Capítulo XLVI

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—Adam, quédate aquí para cuando lleguen el resto de las chicas —ordenó y miro a Leen—. Tú y yo iremos a la zona de los abandonados, hablaremos con tu madre y traeremos a todos acá.

—¿Acá? ¿Estás loco? —exclama Adam interrumpiéndome—. No cabrán todos aquí.

—Ya pensaremos en algo —comentó firme.

—Aún hay casas que no terminaron tan quemadas por el fuego —comenta Leen—. Cuando fui a mi manada no todo estaba destruido, podemos meter algunos ahí.

—Regresar a tu manada significa que les estás diciendo que realmente no murieron todos —mira Adam a Leen.

—¿Tienes una mejor idea? —le pregunta ella retándolo.

—¡Nadie tendría una idea mejor si tu no hubieses aparecido! —grita Adam.



Miro a Adam un poco herida mientras que por el vínculo siento a mi mate, quien trata de controlarse para no ir por su beta. Lo tomo de la mano unos segundos y por un instante siento como se calma lo suficiente como para pensar un poco con cordura.

—Ignoraré la falta que acabas de cometer con tu Luna, Adam —habla Dan con voz lenta—. Sabes bastante bien que tienes que respetarla y no sólo como mi mate si no como tu Alpha.

Adam suspira, mira al suelo enojado por unos segundos y sin más entra a la casa dejándonos solos, una parte de mi siente que quizá él tiene razón después de todo en cuanto llegué todo ha ido mal, con Amber, Ayres, mi secuestro de los vampiros, que Teshal apareciera. Trato de controlarme para que Dante no sienta nada por el vínculo, miro hacia la puerta por donde estaba Adam y dejo escapar un suspiro.

—Tenemos que irnos —murmura lento—. No podemos perder más tiempo valioso, vamos.

Sin esperar una respuesta mía se convierte en su lobo negro mientras yo me convierto en mi loba blanca, se supone que los lobos de los Alphas es negro y nuestro blanco para demostrar el balance que se tiene, como el ying y el yang. Por eso se dice que cuando se encuentra a nuestros mates encontramos a nuestra mitad.

Comenzamos a correr por el bosque mientras el atardecer empezaba, no teníamos ningún plan ni nada, sólo teníamos algunas pistas que ni siquiera sabíamos si podían ser ciertas y quizá los espías de mi madre tenían alguna información que desconocemos ahora mismo sobre lo que iba a pasar. En el camino sólo se escuchaban nuestros pasos y nuestras respiraciones agitadas, pero sabía que él pensaba en las palabras de Adam, sacudo mi cabeza al momento en que llegamos a los límites, me convierto en humana y comienzo a caminar, no necesitaba mirar hacia atrás para saber que Dan también ya había cambiado de forma. Camino entre las personas que estaban ahí tratando de ignorar las reverencias, miro de reojo a mi mate y me doy cuenta de que él también lo hacía, entramos por la cueva hasta encontrar a mi madre y las ángeles quienes se inclinan en señal de saludo.

—Ma, necesito tu ayuda —pido lento mientras tomo la mano de Dan—. Creemos saber quién es el traidor.

—¿De qué hablan? —pregunta ella sin entender al vernos.

—Si se me permite explicar Loba Blanca —interrumpe Dante con una leve inclinación de cabeza—. Creemos que una relación pasada está haciendo todo esto para que me aleje de Leen.

—Y si es necesario matarla incluso —responde Narum—. Puede que sea lo más probable.



Miro a Adam quien sólo se va hacia las escaleras y desaparece, frunzo el ceño por unos segundos tratando de descifrar qué había pasado pero al instante cualquier pensamiento se aleja en cuanto Kyle se acerca a mí.

—¿Qué ocurre, cariño? —pregunto con suavidad.

—Tengo sueño —murmura él con cierto cansancio.

Lo tomó en brazos y lo cargo hacia mi cuarto mientras él cada vez se quedaba más dormido en mis brazos, en cuanto entro lo acuesto con sumo cuidado y lo cubro con las cobijas mientras me siento en la orilla de la cama, acaricio su cabello con cariño. Me levanto lentamente mientras camino hacia la puerta para cerrarla cuando un leve gemido me hace voltear a verlo encontrándome con sus ojos castaños me miran.

—¿Te quedas conmigo?

Lo miro unos segundos para luego asentir, cierro la puerta y camino hacía el lado libre de la cama para acostarme ahí, Kyle se acerca a mí y se recarga en mi pecho para así volver a quedarse dormido. Lo abrazo mientras decido que también dormiría a su lado.

Escucho movimientos fuera del cuarto, me quejo un poco y parpadeo adaptándome a la poca luz que había, me acomodo tratando de no despertar a Kyle y agudizo el oído para poder escuchar lo que fuera estuviese pasando.

—¿Dónde están mis hermanos? —pregunta Leen abajo.

—Will fue a hacer unas cosas que le pidió Dan —responde Dereck.

Sabía que quizá estaban las chicas ahí por lo cuál no iban a decir que William había ido a cazar animales para calmar la parte vampírica.

—Troy está en su cuarto —avisa Jo.

La escuchó subir por los escalones hacia mi cuarto, rozo su mente suavemente para que no despierte a mi mate.



Abro la puerta lentamente encontrándome con mi hermano acostado en su cama y entre sus brazos distingo el cuerpo de Kyle, sonrió al ver lo tiernos que se veían.

—¿Qué pasó? —murmura Troy mirándome con atención.

Creo que Amber está detrás de todo esto —le digo—. La guerra está por empezar.

Él me mira sin entender, sabía que esto estaba muy loco pero teníamos un plan, que al menos esperábamos funcionará para que nadie muriera en una gran guerra, comienzo a pasarle toda la información mientras él sólo se queda pensativo y al final asiente, sabía que contando con él y Will ya teníamos resuelto la mayor parte del plan. Sólo necesitamos que llegue el día de la fiesta.





Legión de Lobos TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora