregunto preocupada.
Al escucharme el de color gris voltea a verme y gruñe enseñado sus dientes, yo era más alta que el y de pelaje blanco en parte por llevar sangre Alpha pero parecía capaz de defender al otro lobo que estaba a su lado.
No los voy a dañar — prometo con voz suave.
Escucho el sonido de pasos y veo llegar a un lobo negro junto con otros detrás de él, ellos al verme me miran un poco sorprendidos y se acercan a los cachorros. Sabía que el negro era Dante porque mi cuerpo reaccionó ante su aroma y al verme sentí un leve cosquilleo recorrerme se acerca a mí y pasa su hocico cerca de mi cuello.
Me tenías preocupado — me habla por nuestro vínculo con voz suave.
Tú estabas bien acompañado como para preocuparte por mí —me quejo cortante.
Me acerco a los cachorros averiguando si estaban bien, el que antes gruño inclina la cabeza pero da un brinco en cuanto se acerca el resto de la manada.
Tal vez este era si era mi lugar
